Valle del Cauca
Así se vende el aguardiente Amarillo en el Valle del Cauca
Según la Unidad de Rentas del Departamento, habría una red ilegal distribuyendo este aguardiente, lo que afecta las ventas de la ILV y las rentas del Valle. Preocupa licor adulterado.
Desde el año pasado el país viene hablando del aguardiente Amarillo, una marca producida en Caldas, cuya distribución ha provocado hasta litigios.
Ahora, la Unidad de Rentas del Valle del Cauca alertó sobre el aumento del consumo de esta bebida, de forma personalizada, así como de la distribución y comercialización, en algunos establecimientos de la región.
Pero, el tema es mucho más grave por las implicaciones económicas, pues el contrabando representa menores recursos para el Departamento por la defraudación tributaria, además de competencia desleal de productos.
Adicional, gran parte de los recursos por el impuesto al consumo son destinados a la salud (37%), educación (14%) y deportes (3%).
¿Cómo llega al Valle?
Investigaciones del Grupo Anticontrabando advierten que la bebida está ingresando por el norte del Valle del Cauca, por Cartago y Alcalá.
Igualmente, el consumo masivo del Amarillo de Manzanares, se ha podido identificar en las cabalgatas. En Andalucía y Candelaria, donde recientemente hubo ferias, aprehendieron unas 100 botellas de este producto, una cantidad que resulta ínfima para lo que, se estima, circula en el mercado.
“Nosotros hemos venido haciendo un análisis respecto de la situación en el mercado en general del aguardiente Amarillo de Manzanares, que es el que está haciendo un nuevo impacto en el tema de licores de aguardientes anisados en la región”.
“Es una botella que está siendo muy atractiva para el consumo, no solo en fiestas particulares, también se está expendiendo de una manera muy comercial, a pesar de que está prohibida su comercialización en la región ya que no tiene permiso de distribución”, expresó Ramírez.
Asimismo, comenzó hace años atrás el consumo del aguardiente Antioqueño en el Valle, que también inició con un consumo personalizado, pero luego se fue difundiendo a nivel comercial.
El impacto más fuerte del Amarillo se registró en el último trimestre de 2023 y a comienzos del 2024. Este licor enfrenta procesos legales en Cundinamarca donde en junio del año pasado quedó prohibida su venta.
Para Ramírez, existiría una red dedicada a la distribución y comercialización en el departamento. “La primera dinámica que pudimos establecer es que la gente lo probó, le pareció chévere y compran cuatro o cinco cajas para sus fiestas privadas, pero también se está comercializando en estancos, lo que quiere decir que debe haber una red que está haciendo la distribución y comercialización en el Valle”.
El licor se vende por WhatsApp y redes sociales y se lleva a domicilio.
Para contrarrestar este flagelo, se fortaleció el Grupo Anticontrabando con un total de 20 personas que están en las calles, haciendo operativos de campo, tanto en establecimientos comerciales como en fábricas, centros de acopio y de distribución.
“Estamos haciendo no solo verificación sancionatoria sino también cultura tributaria y un programa de capacitación y concientización sobre esos productos que son ilegales y las consecuencias que trae su comercialización”, explicó la Gerente de la Unidad de Rentas del Valle.
Entre tanto, en la reunión del Comité Interinstitucional Anticontrabando, el pasado jueves, la Federación Nacional de Departamentos, informó que están ad portas de firmar un convenio para asignar unos recursos destinados a la lucha del programa anticontrabando de la Gobernación del Valle.
Impacto en la ILV
Según Ramírez, la venta ilegal de aguardientes anisados estaría contrayendo las ventas de la Industria de Licores del Valle, ILV, que tuvieron una leve baja el año pasado (2,06%) frente al 2022, lo que pudo estar relacionado con la venta del Amarillo principalmente, pero también del Antioqueño y el Caucano que ingresa por el sur, lo que afecta también las rentas departamentales.
Pero Julián Dorado, gerente (e) de la ILV, afirmó que las ventas del 2023 así como en el 2022 fueron muy buenas, pues la empresa logró vender 10.350.000 botellas, mientras el distribuidor colocó 10.100.000 unidades.
“Este ejercicio es muy bueno porque no generamos un inventario que perjudique a la estructura del negocio”, manifestó.
Respecto al tema del aguardiente Amarillo, explicó que la ILV es la segunda licorera en aguardiente del país, pero solo pueden vender en el Valle, a diferencia de Antioquia y Caldas que tienen otros mercados nacionales. “Sabemos que se está vendiendo de contrabando en el norte del Valle e incluso en Cali y Palmira”.
Coincidió en que se ve mucho en las cabalgatas, donde los maneros (personas que venden licor, agua y otros productos), lo distribuyen entre los asistentes. “Es un contrabando técnico y ya incluso, tengo entendido, están identificando la modalidad de contrabando y en próximos días se estarán dando golpes”, aseguró Dorado.
De otro lado, un distribuidor que prefirió omitir su nombre, afirmó que sí se están viendo muy afectados por el Amarillo, debido a la cercanía con Risaralda. “Este licor viene generando una altísima demanda”. Pero, aclaró, no solo está llegando al Valle, también están atendiendo hasta el Cauca, donde han expresado su preocupación, pues en las ferias, la gente en las cabalgatas, va con un Amarillo en mano.
Sin embargo, el problema no sería tanto en las ventas como el impacto de una competencia desleal. “Nosotros somos una empresa legalmente constituida, con 230 empleados, tenemos una estructura que implica compromisos con la Dian, declaraciones, mientras quien vende clandestinamente no aporta nada, ni al mercado, ni al departamento. Se volvió un mercado clandestino y esto es un problema de ausencia de la autoridad competente que haga control en estas fiestas. El crecimiento del aguardiente Amarillo es exponencial, es un contrabando que trasciende fronteras regionales”, enfatizó.
Además de la comercialización ilegal de este producto, le preocupa la venta de aguardiente adulterado. “En este momento, si nosotros vamos a comprarle aguardiente al distribuidor oficial de la ILV, desde enero no se consigue aguardiente blanco botella. El que nosotros tenemos ya se nos está agotando, al igual que a varios mayoristas que ya no tienen para vender”.
Agregó que este desabastecimiento ha hecho que en la calle se esté empezando a vender aguardiente adulterado y “esto, más que el aguardiente Amarillo, sí afecta al comercio por la mala imagen, incluso para el departamento. Hay poca supervisión de las autoridades para atacar este mercado que puede ser muchísimo más grande que el Amarillo, sin contar el riesgo para la salud”, reiteró el distribuidor.