La decana de la historia de Santiago de Cali es una mujer saludable, gigante y hermosa. Una ceiba de 400 años de edad que reposa en el jardín de un restaurante en el Barrio San Fernando y que vio nacer y crecer la capital del Valle.
Como ella, convertida en simple paisaje y casi inadvertida, otra ceiba ubicada en un separador vial de la Calle 44 del barrio La Flora lleva 350 años danzando con el viento que cae de los Farallones y viendo expandirse el norte de la ciudad.
A la sombra del samán de la Tertulia florecieron el arte y la cultura. El árbol está allí desde la inauguración del museo y en su nombre se han inspirado talleres, muestras y exposiciones de grandes artistas. Un sobreviviente de múltiples plagas tan notable como el museo mismo.
El caucho de la Carrera 1 con 62 ha visto desfilar todos los campeonatos obtenidos por los equipos vallecaucanos y frente a él caminó también un papa que ahora es santo. Con él se han cruzado las miradas de deportistas, reinas, obispos, militares, presidentes y turistas que llegan a Cali por el aeropuerto. También testigo silente y casi víctima de la ebullición de un estallido social.
Aseguran también quienes conocen estas especies, que el caucho que está justo detrás del CAM, en el parque de las Piedras, se aburrió un día y empezó a caminar. Que el árbol abandonó el nucleo y cada una de sus ramas tomó camino.
Estos son solo algunos de los 276 árboles declarados ‘Notables’ mediante el acuerdo 0353 de 2013, Estatuto de Silvicultura Urbana, porque gozan del reconocimiento ciudadano “por su porte, tamaño, volumen, longevidad, valores escénicos, importancia botánica o representan puntos de referencia e identidad para la ciudad”.
En la lista están también las palmas de vino y botella de la Plaza de Cayzedo, las ceibas gigantes del Parque del Acueducto, los Laureles de la India que vigilan la fuente del Parque Alameda y el bala de cañón que apunta al CAM.
Entre el selecto grupo de notables figuran 104 samanes que gozan de alta importancia ecológica y protección dentro de la ciudad; ubicados en su gran mayoría en sitios concurridos como la Calle 5 y la Avenida 6, donde sobresalen por la majestuosidad de sus copas y porque alcanzan hasta 30 metros de altura.
Se suman a ellos 93 ceibas, consideradas por expertos del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente de Cali (Dagma) como una de las especies más icónicas de la ciudad y fáciles de reconocer por su tallo abultado, su altura y su tonalidad de verdes.
“Todos los árboles notables de la ciudad tienen un toque de magia que al visitarlos maravillan y emocionan; estos estas protegidos por la autoridad ambiental de Cali, Dagma, que anualmente diagnostica y programa mantenimientos para su protección y cuidado”, detalla en un documento el ingeniero forestal Pablo José Prieto, quien ha estado durante años en el cuidado de este notablato.
Explica el ingeniero que un árbol notable, “por estar en el listado de los más representativos de la ciudad, tiene un cuidado especial por parte del Dagma, mantenimiento y año tras año se les hace análisis de laboratorio para determinar si se encuentran en buenas condiciones o necesitan ser intervenidos por alguna afectación o alguna plaga”.
Aunque la idea es ampliar el listado de los notables en Cali, porque son muchos más los que cumplen con las condiciones para integrar el selecto grupo, la lista por el contrario se reduce. En buena medida por la acción del hombre.
El año pasado uno de los notables, una ceiba centenaria que estaba ubicada afuera de la Plaza de Toros debió ser derribada luego de que un ciudadano le prendiera fuego y dañara su estructura. Infortunadamente, la Calle 5 es una vía muy transitada y el Dagma determinó que era demasiado riesgoso dejar allí ese árbol en malas condiciones.
“La intención es que estos árboles se puedan preservar para siempre. Ya en casos muy extremos y si es estrictamente necesario entraríamos a revisarlos, pero son árboles que no se pueden tocar”, explica el ingeniero Pablo José Prieto.
Los notables podrán haber llegado hace siglos desde distintos lugares del mundo, pero sobre el suelo de la ciudad, ninguno tan emblemático, tan fiel ni tan caleño como ellos.