Columnistas
Todo un desafío
Son muchos los errores que está cometiendo el gobierno y, más grave aún, cuando al ‘gobierno del cambio’ lo que lo está caracterizando es la corrupción a todo nivel...
Las corrientes identitarias, el tribalismo y la decadencia de organizaciones que daban coherencia a importantes grupos sociales como los partidos políticos e, incluso, muchos grupos religiosos, vienen exacerbando en todo el mundo la polarización. Paradójicamente, la incomunicación es la regla en un mundo cada vez más conectado por cuenta de los progresos tecnológicos. El fenómeno es global y Colombia es solo un actor más en este proceso.
Resulta sorprendente que puedan construirse percepciones tan divergentes acerca de una misma realidad, situación que pone de presente la dificultad de construir verdaderos propósitos de país y lograr esfuerzos conjuntos para sacar adelante lo que Álvaro Gómez llamaba Acuerdo sobre lo Fundamental y, ahora, este gobierno pretende llamar Acuerdo Nacional.
Cuando se mira la situación nacional se encuentra, como lo dicen analistas serios, que se están dando, de manera deliberada, pasos y acciones para llevar al país a una tormenta perfecta. Vamos a enfrentar una escasez de divisas por cuenta del desmonte del sector petrolero y minero, graves problemas en el bienestar por haber lesionado severamente al sector de la salud, vamos a tener que importar gas y a enfrentar amenazas de un próximo apagón por los errores cometidos con el sector eléctrico.
El sector de infraestructura tendrá un gran retraso al no sacar al mercado nuevos proyectos. Hay grandes riesgos de aumentar el empleo informal si sale la reforma laboral en que está empeñado el gobierno. Tendremos el riesgo de que nos rebajen adicionalmente la calificación de crédito y, por consiguiente, se nos eleven los costos de la deuda, si se llega a relajar la Regla Fiscal o si, frente al cambio en el SGP, no se logra una ley adecuada sobre el régimen de competencias.
En fin, son muchos los errores que está cometiendo el gobierno y, más grave aún, cuando al ‘gobierno del cambio’ lo que lo está caracterizando es la corrupción a todo nivel, el manejo arbitrario y ‘amiguista’ de los cargos públicos, especialmente, del servicio diplomático y hay actitudes completamente reprochables como es el caso de Benedetti. Habría que escribir más largo que los trinos de Petro para describir todos los lunares de este gobierno.
Frente a cosas tan evidentes, las encuestas muestran que Petro sigue con un nivel de aprobación superior al que han tenido otros presidentes a esta altura del gobierno. Esto solo puede entenderse como el resultado del fenómeno que mencionaba al comienzo. No hay ninguna comunicación entre grupos de población. Los ‘hinchas’ del petrismo solo se informan por sus ‘bodegas’ y medios completamente entregados y, no importa lo que haga el gobierno, lo siguen apoyando.
El gran desafío, entonces, es lograr que personas que han apoyado al gobierno, entiendan los riesgos de lo que se viene para Colombia si el gobierno sigue avanzando en ese proceso de demolición de lo que se ha construido en muchos años. Un paso en esa dirección fue el rechazo a la Ley de Financiamiento por las cuatro comisiones del Congreso, confirmando que esto es posible y que todos pueden actuar con sensatez cuando hay conciencia sobre las consecuencias de los errores.