Cali
Seis planes ricos para gozarse a Cali y además, gratis
Cali es una ciudad imperdible para turistas y locales y lo mejor es que no es necesario tener plata para disfrutarla. Guía para pasar días inolvidables.
Es cierto que Cali es la ‘Sucursal del Cielo’ y la capital de la alegría. No hay posibilidad de aburrirse en una ciudad que ofrece planes para todos los gustos, pasiones, posibilidades e incluso bolsillos: hay ‘parches’ gratuitos o a muy bajo costo que nadie debería perderse.
De ahí que la Secretaría de Turismo acaba de publicar el Pasaporte Caleño, una guía para disfrutar de la ciudad y todas las posibilidades que ofrece, desde caminatas por el centro histórico hasta avistamiento de aves, museos, iglesias, gastronomía, deportes y un montón de posibilidades más. Conózcalas.
Caminata por el Bulevar del Río: desconectarse de la ciudad
El bulevar del río no solo hay que caminarlo de punta a punta para disfrutarlo, sino, también, es recomendable hacerlo en diferentes horas del día. En la mañana, muy temprano, es un sitio ideal para hacer ejercicio, trotar al lado del río Cali en compañía del concierto de las aves. En las tardes, a eso del mediodía, es más bien un sitio ideal para caminar, almorzar, conversar con los amigos. En la noche el bulevar es imprescindible si lo que se quiere es escuchar música, incluso bailar salsa.
Es por cierto uno de los sitios más visitados de Cali. La ONG Ciudad Verde – liderada por el politólogo John Freddy Bustos, hizo hace un par de años un trabajo estadístico: en dos horas pasan por el bulevar, el puente Ortiz y el Paseo Bolívar, 1400 personas en promedio.
El Bulevar, en el que se puede visitar La Ermita, el CAM, es un recorrido que conecta también con los Gatos de Tejada, El Obelisco y otros sitios turísticos a los que es posible llegar a pie.
Durante el año, además, es el epicentro de grandes eventos como la Feria del Libro, y estar ahí, en un espacio solo para el peatón, es una manera de desconectarse de la ciudad y su tráfico.
Otro dato: el Bulevar del Río fue diseñado, y soñado, por una mujer: la arquitecta Elly Burckhardt.
Viaje a las Tres Cruces y sus demonios
Existe una leyenda: es tan fuerte la relación de los caleños con el cerro de las Tres Cruces, que por lo menos todos han ido a él al menos una vez en la vida. No solo es un plan ideal para hacer ejercicio y disfrutar, arriba, de una vista espléndida de la ciudad. También es una manera de conocer la historia de Cali.
Dice la leyenda que las Tres Cruces se erigieron en el cerro para exorcizar al diablo que rondaba la ciudad con un sombrero negro. Aquel demonio tenía nombre: Buziraco.
La leyenda ofrece otros datos. Buziraco, primero, habría llegado al cerro de La Popa, en Cartagena, donde era adorado por indígenas y negros. Sin embargo, el monje Fray Alonso de la Cruz Paredes y el obispo Juan Ladrada se encargaron de expulsarlo. Buziraco huyó despavorido en forma de macho cabrío y no se sabe muy bien por qué, pero llegó a Cali.
Se calcula que su reinado duró 300 años en los que de vez en cuando se aparecía en el cielo como murciélago gigante y enviaba todo tipo de plagas y enfermedades: el dengue, la viruela, la lepra.
Fueron dos frailes Franciscanos, seguramente asqueados de tantas tragedias que tenían que soportar los habitantes de la ciudad, los que le hicieron frente. El 3 de mayo de 1837 Fray Juan y Fray Vicente Cuesta subieron hasta el cerro con tres cruces de guadua adornadas con flores, por orden de la Arquidiócesis. Con las cruces encerraron al demonio en la montaña.
Paseo al refrescante río Pance
En estos días de calores intensos y Fenómeno de El Niño no hay mejor plan que refrescarse en las cristalinas aguas del río Pance, ubicado a unos cuántos minutos al sur de la ciudad. A lo largo del río hay restaurantes que ofrecen desde parqueadero gratuito hasta carpas para estar a la orilla en familia a cambio de almorzar en el sitio.
También es posible llegar con la comida lista, ubicar alguno de los charcos formados por las piedras, y pasar la tarde.
Si sus aguas son frías es porque el río nace en los Farallones de Cali, en pico Pance, la mayor altura de la cordillera Occidental. En total Pance tiene 25 kilómetros de recorrido. Otro plan – después del río, es recorrer Pueblo Pance.
Ciudad de aves
Cali es una de las ciudades con más especies de aves en Colombia (562) por lo que recorrer sus calles y la zona rural mientras se observan y fotografían los pájaros es otra manera de conocer esta capital, en la que, por cierto, en estos días se desarrollará la Feria Internacional de Aves (del 14 al 18 de febrero).
Son diversos los sitios ideales para observar aves en la ciudad. Está por ejemplo el Ecoparque Las Garzas, el humedal La Babilla, el parque del barrio El Ingenio, el Jardín Botánico, el Bosque de San Antonio en el km 18, entre muchos otros.
Entre las muchas especies que es posible avistar en la ciudad está la guacharaca colombiana, la perdiz colorada, el garrapatero mayor, el cuco ardilla, el guardacaminos rastrojero, el ermitaño verde, el pico de cuña de Chocó o el colibrí pechipunteado.
Trepatón a Siloé
Se llama Ricardo Sánchez, pero todos lo conocen como Richie. Su teléfono es el 320 6816216 y es el autor de la Trepatón a Siloé, un recorrido turístico gratuito por la Comuna 20. Los turistas y visitantes le pagan a Richie lo que consideren, si es que lo consideran. Él jamás cobra.
En el recorrido se puede conocer por ejemplo la misteriosa Casa de la Culebra que, se dice en la zona, fue construida por un arquitecto masón, quien rodeó la edificación con una culebra de concreto para, supuestamente, protegerla. En un punto, la lengua de la culebra se divide en dos, para indicar el camino hacia una especie de templo cuya puerta tiene la forma de un triángulo.
La caminata pasa por la famosa estrella de Siloé, que se encendió por primera vez el 17 de diciembre de 1973. Fue el sueño de un profesor de la comuna, don Alberto Marulanda Palacios. Él quería que Siloé tuviera una estrella de Belén, de cinco puntas, para iluminar a Cali.
También se recorre la Calle de la Poesía y se llega hasta un tanque de almacenamiento de agua que la comunidad convirtió en planetario. Otro punto imperdible es el Museo de Siloé, de David Gómez, en el que se conserva la historia de la zona.
La ruta de los museos
Algunos tienen entrada gratuita, como el nuevo museo que honra la memoria y obra del artista Hernando Tejada, ubicado a media cuadra de su monumento más famoso, el gato del Río, en la Avenida 4 oeste # 1- 66, galería El Finestral, y a unas cuantas casas del Taller Tejada, donde ‘Tejadita’ hizo gran parte de su trabajo artístico. En otros museos la entrada tiene un valor, aunque es tan económica que el monto es casi simbólico, como Caliwood, el museo de la cinematografía, donde su propietario, Hugo Suárez Fiat, conserva y exhibe la historia y evolución del cine del Valle del Cauca y el mundo. La dirección es Avenida Belalcazar (Carrera 2 oeste) #5-A-55 oeste.
En el Museo Arqueológico, además del recorrido por el pasado de la ciudad y la región, los turistas pueden tomar clases de arcilla, y no puede faltar los museos dedicados a la salsa y la música, como el museo de Jairo Varela, en la plazoleta frente al CAM, o el Museo de la Salsa en el tradicional barrio Obrero, donde se exhiben más de 40.000 fotografías que cuentan la historia de la Salsa en Cali y el mundo. Las fotos, además, son del fundador del museo, Carlos Molina.
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