INDIA
Vallecaucanas varadas en India por Covid-19 piden ayuda: "Si salimos a la calle nos pegan con palos"
Así lo asegura Jennifer Guarín, una caleña que hace parte de los 130 colombianos que están varados en este país.
Las vacaciones que muchos colombianos habían soñado por años, se convirtieron en una pesadilla que ya lleva un mes y de la que, al parecer, todavía están lejos despertar porque quedaron atrapados en diferentes ciudades de la India por el cierre de las fronteras aéreas debido a la pandemia del Covid-19.
“Acá creen que todos los extranjeros tenemos coronavirus y nos ha tocado humillarnos ante ellos para decirles que no estamos enfermos. Antes de la pandemia este era un país donde la gente lo veía a uno en la calle y se tomaba fotos con nosotros, ahora se alejan y apenas nos ven se ponen las máscaras para no tener contacto con nosotros”, cuenta Leidy Vanessa Osorio, una caleña que viajó desde el 2 de marzo como turista a la India, pero que ya lleva un mes encerrada en una habitación junto a dos jóvenes de Tuluá, Jenny Lorena Salazar y Maryi Girón.
Desde el 22 de marzo, el Gobierno de la India decretó toque de queda en todo el país, pero hace cuatro días las dos compañeras de Leidy Vanessa debieron salir a buscar alimentos. Cuando regresaron al edificio los dueños les cerraron las puertas y les dijeron que no podían ingresar porque estaban contagiadas. “Nos tocó llorar y explicarles que nosotros no teníamos el virus porque hemos hecho la cuarentena igual que todos. Eso sí, nos dejaron claro que nos dejaban entrar con la condición de que no nos asomáramos a las ventanas”, cuenta Leydy, quien dejó en Cali a su hija de 11 meses de nacida.
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Situaciones como esta han tenido que soportar 130 connacionales, entre ellos 16 vallecaucanos, que debido a sus viajes de turismo o negocios están en la India desde febrero, país que hasta ayer reportaba 23.452 personas contagiadas y 723 muertos.
“La xenofobia aquí en India no es mentira, es algo real. Será que el Gobierno de Colombia está esperando que ocurra una tragedia y que mueran dos o tres personas. Aquí el problema es que usted no puede salir a la calle porque si sales te dan palo”, cuenta Jennifer Guarín, otra caleña que desde el 22 de febrero está varada en la India.
“El pasado 1 de abril llegó la Policía de la ciudad de Bombay, una metrópoli de 18 millones de habitantes, y me dijo que tenía que abandonar el hotel donde estaba. En ese momento llamo al señor Carlos Enrique Piñeros, cónsul de Colombia en la India y me dice que sí, que la policía india me moverá a un lugar y me van a dar las tres comidas del día sin ningún costo. Me dijo que no me preocupara”, cuenta Jennifer, quien se desplazó al lugar con la esperanza de que las condiciones iban a mejorar, pero ocurrió todo lo contrario.
La Policía le prometió comida vegetariana, pero solo le dieron durante los primeros tres días arroz blanco con agua.
“En los días siguientes los policías iniciaron con invitaciones a tomar cerveza y me preguntaban que si quería ir con ellos a tomar whisky. Eran tres policías, pero el que siempre habla y al que se le veía toda la mala intención era solo a uno”, relata esta madre de dos hijos, quien al otro lado de la línea telefónica se le escucha desconsolada.
El acoso no paró allí porque un sábado el policía ingresó en alto grado de embriaguez a la habitación de Jennifer. “Yo no sé cómo hice para sacarlo porque parecía un animal queriendo sexo. La respuesta del cónsul Carlos Piñeros cuando le comenté esta situación era que iban a mirar a ver qué hacían porque ellos no tenían recursos”.
“Luego de que se termina la llamada con el señor Piñeros, su secretario llama a la recepción del hotel donde me estaba quedando y desde ese día ni papel higiénico me volvieron a dar. Duré desde el 1 hasta el 20 de abril sin ver la luz del sol porque estaba en un cuarto pequeño sin ventanas, sin agua, sin comida y con miedo a ser abusada sexualmente. Esos 20 días aguanté hambre y algunos compañeros, que tampoco tienen mucho, compartieron algo de su comida conmigo. Yo vivo aquí de la caridad”, asegura Jennifer, quien días después fue ayudada a salir de dicho hotel gracias a la gestión del Comisionado de asistencia de la India, pues según ella la respuesta de Piñeros cuando le comentó lo sucedido fue: “Por favor trate de tener una relación cordial con el personal de allá. Es difícil resolver mientras usted no copera con quienes están ayudando y brindando hospedaje gratis”.
“Con esta respuesta me sentí devastada porque aquí prefieren que haya un feminicidio a prevenirlo”, dice.
El País intentó dialogar con el cónsul Carlos Piñeros, pero aseguró no estar autorizado para dar declaraciones a la prensa.
Mientras todo esto ocurre los colombianos han buscado comunicarse con la Cancillería Colombiana para lograr un vuelo humanitario que los traiga de regreso a su país, sin embargo, aseguran que ha sido poca la ayuda recibida.
“De la cancillería nos dicen que nos enviarán 14.000 dólares para los 130 colombianos. Eso no alcanza para nada y nosotros preferimos que ese dinero lo inviertan en un vuelo. Es increíble que no haya empatía por los connacionales que están en el exterior”, finaliza Jennifer.
Por ahora, estas mujeres y Wendy Martínez, Marcela Pulido, Ana Marcela Valencia, Laura Sofía Chacón y Diego Fernando Carvajal, entre otros vallecaucanos, seguirán escondidos a más de 15.000 kilómetros de su país esperando que haya luz verde para un vuelo que hoy más que nunca es sinónimo de vida.
Lo que dice la Cancillería
En relación con el caso de la India, tenemos registrados en nuestro Consulado 102 colombianos que han solicitado ser retornados al país, quienes estaban en calidad de viajeros temporales (turistas).
La Cancillería, a través de la Dirección de Asuntos Consulares, ha brindado un apoyo constante y permanente a los connacionales que se encuentran en la India y en los diferentes países en donde hay colombianos reportados.
Vale la pena destacar que el cónsul también mantiene comunicación con este grupo de colombianos. Además, podemos indicar que una vez tengamos disponibles los recursos ya aprobados, se girará al consulado en mención un total de $14.400 dólares que será un apoyo para hospedaje y alimentación de los connacionales que no cuentan con recursos y se han registrado en el consulado requiriendo algún tipo de ayuda para su subsistencia.