En una escala de cero a diez, los caleños calificaron en un 3,9 su satisfacción promedio respecto a la gestión de la Alcaldía durante la pandemia por covid-19. Este es uno de los datos más relevantes del último estudio del Observatorio de Políticas Públicas, Polis, tras una encuesta realizada a 1.000 habitantes de Cali entre noviembre del 2020 y enero de este año a propósito de cuál era su confianza en las instituciones públicas.
Cabe aclarar que si bien la investigación, conocida como CaliBRANDO, no es estadísticamente representativa, muestra cierta tendencia de cómo los caleños se sienten a propósito de las medidas implementadas por el Municipio.
En la encuesta fueron abordados en total once componentes a la hora de medir la satisfacción. Los que tuvieron la mejor calificación fueron los servicios de salud, con un 4,6, gestión de la pandemia, 4,4; y servicios públicos, 4,3. En cambio, los aspectos que se ‘rajaron’ en el estudio fueron: gestión en los barrios de Cali, con una calificación de 3,7; transporte, 3,6; seguridad, 3,2, y empleo, 3,0.
“Todos los indicadores de satisfacción con la gestión de la Alcaldía medidos en CaliBRANDO presentan una ruptura respecto a la tendencia de crecimiento evidenciada en los últimos años. Sin embargo, en términos generales, esta satisfacción sigue siendo baja”, advierte el documento.
Para la coordinadora del Observatorio de Polis, Lina Martínez, la baja confianza de los caleños con sus gobernantes puede traer consecuencias, “como el no pago de los impuestos, dado que descubren irregularidades dentro de la misma Administración, como lo ocurrido con la Feria de Cali virtual, o el impedir procesos de cooperación ciudadana que pueden obstaculizar la realización de diferentes proyectos, por ejemplo la Estación del Sur del MÍO en Valle del Lili desde la Alcaldía de Armitage”.
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Los indicadores no parecen ir mejor en las personas de clases media y baja, que constituyen el 77 % de la población caleña, según datos de la Alcaldía del año pasado. Sobre la clase baja, esta dio una respuesta promedio de 3,0 sobre si se sentía satisfecho con la gestión de la Administración; y respecto a la clase media, reportó un 3,7.
Asimismo, la encuesta le preguntó a los caleños cómo el gobierno municipal le puede ayudar a mejorar su situación. El 61 % contestó que por medio de la generación de más empleo; el 66 % por medio de subsidios monetarios; el 62 % afirmó que era necesaria más seguridad; el 42 % pidió subsidios de estudio; el 31 %, subsidios de vivienda, y el 30 %, mercados.
“La mejor forma en la que puede aumentar la confianza en la gestión pública es la transparencia, es decir, que nos digan en qué se están invirtiendo los recursos, algo que no basta hacerlo con decretos o redes sociales, sino que haya una comunicación con la comunidad para que ese aspecto mejore”, explicó Martínez.
A esto se suma el reto de que los ciudadanos se involucren de forma más comprometida con los procesos políticos de la capital vallecaucana. “Esto no es algo exclusivo de Colombia, sino de América Latina, en la que la cultura de participación es muy pobre. La gente entiende muy poco cómo funciona el gobierno, por ejemplo, no están enteradas del todo de las funciones de un Concejo y solo se limitan a participar por medio del voto”.
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Para Juan Pablo Milanese, magíster en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad Icesi, indicó que dado que el 2020 fue un año completamente atípico, es de esperar que los datos sean muy distintos a los usuales.
“La respuesta depende del tiempo en la que se haga, por ejemplo, en marzo o abril el nivel de aceptación estaba muy por encima, en parte por la reacción de los gobernantes locales y nacionales respecto a la pandemia, pero si uno lo compara con los resultados de la última encuesta Invamer, uno ve que el alcalde Ospina tiene una desaprobación del 60 %, cuando las personas ya experimentan los efectos de la pandemia a mediano plazo”, explicó Milanese.
El politólogo agregó que, producto de la llegada de la pandemia, la Alcaldía perdió gran parte de su capital político en el primer año de su gobierno, el más importante desde el punto de vista de la ejecución de políticas públicas y proyectos más importantes, como el Bulevar del Río o el Parque Corazón de Pance.
“Además de tener una estrategia plenamente reactiva frente al covid sin apostarle a sus obras bandera, cabe cuestionarse cómo hará la Administración para recuperar la confianza ciudadana, sobre todo qué tan rápido se supera la contingencia de la pandemia y sus consecuencias en el nivel de desempleo, que en el trimestre de noviembre del 2020 y enero del 2021 fue de 15 %, según el Dane.
En cambio, para el concejal Juan Martín Bravo, pese a que la pandemia planteó un escenario frente al cual nadie tenía una respuesta certera, “esto no puede ser excusa cuando los funcionarios pecan por acción y omisión. Lo que pasa es que el año pasado hubo dependencias que solo ejecutaron alrededor de la mitad de su presupuesto, como Dagma, la Secretaría de Seguridad o Datic, muy contrario a la ejecución casi completa de Bienestar Social, Salud Pública, Planeación Municipal, entre otras”.
Y es que como se expuso más atrás, el estudio hace un ‘jalón de orejas’ a cómo percibe la ciudadanía los planes de seguridad de la Alcaldía. “Ese es un tema estructural, pues aparte de que hay un desempleo del 25,8 % en los jóvenes, este se concentra en las comunas en donde hay más violencia. También preocupa la baja demanda de pasajeros del MÍO, que en sus mejores momentos movilizaba 540.000, pero ahora no supera los 190.000”.
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