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“Soy un optimista por naturaleza, estoy viendo gente hacer cosas increíbles en América Latina”, revela con entusiasmo desde Santiago de Chile, Patrick Mork. | Foto: Foto: Especial para El País

TECNOLOGÍA

Patrick Mork, el hombre detrás de la marca Google Play

El belga Patrick Mork habla de las enseñanzas que le dejó laborar en esta compañía. En Chile creó una empresa que trabaja con coaches en once países y que impacta las culturas de jóvenes emprendedores.

23 de noviembre de 2020 Por: María Camila Rentería, del Semillero de Periodismo UAO - El País

Patrick Mork es un estratega y coach con más de 25 años de experiencia en el marketing de marca. En 2011 trabajaba en una startup que creó una tienda de aplicaciones y competía contra el gigante Google.

Curiosamente, él nunca quiso trabajar en una compañía grande, “era antifan de Google y hablaba muchas cosas negativas de su tienda, que era una porquería, que era poco usable y que tenía mal contenido”.

Google le hizo una oferta de empleo y en principio la rechazó. Luego lo invitaron a conocer el campus de Mountain View, en California, y durante su visita cambió la percepción que tenía de la empresa. “A medida que fui conociendo a los empleados, los directivos, el producto, y empecé a conocer un poco más de su cultura, me di cuenta de que mi opinión quizá no era verdadera, era una cosa que me había inventado”.

Este belga fue contratado para trabajar en la dirección de mercadeo de Google Search, pero después de tres meses lo trasladaron a la dirección de la tienda de aplicaciones. La antigua tienda de aplicaciones de Google era Android Market y según Patrick, esta plataforma tenía varias deficiencias. “El contenido de esa plataforma no era muy bueno, la calidad de las apps, la calidad de los juegos no estaba al mismo nivel de los que se encontraban en iPhone, no había la variedad de juegos y aplicaciones que existían para iPhone tampoco. Hay categorías de contenido que no existían, como libros, películas, música, revistas, todo este contenido que no son estrictamente apps y juegos”.

Por esto, creó una nueva marca, más interesante y atractiva para el usuario: Google Play. Su rol era “reclutar al personal para el equipo de marketing porque en ese momento no existía; dimensionar y organizar cómo funcionaría el equipo, qué tipo de presupuesto tendríamos para hacer el marketing de la tienda hacia nuestros usuarios, hacia la comunidad de creadores de contenido”, explica Mork.

Bajo el liderazgo de Patrick se creó la imagen visual, el logo y manual de marca de Google Play. Después de esto se encargó de “crear los planes estratégicos y las actividades de lanzamiento de la tienda y de cada una de las verticales: música, juegos, películas, libros”. Él asegura que inicialmente Google Play facturaba 500 o 600 millones de dólares y después de dos años y medio de estar él a cargo, multiplicaron la facturación por cinco.

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Trabajar sin restricciones

“Me aburrí de toda la comida gratis”, dice en broma sobre su salida de Google. Patrick se autodenomina una persona inquieta, un hombre emprendedor y dice que no le gusta trabajar con restricciones. “A medida que la empresa fue creciendo y teniendo éxito perdió un poco la gracia, había cada vez más politiqueo, más gente, las decisiones se tomaban de forma más lenta, me empezaban a decir lo que no se podía hacer,

‘necesitabas aprobación de esta persona’ y dije: ¿sabes qué?, tengo otras cosas que hacer con mi vida, quiero volver a ser emprendedor”.
De su época en Google rescata dos grandes aprendizajes: el primero, la importancia de la cultura, para él “un desafío muy importante que tenemos en Latinoamérica, porque hoy por hoy, la gente joven quiere trabajar en empresas que tienen propósitos, en empresas con ciertos valores y que hacen algún tipo de bien para la sociedad”.

Google supera el molde tradicional y tiene una cultura única, por eso Patrick atribuye el enorme éxito de la compañía a la cultura. “Google y muchas empresas buenas demuestran que tener mucha ganancia y mucha rentabilidad es la consecuencia de una cultura de empresa fuerte, con un buen servicio y que ofrece un apoyo a la sociedad”.

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El segundo aprendizaje que le dejó su paso por Google fue cómo ser líder de equipos. “Aprendí cómo ser un buen jefe, empoderando a mi gente y dándole mucha autonomía para hacer su trabajo de la forma en que ellos quieren, y obviamente, apoyándolos con mentoría y recursos. La gente joven quiere salir, hacer, aprender con cierto nivel de autonomía, y confía en que lo va a hacer bien”, relata el conferencista motivacional.

Crisis existencial

Después de dejar Google participó en varios proyectos que no salieron bien y se sentía incapaz de encontrar su camino. “Pasé por una crisis existencial a los 45, de preguntarme sobre qué hacía con mi vida, porque tuve muchos desafíos personales y profesionales”.

Cuenta Patrick que tuvo la asesoría de un coach durante nueve meses y descubrió que su propósito era “ayudar a las personas, como yo, a encontrar carreras, trabajar en algo que les gustara, construir empresas con cultura, a mejorar la sociedad de alguna manera”.

Quien era su esposa en ese entonces le dijo que quería regresar a su país de origen y tener una vida más tranquila. Eso lo llevó a radicarse en Chile. Comenta que la decisión fue compleja pues “tuve que abandonar todo lo que conocía, mi carrera, mis contactos, empezar en un país que no conocía, con un idioma que no era el mío, no fue fácil, pero sabía que quería ser buen papá y eso era lo más importante para mí”.

En ese país, el hoy padre de Raphael y Natasha, de 14 y 10 años, empezó de cero. En 2018 creó Leap, una empresa que actualmente “trabaja con coaches en once países, con las mejores startups en tecnología de Chile y Latinoamérica y estamos impactando las culturas de jóvenes emprendedores, les ayudamos a construir culturas sólidas y a preocuparse más por su gente. Eso me llena de orgullo, me hace sentir bien al final del día y sé que estoy aportando algo de mucho valor”, explica Patrick.

Consultado sobre por qué el coaching se ha ganado el resquemor de profesionales de distintos campos, Patrick atribuye esto a las personas que no tienen la preparación ni la experiencia para ejercerlo. “Hay gente que se dice coach y no es coach. Dicen: ‘tengo un laptop, sé escuchar bien, sé hacer preguntas medianamente interesantes y eso me hace coach’. De hecho, nosotros cuando hablamos con clientes no hablamos tanto de coaching, sino de asesoría ejecutiva, leap change (gran salto) y leap team (orientar a los equipos)”.

En octubre, este coach participó en la ‘Semana de la gestión, ciencia y poder aeroespacial’, organizada por la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, mediante modalidad virtual. “La escuela quería alguien que diera un mensaje motivacional, de emprendimiento y tecnología. Fue un honor dar esta charla. Y el mensaje principal a esos jóvenes fue que la raíz para cualquier equipo exitoso es la confianza”.

A todos los emprendedores, Patrick los invita a que “nunca lo hagan por dinero, porque es demasiado difícil ser emprendedor. Si te motiva la plata anda a trabajar en un banco, en una gran empresa, hay otras cosas que de repente puedes hacer y quizá sea un camino más fácil para ganar dinero”. Entonces habla de la importancia de tener un propósito y aportar al cambio en la sociedad. También aconseja no emprender solo, “ser emprendedor es lo más difícil que puedes hacer en tu carrera y es un negocio muy duro, con muchos altos y bajos. Siempre hazlo con un equipo de gente buena, que te complemente a ti”.

Incluso, compara el emprendimiento con el boxeo y dice que el emprendedor exitoso se tiene que seguir levantando, porque le van a llegar muchos tumbos, se va a caer mucho y la mayoría de la gente se desespera, no encuentra la fuerza para levantarse y se queda en el suelo y abandona su sueño. “Es duro ser emprendedor, debes tener la capacidad de aguante para poder levantarte siempre y eso requiere mucha resiliencia y cierto grado de locura, no es para todos.”

Este apasionado por las aplicaciones móviles se considera optimista frente al panorama de las startups en Latinoamérica, piensa que hay mucho talento y oportunidades de crecimiento en la región.

Espera poder publicar pronto su primer libro: ‘Tres maletas y una bicicleta’. El título alude a lo único que llevaba cuando llegó a Chile. “Hablo de todo lo que he aprendido los últimos doce años. Es un libro lleno de historias personales reales, de lo bien y lo mal que lo pasé. El objetivo del libro es compartir mi autobiografía por un lado, y por otro, las herramientas que he ido encontrando en el camino que me han permitido seguir adelante”.

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