La razón por la que su WiFi no corre a la velocidad que tiene contratada

Uno de los problemas a los que se enfrentan con regularidad los usuarios que tienen servicio de wifi contratado en sus hogares, es a la lentitud que este, en algunos momentos, experimenta.

A pesar de que hay quienes contrataron una tarifa de conexión con altas velocidades, estas, por lo general, fallan. Ante ello, hay algunas razones del porqué la red Wifi no cumple con lo que se estableció.

Lo primero que se debe tener en cuenta es cómo se lleva a cabo la conexión de la red. De acuerdo con el portal My Computer este tipo de conexiones utilizan ondas de radio que establecen una comunicación bidireccional entre el dispositivo conectado y el router. Esas ondas tienen un alcance concreto que puede variar en función de diferentes aspectos, como el estándar y la banda utilizados, los obstáculos que encuentre por el camino y las fuentes de interferencias.

En caso de que la distancia del dispositivo y el router sea demasiado amplia, o de que hayan muchas interferencias en el camino, la velocidad del Wifi se reducirá poco a poco.

Así las cosas, entre más lejos se encuentre el dispositivo del router, más lento va a correr la conexión. Sin embargo, en caso de que el aparato electrónico no pueda ser trasladado de lugar, existen repetidores Wifi que tienen como principal función aumentar el alcance y mejorar la velocidad.

Según el portal citado, normalmente es casi imposible alcanzar la velocidad máxima de un plan de conexión a Internet vía Wifi. Ahora bien, en caso de que la persona esté cerca del router y la velocidad siga presentando fallas, se deben tener en cuenta algunas causas que se presentan con frecuencia.

La primera y más conocida, es que haya algún intruso ‘robando’ Wifi. Para ello, se debe cambiar la contraseña y el problema será solucionado.

Otra opción es que hayan muchos dispositivos conectados a la vez, o muchas descargas activas reduciendo el ancho de banda. En ese caso, se debe reducir o limitar ambas instancias.

Finalmente, el problema puede recaer directamente en el servicio, aplicación o web a la que se esté accediendo, o incluso que la culpa sea de la compañía proveedora que se contrató. En caso de que la causa sea esta última, se debe comunicar directamente con la empresa.