“Acompañemos con nuestras oraciones y apoyo al padre Wiston en este momento tan especial, pidiendo al Señor que lo bendiga y lo fortalezca en su nuevo ministerio episcopal”.
Con estas palabras, la Arquidiócesis de Cali invita hoy a la ordenación como obispo del padre Wiston Mosquera Moreno, a quien el pasado mes de julio el Papa Francisco le encargó ponerse al frente de la Diócesis de Quibdó, Chocó.
La ceremonia tendrá lugar, a partir de las 10:00 de la mañana, en la Catedral Metropolitana de San Pedro Apóstol y será presidida por monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, en presencia del clero de la ciudad y la región, así como de miembros de la Conferencia Episcopal Colombiana y de familiares del padre Wiston.
“Este significativo paso marca su entrega total al servicio de Dios y de la Iglesia”, se dijo en la ceremonia de ese día, que también estuvo presidida por monseñor Rodríguez Velásquez.
Pero además de las autoridades civiles y militares de Cali y el Departamento, hasta la Catedral llegarán hoy también centenares de feligreses provenientes de las distintas parroquias donde el padre Wiston hizo presencia durante los 34 años de vida pastoral que desarrolló en la ciudad.
Todos quieren celebrar que, tras haberse ordenado como sacerdote el 19 de marzo de 2005, allí mismo, en el templo más importante de la ciudad, desde esta mañana él se convertirá en el primer obispo afrodescendiente de Colombia.
“En el corazón”
“De estos años en Cali, me llevo muchísimos momentos en el corazón”, le dijo el nuevo prelado a El País, confesando que, por ejemplo, que al grupo Forjadores para un Mundo Mejor nunca la va a olvidar, “porque fue un trabajo que se hizo de corazón, con jóvenes de un sector muy difícil en ese momento, en donde habían pandillas por todo lado”.
Además, con satisfacción cuenta que de esos jovencitos, que llegaron a ser 120, “hoy hay tres sacerdotes, empresarios y muy queridas familias. He casado a 20 de ellos, algunos en el exterior, en Estados Unidos”.
También recuerda que durante sus años como seminarista se recorrió, en el nombre de Dios, muchas lomas de Yumbo, Jamundí e incluso de la misma Sucursal del Cielo.
Ya ordenado, tuvo en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicada en Robles, Valle, su primera parroquia, en la que hacía muchos años no vivía ningún sacerdote. Además le tocaba atender Timba, Quinamayó, Villa Paz, Plan de Morales, El Naranjal, Tinajas, Chagres, poblaciones que todavía procura visitar.
Peso si aquello fue sorpresa, más lo fue que en diciembre de 2017 lo nombrara vicario general de la Arquidiócesis de Cali y lo pusiera a cargo de la Catedral. Así, de ser el primer párroco negro del principal templo de la ciudad, ahora pasa a ser el único obispo afro de Colombia.