Columnistas
Esto también pasará
Las preocupaciones deben ser cambiadas por ocupaciones, ocuparnos en ser mejores seres humanos, sin tanta quejadera...

Existía un reino en un lugar remoto, de un continente, en un planeta llamado Tierra, donde la gente disfrutaba de un rey justo y generoso, gente feliz porque había abundancia en todo sentido.
La tranquilidad se vio interrumpida por la amenaza de una invasión de personajes forajidos. El rey reúne a sus consejeros para escuchar qué hacer para proteger a su pueblo y mientras estaban reunidos reflexionando, pasó un hombre mayor que había servido no solo al rey, sino a su padre, que también había sido un rey justo.
El rey procede a pedirle su opinión, a lo que él le entregó un anillo en forma de cajita y le dijo que solo la abriera en un momento de desesperación.
Efectivamente, el reino fue invadido y el pueblo con su rey tuvieron que buscar refugio en los bosques cercanos. En la noche, cuando el rey estaba siendo perseguido por hombres a caballo, él decide abrir la caja y encontró un pequeño escrito que decía: “esto también pasará”. Días después los invasores se marcharon y la gente con su rey volvieron a ocupar sus casas y sus cultivos, todo volvió a la normalidad. Sentado a la mesa con los suyos, pasó el sirviente y le entregó nuevamente un pequeño papel con un escrito que decía: “Esto también va a pasar”.
Moraleja: nada es permanente en este universo, las cosas vienen y así mismo se van, nada está garantizado.
Las preocupaciones deben ser cambiadas por ocupaciones, ocuparnos en ser mejores seres humanos, sin tanta quejadera y ponernos al servicio de los demás, construir ‘un reino’ un nuevo orden donde dejemos atrás tanta polaridad.
Me llega a la mente otra parábola: Dos monjes se disponían a cruzar un río. Al lado, una mujer también se alistaba para hacerlo, pero el río era muy profundo, uno de los monjes la cargo y la pasó a la otra orilla. En el camino, el otro monje le preguntó por qué hizo eso si para ellos estaba prohibido tocar a una mujer, a lo que respondió: “Yo ya la solté en la orilla, tú la sigues cargando”.
¿Es tiempo de reconciliación, es tiempo de ‘dejar atrás’ los juicios y aprender a respetar las diferencias, es ya o es ya, que todo esto que está pasando, que nos puede llevar a una gran guerra, nos muestre, no lo que otros hacen, sino a qué vinimos nosotros a este planeta, ¿a quejarnos o a construir?
Las diferencias son parte de todo en la vida y el respeto a ellas es esencial para la sana convivencia, cuando vayamos a decir algo y copiar algo en la red pensemos: Es bueno para mí, es bueno para otros, va a ayudar o va a generar más caos. “Azi Mazare Busiminchanoa”, en lengua Arahuaca, ¡que todo esté bien contigo y todas tus relaciones!
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