ACCIDENTE DE TRÁNSITO
El Darién le dará este martes el último adiós a las víctimas de accidente en Yotoco
Los cuerpos serían enterrados hoy, luego de un homenaje en el pueblo. Sigue la investigación.
En el parque central de Calima - El Darién se habla en voz baja, casi susurrando. Nadie quiere alzar el tono o mucho menos reír, por respeto a las nueve víctimas y veintidós heridos del accidente del bus de la empresa Transportes Especiales Cristales, ocurrido el pasado domingo en el kilómetro 103 de la vía que conduce de Buenaventura a Buga.
William Urbano, coordinador de la Institución Educativa Simón Bolívar, no recuerda haber sentido el pueblo tan callado como lo ha estado estos últimos dos días, desde que los celulares empezaron a sonar para avisar del volcamiento del bus que, según las primeras hipótesis de las autoridades, se habría quedado sin frenos y habría recorrido la vía a alta velocidad.
“Es una tragedia que marcó el pueblo para siempre, no solo porque eran niños sino porque aquí somos muy unidos”, aseguró Urbano.
Cinco de las nueve víctimas eran darienitas: Santiago Feriz, de 16 años; José Alejandro Molina, de 3 años; Heidy Martínez, de 14 años; Nicole Bermúdez, de 14 años; y Gina Vinazco, de 39 años. Entre tanto, Jeyson Páez, de 31 años, era natural de Yumbo pero vivía en el barrio San Vicente de Calima; José Manuel Ruiz, de 13 años, era nacido en Cali pero estudiaba en Calima; Manuel Castañeda, de 83 años, era oriundo de Chinchiná (Caldas); y el conductor del bus, Hernando González, de 22 años, era nativo de Restrepo pero a veces se le veía rondando en las calles de Calima. Pero hoy no importa quién era de dónde, todo el pueblo está de luto.
Por eso en los pequeños muros de ese parque, desde el domingo en la noche, permanecen encendidas cincuenta veladoras con las que los más de 15.000 habitantes del pueblo recuerdan a los fallecidos, que anoche llegaron al municipio en una caravana fúnebre y fueron recibidos por vecinos, familiares y amigos en la cancha de la Institución Educativa Gimnasio del Calima. Allí solía entrenar el equipo de básquetbol Loros, el mismo que se transportaba en el bus rumbo a Yotoco a jugar su segundo partido de ‘fogueo’ desde que se creó el club, hace poco más de dos meses.
En ese colegio, precisamente, estudiaban dos de las víctimas: Santiago Feriz y Heidy Martínez; y dos padres de familia tenían a sus hijos aprendiendo en el sitio: Gina Vinazco y Manuel Castañeda. Diez de los veintidós heridos también eran estudiantes o padres de familia allegados a esa institución.
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Los estudiantes del salón 10-3 seguramente extrañarán a Santiago Feriz, ese muchacho espigado que vivía en Calle Corta y prefería andar en camisilla a vestir la camisa del Gimnasio del Calima. El pelado frecuentemente que los hacía reír con las ocurrencias propias de un adolescente de 16 años.
La rectora de la institución, Elizabeth Álvarez, recordó también cuando Heidy Martínez se destacó como parte de los intérpretes de instrumentos de viento de la banda sinfónica de Calima. “Era una muchacha juiciosa que pasaba a noveno grado, era buena estudiante y era de mucha tradición en el colegio, porque su mamá es una exalumna nuestra”, comentó la Rectora con los ojos vidriosos.
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Entre tanto, Felipe Charry, ayudante de entreno del club Loros, dijo que “ambos tenían muy buena contextura física y pintaban como buenos jugadores para seguir practicando el baloncesto. Heidy apenas iniciaba, pero tenía condiciones; y Santiago tenía una habilidad tremenda. José Manuel Ruiz, con solo 13 años, era muy alto, un jugador fuerte y uno de los prospectos del pueblo”.
También quedará en el susurro continuo de los moradores de El Darién la historia de Piedad Castillo, quien cuidó hasta el último momento el cuerpo de José Alejandro Molina, su hijo de 3 años, albergando la esperanza de que estuviera vivo luego del accidente. Esa esperanza fue arrebatada de un tajo cuando un enfermero, en medio de la sala de urgencias, le dijo que lo soltara, que el cuerpo del niño estaba frío y había fallecido minutos antes de cruzar la puerta del hospital.
Hoy, Piedad y las familias de las nueve víctimas del accidente le darán el último adiós a sus seres queridos, quienes serán enterrados en el cementerio del pueblo, dando cierre al capítulo más triste que ha vivido Calima - El Darién.
“El carro chocó y dio vueltas”
“María Paz, nos quedamos sin frenos”. Esas palabras de su madre, Judith Meza, junto a una seguidilla de oraciones y gritos fueron las últimas palabras que escuchó María Paz Yepes, una joven de 14 años, antes de despertarse acostada en el pasto rodeada de cuerpos y, a lo lejos, el bus en el que se transportaba junto a sus compañeros. Este es su relato.
“El bus salió salió faltando cinco para las 7:00 a.m., estábamos contentos porque íbamos a jugar. El bus tenía frenos hasta Puente Tierra y nos dimos cuenta porque el conductor ya estaba cogiendo un poquito de velocidad. Más adelante el conductor intentó frenar y el carro no frenó, entonces el muchacho se estresó mucho y comenzó a accionar el freno de mano. Mi mamá siempre está pendiente del conductor y me dijo ‘María Paz, nos quedamos sin frenos’; yo no lo creía, ella le avisó a todos y comenzaron a gritar y rezar. El carro cogió mucha velocidad, alcanzó a dar dos curvas bien y en la tercera se chocó con un resalto y comenzó a dar vueltas. Yo me dí cuenta hasta la segunda vuelta, luego perdí el conocimiento y desperté al lado del conductor y al otro lado estaba el acompañante. Allí la gente se empezó a parar y también había varios muertos. Mi reacción fue buscar a mi mamá, y con un compañero corrimos a buscar un gato para poder alzar el bus, porque ella tenía la pierna derecha atrapada; con ayuda de la gente la pudimos sacar. La gente se quedó en pánico y yo empecé a gritar que llamaran ambulancias, porque se estaban demorando mucho. Minutos después llegaron y llevaron a los heridos a los hospitales”.
Investigan causas del choque
De acuerdo con el secretario de Movilidad Departamental, Andrés Lañas, para el accidente del bus de la empresa Transportes Especiales Cristales se están analizando dos hipótesis.
”Se está estudiando el exceso de velocidad del vehículo y una falla mecánica. Estas causales no son excluyentes, porque puede que se registrara el exceso de velocidad, y encima, que se diera una falencia en el sistema mecánico. Esa es una vía peligrosa y por eso estamos a la espera de los resultados de la investigación del cuerpo investigativo de la Policía”, aseguró Lañas.