Luego que se cumpliera un año del desplome de uno de los ascensores del Palacio de Justicia, emergencia que dejó dos personas muertas y cuatro heridas, un nuevo incidente con estos aparatos volvió a sacudir y enlutar el centro de Cali.

Esta vez el turno fue para el edificio de la Beneficencia del Valle, en la Carrera 4 con Calle 9, donde el desprendimiento de un elevador acabó con la vida de Miguel Ibarby, un auxiliar de instalación de ascensores.

Aunque las causas del accidente están siendo investigadas por las autoridades, el hecho encendió las alarmas sobre el estado en el que se encuentran los elevadores en las edificaciones de la ciudad.

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La revisión obligatoria de los sistemas de transporte vertical en Cali quedó reglamentada en el acuerdo 0450 de 2018, en el que se estableció que las personas jurídicas y naturales que sean propietarias o administren sistemas de transporte vertical y puertas eléctricas en edificaciones que estén al servicio público o privado deben realizar anualmente una revisión general de estos elementos, la cual debe practicarla un ente acreditado por el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia, ONAC. Esa certificación debe exhibirse en un lugar visible para los usuarios.

En dicho articulado también se especificó que dicha revisión no sustituye el mantenimiento preventivo ni correctivo que se debe realizar a los sistemas de transporte vertical en edificaciones y puertas eléctricas.

Estos aspectos previos se reglamentaron con el decreto 0137 de 2019, en el que se estableció un proceso de denuncia del estado de los sistemas de transporte vertical. De igual forma, se estipuló que entre los requisitos que verifica la Secretaría de Gestión del Riesgo está el certificado de inspección expedido por un ente acreditado, el cronograma anual de mantenimiento preventivo, el informe técnico y certificado del mantenimiento.

De acuerdo con la Secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres, este año se han realizado 737 visitas a inmuebles de propiedad horizontal donde hay ascensores, escaleras y puertas eléctricas. En dichas visitas se ha constatado el buen funcionamiento y certificación de 1368 ascensores, 160 escaleras eléctricas, 303 puertas eléctricas peatonales, 335 puertas eléctricas vehiculares y 40 rampas.

“En las visitas lo que hacemos es revisar los documentos de que se estén realizando los mantenimientos preventivos y correctivos a los sistemas de transporte vertical. Hemos venido avanzando mucho y cumpliendo con la campaña de socialización de la normatividad para que las unidades residenciales ya tengan el 10 de diciembre la certificación de sus sistemas”, aseguró Gloria Ramos, subsecretaria para el Manejo de Desastres.

Ramos añadió que las empresas que hacen la revisión obligatoria, cuando encuentran defectos leves en los sistemas, dan un plazo de 180 días para que los administradores subsanen y puedan acreditar los ascensores. “Cuando las empresas certificadoras advierten que hay defectos graves, los administradores tienen 30 días para arreglar las cosas; si nosotros llegamos luego de ese plazo y no se han subsanado los defectos, notificamos a la Secretaría de Seguridad y Justicia para que tome acciones con inspectores de Policía. En los casos en los que se notifican defectos graves en los ascensores, deben dejar fuera de servicio los aparatos y cerrar el acceso con cintas amarillas”, advirtió Ramos.

La funcionaria advirtió que solo trece edificaciones en Cali cuentan con sus sistemas de transporte vertical certificados. Estas son: Torre de Cali, Centro Empresarial Chipichape, Conjunto Residencial Capriani, el multifamiliar Sotomonte, Balcones del Río, Hotel Ibis, Prados de Guadalupe etapa I, Finesa, Cartón Colombia, Centro Comercial Jardín Plaza, Conjunto Residencial Puentes de La Bocha, el Palacio Nacional y Profamilia.

De acuerdo con el sargento John Fitzgerald Rodas, jefe de emergencias del Cuerpo de Bomberos de Cali, la atención de eventos relacionados con elevadores se ha reducido en el último año a uno o dos casos por semana.

“Antes salíamos mucho más porque los ascensores eran muy viejos, pero hoy en día hay equipos que se han ido renovando o tienen equipos con mejor tecnología, se ha mejorado mucho en el mantenimiento preventivo. Casi siempre en los casos que atendemos se presentan problemas de energía, lo que hace que las personas se queden encerradas y solo requerimos abrir la puerta para evacuarlas”, indicó Rodas.

Este año los bomberos han atendido 36 casos de rescate en elevadores y dos por el desplome de las cabinas.

"Él no debía estar ahí"

El accidente ocurrido en el edificio de la Beneficencia del Valle el pasado jueves apenas es reseñado por las autoridades, que barajan varias hipótesis sobre el desplome que dejó como víctima a Manuel Ibarby, 43.

El sargento John Fitzgerald Rodas, del Cuerpo de Bomberos de Cali, aseguró que “el ascensor se desprendió desde el piso 11 y al caer se genera la muerte. Hay dos hipótesis: La primera es que el obrero estaba encima de la cabina en el momento en que se desprendió, y la segunda es que el ascensor cayó primero y, en esa caída, arrastró al muchacho; pero esto es algo que deberá dilucidar la Fiscalía”.

Manuel se dedicaba a labores de construcción y solo hasta hace un par de semanas empezó a trabajar como auxiliar de instalación de ascensores. Por esta razón, comentó Carlos Ibarby, hermano del difunto, él estaba en el proceso de obtener la certificación de trabajo en altura.

“Se suponía que él trabajaba con dos compañeros, pero en el momento del accidente él estaba solo. Él tenía signos vitales cuando cayó, pero no lo ayudaron. Queremos que nos digan la verdad, porque se están lavando las manos”, dijo Carlos.

Un miembro de Ascensores y Escaleras de Colombia, firma que adelanta el cambio de los ascensores en esa edificación, indicó que Manuel “no estaba asignado a este sitio sino a un edificio en la Avenida 6, pues no tenía permiso de trabajo en alturas. No sabemos qué fue lo que pasó, pero él no debía estar ahí”.