La Policía Metropolitana de Cali dispondrá de 1000 uniformados para realizar controles este viernes durante la realización del partido entre América y Junior en el estadio Pascual Guerrero. 

La medida fue tomada en un consejo de seguridad que adelantaron las autoridades de la ciudad después de la segunda jornada de protestas por la muerte de Javier Ordóñez, la cual dejó múltiples actos vandálicos en Cali.

"Vamos a garantizar la realización de este encuentro con un robusto dispositivo policial", aseguró el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana. 

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A pocos metros del estadio Pascual Guerrero está ubicado un Centro de Atención Inmediata, CAI, de la Policía, que ha sido atacado en los últimos dos días.

Frente a una posible nueva jornada de protestas este viernes, el comandante Vásquez reflexionó que "la protesta social tiene un amparo constitucional y la Policía debe acompañarla, diferentes son las manifestaciones de actos vandálicos que sí debemos intervenir con toda contundencia".

Las autoridades también anunciaron la instalación de un puesto de mando unificado para monitorear el comportamiento ciudadano debido a los últimos hechos de desorden público en la ciudad.

Por su parte, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, reiteró que desde este viernes entrará en vigencia la ley seca para evitar aglomeraciones ante un posible festejo después del partido del conjunto escarlata. 

"No podemos cerrar más nuestra sociedad. No podemos dejar que el vandalismo le gane a una sociedad que quiere abrirse de manera progresiva y biosegura", expuso.

El encuentro entre América de Cali y Junior de Barranquilla, válido por la final de vuelta de la Superliga Águila, se disputará desde las 7:00 p.m.