El periódico El País lamenta profundamente el fallecimiento de Rafael Lema Salazar, diseñador y periodista empírico, quien durante casi 30 años dejó una huella imborrable en nuestras páginas. Nacido el 29 de abril de 1948 en Manizales, Caldas, ‘Rafita’, como le decían sus amigos, dedicó su vida al arte del diseño, con un talento innato para titular y una pasión inquebrantable por el fútbol, especialmente por su amado Once Caldas.
Rafael fue el único diseñador de El País durante muchos años, destacándose en la creación de páginas deportivas y revistas de moda y arquitectura. Sus habilidades para determinar con precisión cuántas palabras o caracteres se necesitaban para llenar una página, editar textos y escoger las mejores fotos, y hasta titular o ‘cazar’ un error, lo hicieron respetado y admirado en el medio.
’Rafita’ recibirá su último adiós por parte de familiares, colegas y amigos, quienes tras conocer la noticia, han expresado a través de redes sociales, todas las enseñanzas que este maestro del diseño y de la vida les brindó desinteresadamente.
Palabras de sus colegas y amigos
Más allá de su trabajo, Rafael era un hombre amable, generoso y leal, con una inteligencia y un humor fino. Como lo describe Edward Certuche, Jefe de Diseño del periódico: “Gran amigo, gran ser humano. Durante mucho tiempo fue el único diseñador que tenía el periódico El País, su especialidad eran las páginas deportivas y las revistas de moda y arquitectura”.
Su compañera de labores y amiga, Johana Chamorro, recuerda su amor por la vida y la música: “Rafita era ante todo la encarnación de la palabra ‘caballero’, un hombre amable, fiel reflejo de la gente de Caldas. Un papá dedicado para Adriana y Andrés y un abuelo enamorado de sus nietos. Como trabajador fue incansable y aunque debió trasegar por diferentes momentos del Diseño Gráfico, supo mantenerse vigente. Se nos fue un hombre generoso, un amigo leal, siempre dispuesto a escuchar, a ayudar, y a complacer, un hincha acérrimo del ‘Once’, pero en general del fútbol”.
El periodista y amigo, Álvaro Gärtner Posada rememora a Rafael como un hombre con un gran sentido de la noticia “trabajó con los diarios El Pueblo y El Comercio de Guayaquil, era un gran ‘armador’ y diseñador en pantalla. Rafael era un hombre muy serio, pero era amigo de sus amigos. Un hombre de pocos amigos y grandes carcajadas. Cuando el ‘Once’ perdía no se le podía hablar”.
El periodista y editor nocturno de El País, Eduardo Figueroa, habló desde sus afectos hacia su amigo Rafa: “Abrió el espacio para que el diseño se extendiera a las demás secciones (lo cual fue un alivio para los reporteros que en ese entonces teníamos que buscar la noticia, redactarla y diagramarla). Siempre mantuvo una sonrisa y un excelente estado de ánimo, lo que hizo que su amistad fuera un tesoro. Era de esos raros seres humanos que caía bien a todos, ya que jamás le negó un favor a nadie. Tuve la fortuna de tener un acercamiento más allá del laboral por nuestro rol de padres (llevando a nuestras hijas a entrenos y torneos de natación), y luego, pudimos compartir las experiencias como abuelos. Con frecuencia nos saludamos en el vecindario y, cuando empezaron sus quebrantos de salud, seguimos con los saludos virtuales y el “me gusta” con el que recibía mis publicaciones. Vuela alto viejo Rafa y sigue iluminado con tu sonrisa a tus seres queridos que jamás te olvidarán”.
Tras su jubilación el 5 de febrero de 2010, Rafael continuó siendo un gran lector ávido de periódicos “escuchaba noticieros de radio matutinos y polémicas deportivas. Le gustaba el arte, el baile, le encantaban los boleros, los tangos y la salsa. Tenía una habilidad prodigiosa para determinar cuántas palabras o caracteres se necesitaban para llenar una página, editar textos y escoger las mejores fotos”, lo recuerda su colega Certuche.
Su esposa Guiomar, sus hijos Adriana y Andrés, nietos y demás familiares invitan a las exequias que se llevarán a cabo este 5 de septiembre de 2024, en la Avenida Guadalupe, kilómetro 3 vía a La Sirena, a las 1:30 p. m. en Cali.