Thiago Cuero valencia es el niño que se ha dado conocer en el marco de la COP16 por bailar salsa como todo un profesional.

Su llegada al Bulevar del Río no pasa desapercibida, pues con solo escuchar un disco de salsa, este pequeño de tan solo seis años empieza a moverse sin parar.

Al pequeño ya muchos lo han aprendido a conocer como “la promesa de la salsa en la COP16″.

Cuenta que le gusta bailar porque es una forma de expresarse y divertirse. Su mamá, Vanessa Valencia, es su fiel compañera y quien asegura que con el talento se nace.

“Thiago desde que tenía unos seis meses escuchaba un disco de salsa, y con las palmas, en vez de hacer “arepitas”, hacía la clave. Desde ahí empezó el gusto y empezamos a mirar que desarrolló el oído desde muy temprana edad”, comentó Valencia.

El pequeño se ha ganado la admiración del público asistente a la COP16. | Foto: El País

El pequeño se encuentra en estos momentos en una academia de la Corporación para la Recreación Popular. “Está con el profe Camilo, quien es un bailarín, el cual le enseña muchos ritmos aparte de la salsa, como el chachachá, bugalú, bachata, entre muchos otros más”, contó su mamá.

Al ver que a su hijo hoy le piden fotografías, lleva a su mamá a pensar. “Para nosotros en casa era como muy normal, muy cotidiano verlo bailar, pero cuando él llega acá y baila, y empieza a expresarse, como esa felicidad y esa manera de él comunicar lo que siente a las demás personas, pues la gente lo abraza, lo aplaude, le piden fotos, y se roba las miradas”.

En el Bulevar son muchos los que le piden fotografías y lo elogian por su talento. | Foto: El País

Un reto para Adrián Ramos

“Soy hincha del América y del Real Madrid”, dijo con propiedad. Del América sus jugadores favoritos son Luis Paz, Adrián Ramos y Duván Vergara; mientras que del Real Madrid le gusta Kylian Mbappé y Vinícius Júnior.

Además, asegura que le gustaría jugar con la América y que de vez en cuando va al estadio, a ver a los jugadores jugar y bailar.

“Me gusta como baila Adrián Ramos”, aseguró, además de insistir en que gustaría competir contra el jugador para ver cuál de los dos baila más.

Por so de una manera decidida desafió al futbolista a un reto de baile, con la canción Sin negro no hay guaguancó.