Este lunes, durante el Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia anunciaron las bibliotecas ganadoras del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega, en su quinta versión.
Este galardón, creado en 2014 como reconocimiento a la excelencia en la gestión y administración de las bibliotecas públicas del país, otorgó estímulos por más de $110 millones a cuatro bibliotecas ganadoras, y pasantías en el exterior para los bibliotecarios.
Entre las bibliotecas que recibieron un reconocimiento especial está la Biblioteca Pública Municipal Centro Cultural Comuna 20 de Cali, ubicada en el barrio Brisas de Mayo, justo en esa gran montaña que todos conocemos como Siloé.
El jurado del premio destacó de este espacio el centro de robótica y el fondo de ciencia ficción.
“De igual manera es evidente que la Biblioteca es un punto de encuentro entre barrios que tienen fronteras invisibles (Los mangos, Brisas de Mayo y Tierra Blanca), situación que hace de este espacio un sitio de paz y resolución de conflictos. Se destacan las actividades que promueven investigación a partir de lo tecnológico y la vinculación en este proceso con la Universidad. Se destaca la recuperación de la historia del barrio Siloé, el cual fue trabajado en conjunto con las matronas, como trabajo de patrimonio local”, se lee en el acta final.
Efectivamente, la Biblioteca Pública Municipal Centro Cultural Comuna 20 es una suerte de trinchera de paz en medio de fronteras invisibles que todos en la zona tienen capacidad de ver a apenas una cuadra del edificio.
Brady Fernanda Jiménez, la coordinadora de la biblioteca, señala desde una terraza una calle donde los de un sector no se pueden encontrar con los de otro, y para intentar conjurar aquello, cuenta, crearon un proyecto que busca que los muchachos de las pandillas se interesen por los libros.
Al principio los pelados se burlaban cuando les mencionaban la palabra cuento, pero desde que leyeron ‘La calle es libre’, una historia sobre unos niños en Caracas que pasaban por sus mismos problemas, comenzaron a ver la lectura como un hábito imprescindible. Aún los de un lado no se juntan a leer con las del otro, pero a largo plazo ese es el propósito.
El primer puesto del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega fue para la Biblioteca Carlos Restrepo de Bogotá, que recibió $50 millones.
Algo parecido intentan en la biblioteca con el Maker lab, un recinto logrado gracias a la gestión de Bibliotec, la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, entre otras instituciones. En el laboratorio hay una impresora 3d, una cortadora laser, y allí los niños y jóvenes se juntan a crear robots con materiales reutilizables mientras, sin darse por enterados, se conocen, aprenden a trabajar en equipo, desactivan la agresividad.
Con los abuelos de la zona, además, en la Biblioteca desarrollan emprendimientos en un proyecto de nombre hermoso: ‘Dulce lectura, tejiendo en red los saberes ancestrales’.
Los abuelos elaboran desde muñecos hasta jarrones, cuadros, cubrelechos, cortineros, que después comercializan en eventos como el Petronio Álvarez. En diciembre se dedican a la venta de faroles, y en la Biblioteca aprenden todo lo que debe saber un emprendedor para ser exitoso.
Al día al Centro Cultural Comuna 20 asisten unas 400 personas, y con los $20 millones que obtuvieron, prometió Brady, se fortalecerán los proyectos para que la Biblioteca siga siendo un remanso de paz en aquella montaña de decenas de barrios que todos llamamos Siloé.
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