Tecnología
Los electrodomésticos que debe botar ahora mismo para evitar un aumento en el consumo de energía
Si la demanda aumenta, los usuarios verían un impacto directo en su bolsillo.
![Los electrodomésticos pueden reducir su eficiencia energética con el tiempo.](https://www.semana.com/resizer/v2/V7VQYUHBOFC5XGM5DBPXGOPQPQ.jpg?auth=28ddbd8bb3ce546aa4181c3f3fcf19642db6d0d601688119bfbd8a41f323fd44&smart=true&quality=75&width=1280&height=720)
Uno de los principales beneficios de los electrodomésticos radica en su capacidad para ahorrar tiempo. En un entorno cada vez más vertiginoso, las personas deben equilibrar múltiples responsabilidades, como el trabajo, los estudios y la vida personal. En este contexto, los electrodomésticos permiten realizar tareas domésticas de manera ágil y eficiente, lo que se traduce en un mayor tiempo libre para otras actividades.
Sin embargo, más allá de la comodidad que brindan, uno de los aspectos cruciales a tener en cuenta al usarlos es el consumo energético, un factor que, aunque a menudo subestimado, puede repercutir directamente en las finanzas del hogar. Afortunadamente, los avances tecnológicos han permitido que los electrodomésticos modernos cuenten con etiquetas energéticas, las cuales indican el nivel de consumo que pueden alcanzar.
![Uno de los efectos más inmediatos y evidentes del alto consumo energético de un electrodoméstico es el aumento en la factura de electricidad.](https://www.semana.com/resizer/v2/YH2VBC6JGBBG7JJWDSS6BX3LJA.jpg?auth=2c49ba736796b4c55b8ce0d610e69cec35ce413032c7093367f95efb315d185a&smart=true&quality=75&width=1280&fitfill=false)
Estas etiquetas utilizan un sistema de clasificación basado en letras y colores para indicar cuán eficiente es un producto. Las letras van desde la A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente), y el color también cambia según la clasificación. Por lo general, las letras A y B suelen ser de color verde o amarillo, mientras que las letras F y G están asociadas con colores rojos o anaranjados, indicando mayor consumo de energía.
A pesar de la utilidad de estas etiquetas, hay factores adicionales que muchas personas no consideran, pero que pueden influir significativamente en el consumo energético del hogar. El uso de electrodomésticos viejos, por ejemplo, puede parecer una opción inofensiva, pero en realidad, su rendimiento energético ha disminuido considerablemente.
Con el tiempo, la eficiencia de estos aparatos se ve afectada, ya que requieren más energía para realizar las mismas funciones. Esto se debe a que fueron diseñados en épocas en las que la eficiencia energética no era una prioridad, a diferencia de los modelos modernos, que incorporan tecnologías avanzadas para optimizar el consumo. Innovaciones como motores más eficientes, compresores mejorados y sistemas de control de temperatura precisos han permitido reducir considerablemente el gasto energético de los aparatos más recientes.
Aparte del impacto en el consumo de electricidad, dicha práctica también entraña riesgos para la salud. A medida que los dispositivos envejecen, sus componentes eléctricos, cables y conexiones se desgastan, lo que incrementa el riesgo de cortocircuitos y otros accidentes eléctricos.
![Algunas personas no saben cómo desechar adecuadamente los electrodomésticos viejos.](https://www.semana.com/resizer/v2/OQNMBG2F75HGLLTPMHWKEVKPRY.png?auth=a000f1cf3cdf65ad0773ff439dc1827fffc290a719995bd31568ea25a261e4a8&smart=true&quality=75&width=1280&fitfill=false)
Además, los equipos deteriorados pueden liberar humos o partículas tóxicas debido al sobrecalentamiento de sus materiales, lo que representa un peligro para quienes los utilizan. En algunos casos, los electrodomésticos antiguos también pueden convertirse en focos de bacterias y patógenos, especialmente si no reciben el mantenimiento adecuado. Un ejemplo claro de esto son las neveras viejas, que pueden acumular moho y hongos, afectando así la calidad de los alimentos almacenados.
Por lo tanto, es fundamental que los usuarios revisen periódicamente los electrodomésticos de su hogar y evalúen su estado de conservación. En aquellos casos en los que un aparato esté demasiado envejecido y no cumpla con los estándares de seguridad y eficiencia energética, lo más recomendable es reemplazarlo para evitar un aumento innecesario en el consumo eléctrico y proteger tanto la salud como las finanzas familiares.
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