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Steve Jobs, el Da Vinci de la era digital

Gracias a su obsesión por el arte y la belleza aplicada a los inventos funcionales, Steve Jobs es considerado el Da Vinci moderno.

9 de octubre de 2011 Por: Isabel Peláez, reportera de El País

Gracias a su obsesión por el arte y la belleza aplicada a los inventos funcionales, Steve Jobs es considerado el Da Vinci moderno.

El inicio de su fructífera carrera, muy joven, Steve Jobs confesó que soñaba con ser como Albert Einstein. Y lo fue, a su manera. El visionario del cuello de tortuga negro, cofundador de Apple en un garaje de Silicon Valley, se convirtió en mito por una prolija lista de inventos. Pero como dice el principio de Einstein, “todo es relativo”, y hoy, más que compararlo con el genio alemán, el mundo lo llama ‘el Leonardo da Vinci de la era moderna’, por su obra máxima: construir la compañía líder en tecnología, que dirigió la revolución de la computación móvil. Y si las obras y los inventos de Da Vinci son íconos del Renacimiento, los derivados de la manzanita mordida y colorida de Apple, la creación de Jobs, lo son de la Era Digital. Hay quienes consideran que este mundo sin Jobs “habría sido feo, difícil y aburrido”, pensamiento que publicó en Twitter el novelista y periodista británico Tony Parsons.Apetito voraz por los inventosPara otros, la comparación con Da Vinci, el mayor ingeniero e inventor de la historia suena exagerada. ¿Lo será? Ambos fueron arquetipo del hombre de su época. Si Da Vinci lo fue del Renacimiento, Steve Jobs, quien llegó al mundo 503 años después que el genio italiano, es el ícono de la Era Digital. Ambos genios, uno filósofo humanista, otro gran orador y vendedor. Ambos con una curiosidad infinita que sólo pudo ser equiparable a su capacidad inventiva. Jobs aseguró en 1993 a The Wall Street Journal: “Ser el hombre más rico del cementerio no es algo que me preocupe, irme a la cama cada noche pensando que he hecho algo maravilloso, es lo que me importa”.El genio italiano desarrolló el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil, ideas muy adelantadas a su tiempo, tanto que pocos de sus proyectos llegaron a construirse, puesto que la mayoría no eran realizables en aquel tiempo. El genio californiano hizo lo suyo. Diseñó el hardware más exitoso del siglo XX y transformó los hábitos de consumo de varias generaciones, a quienes impresionó con un éxito tras otro: la Macintosh (1984), iPod (2000), iTunes (2003), MacBook (2006), el iPhone (2007), iPad (2010). Sumó 313 inventos patentados en Estados Unidos.“Cuando la industria pensaba que los computadores iban a ser máquinas enormes para estar empotradas en las compañías, Jobs pensó que debían ser pequeñas y estar en cada uno de los hogares del mundo. Popularizó el concepto de computador personal”, dice Víctor Solano, consultor de Impacto Comunicaciones.Su genialidad de combinar el iPod y la tienda iTunes revolucionó la industria musical, porque los sellos eran fabricantes de discos, a los que le metían contenidos y la industria ganaba si vendían cada disco. Con la llegada de iTunes el disco pasó a ser prescindible, lo que le importa a la gente es el contenido. “Ya no tienes que pagar $40.000 por varias canciones cuando te gustan dos, aquí pagas sólo por la canción que te interesa. Es más barato para el usuario”, dice Solano.Pablo Andrade, publicista y promotor de la empresa ALS Eventos, resalta que “Jobs fue un genio y un visionario, como Da Vinci, que le facilitó la vida y le dio un cambio muy positivo al hombre. Fue pionero de las pantallas touch y las líquidas, creó el software de Macintosh al que no le entra ningún virus, a diferencia de Microsoft. Aparte de incursionar en las Mac, computadoras inteligentes, aportó entretenimiento, como el iPhone, para escuchar música y hablar a la vez”.Coincidencias biográficas“La comparación de Jobs con Da Vinci la atribuyo a que el primero involucró muchísimo el arte como parte de su producción creativa. Él consideraba que los productos no debían ser solamente muy funcionales, sino estéticamente hermosos, deseables”, afirma Solano.Pero además hay coincidencias biográficas. Da Vinci nunca fue reconocido como un hijo legítimo, al ser producto de una relación amorosa no aceptada por la sociedad, entre su padre, descendiente de una rica familia de notables italianos, y su madre, que según un estudio de 2006, sería una esclava de Oriente Medio. Tuvo una madrastra que volcó todo su afecto en él, pero murió siendo muy joven.Jobs, como lo contó él mismo el 12 de junio de 2005, en la Universidad de Stanford, fue hijo de una universitaria soltera, que decidió darlo en adopción. Todo estaba arreglado para que fuera entregado a un abogado y su esposa, pero éstos decidieron a último minuto que deseaban una niña. Y quienes se convirtieron en sus padres, otros que estaban en lista de espera, no contaron con la aprobación de la madre biológica de Jobs, que se negó a firmar los papeles de adopción, al saber que la mamá adoptiva de este no era universitaria, y que su padre adoptivo ni siquiera tenía el grado de bachiller. La joven cambió de parecer cuando los padres adoptivos le prometieron que Steve sí iría a una universidad. Y lo hizo, a los 17 años. Pero Jobs renunció al Reed College de Oregon después de un semestre, porque le parecía “un crimen con sus papás que se gastaran los ahorros de toda la vida”. “Su virtud consistió en saber que no todo conocimiento es relevante y que él debía ser el primero en elegir qué tipo de saberes entraban a su cabeza”, dice Víctor Solano. Durante 18 meses asistió sólo a las clases que le parecían útiles. Regresó como oyente a las de caligrafía, porque le permitía combinar técnica y estética. Y aprendió tipografías como la Sans-Serif, que influenciaron la elegante y minimalista estética de Apple.Mostró un interés precoz en la electrónica. Siendo adolescente llamó por teléfono a William Hewlett, presidente de Hewlett-Packard, para solicitarle piezas para un proyecto escolar. Las obtuvo junto con una oferta para un trabajo de verano en HP, con Steve Wozniak, el ingeniero con el que años más tarde fundó Apple. De igual forma, Da Vinci se interesó por desarrollar una caligrafía especial con el uso de espejos para que nadie espiara sus manuscritos.El pintor también deslumbró a un maestro de su época, Verrocchio. Luego de un año en su taller, dedicado a la limpieza de los pinceles y otras actividades de un aprendiz, el maestro, deslumbrado con el talento, decidió confiarle a su alumno terminar algunos de sus trabajos.Leonardo era notable polímata: anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Sin embargo, no aprendió latín, base de la enseñanza tradicional, y no tenía formación básica en matemáticas, lo cual hizo que los investigadores contemporáneos lo ignoraran. Su autodidactismo lo llevó a aprender latín, pero el que tuviese una ortografía caótica muestra que su instrucción no estuvo exenta de lagunas. Jobs también padeció por la incredulidad de otros, como revela su pensamiento: “No dejen que el ruido de las opiniones ajenas silencien su voz interior. Tengan el coraje de seguir su corazón e intuición. Lo demás es secundario”.La revolución de Steve JobsiPhone y iPadEl iPhone es un súper celular, uno de los mejores, pero su verdadera revolución la causó, a juicio de Solano, con el iPad, en 2010, por pensar en un computador que pudiese tener una pantalla generosa para el usuario, pero a la vez que se pueda llevar a cualquier parte.iMacOrdenadores sin unidad de disquette. En lugar de que la información entrara por un disquette, Steve Jobs ideó que debía entrar por la red, conectándose a Internet. Otra de sus genialidades.iPhone 4Antes de morir dejó un nuevo lanzamiento, que decepcionó un poco, aunque se esperaba el iPhone 5, lanzó una versión mejorada del iPhone 4. “Es otra revolución. Este celular habla con el usuario, responde a sus preguntas. Es un tema de inteligencia artificial. En el momento está a prueba, Apple está trabajando para perfeccionarlo”, cuenta Víctor Solano.

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