El velo de incertidumbre que cobija el futuro del transporte público colectivo en Cali, con el inminente reforzamiento de la flota del MÍO con más de 100 buses nuevos, empezó a generar alertas entre concejales y transportadores, por las condiciones en las que se continuaría prestando este servicio en la capital del Valle.
En ese sentido, voceros de ambos sectores de la ciudad temen que los nuevos automotores terminen relegando los buses tradicionales en los que según la última Encuesta de Movilidad, realizada en el 2015 por la firma Steer Davies Gleave, se realizan el 4,5 % del total de los viajes en la ciudad a diario y que representan el 16,1 % de los viajes que hacen los usuarios del transporte público.
El presidente del Concejo, Fernando Tamayo, cuestionó la estrategia de Metrocali de implementar nueve rutas para el transporte público colectivo en la ladera, teniendo en cuenta que las rutas existentes en las comunas 1, 18 y 20 “están copadas” por las ‘gualas’ y los motorratones -pese a que estos últimos son informales-.
“Los están sacando a sombrerazo limpio (a los buses tradicionales) y se les está dando contentillo. Sacar el transporte colectivo en vez de incorporarlo al sistema va a generar una pésima prestación del servicio y puede fortalecer la piratería. La propuesta de Metrocali de mandar 600 busetas a zona de ladera, donde ya trabajan 500 camperos, es infame y no tiene soporte”, afirmó.
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Tamayo indicó que pese a que uno de los argumentos que se pone sobre la mesa para cambiar el sistema de operación de los buses de transporte colectivo es la obsolescencia de los vehículos, “no se ha tenido en cuenta que el Gobierno Municipal tiene un decreto que prohibió la renovación de este parque automotor. Se están tomando decisiones sobre expectativas e ilusiones, no sobre bases reales ni estudios que garanticen la dignificación de la movilidad”.
Por su parte, Diego Vivas, director del Grupo Urbano, que agremia a las diez empresas del TPC que siguen operando, indicó que de las nueve rutas que Metrocali les planteó cubrir en la ladera, cuatro son cubiertas por el MÍO y las restantes cinco ya son atendidas por los buses tradicionales.
“Nos dijeron que se necesitan 107 carros duales con capacidad para 50 pasajeros, pero esto no es posible porque en la ladera no hay cómo maniobrarlos y la accesibilidad es difícil. Además, están diciendo que podríamos manejar la zona de ladera que no le corresponde al masivo, por lo que planteamos que, si eso es así, nos den las rutas de La Sirena, El Cortijo, La Buitrera; Metrocali dijo que, jurídicamente, esa cesión no se puede hacer porque esas son sus rutas, entonces preguntamos ¿cómo nos van a dar las rutas de Terrón Colorado, Montebello y El Bosque si esas rutas están en su modelo operacional y son exclusivas? De las nueve rutas nos estarían entregando cuatro y así no hay cómo operar”, cuestionó Vivas.
El líder gremial añadió que en el limbo también está el modelo de las rutas que tomaría el TPC, eventualmente, y las que operarían los camperos. “Prácticamente estaríamos alternando con los camperos en unas rutas que son ampliamente competidas, sin haber una fórmula de complementariedad para integrarnos al MÍO. Lo que nos queda es participar del modelo, pero no queremos invadir territorios ni peleas; no queremos que nos partan los vidrios ni nos pinchen las llantas”, explicó Vivas.
Ante esto, la presidenta de Metrocali, Ingrid Ospina, aclaró que los buses de transporte público colectivo que tienen tarjeta de operación habilitada actualmente no son 600, como lo expresó Tamayo, sino 482; además señaló que desde el 2006 a la fecha ya se ha completado una reducción de oferta de 4236 buses tradicionales (86% de la flota que tuvo la ciudad), con el fin de dar paso a los vehículos del sistema de transporte masivo.
“Estamos en medio de un proceso de consultoría que arrojará cómo será la integración de buses y gualas, cuáles serán las características de los vehículos, además del análisis técnico legal y financiero”, puntualizó la funcionaria, quien señaló que la estructura del proyecto se conocerá en diciembre de este año.
Los cálculos de Ospina apuntan a que al finalizar este año en Cali estén rodando 968 buses del MÍO, y en el 2020 la cifra ascienda a 1322 automotores del sistema masivo.
Piden suspender licitación de buses
La licitación que adelanta Metrocali para conseguir la provisión y operación de 109 buses eléctricos continúa generando suspicacias en ciertos sectores de la ciudad, desde donde se está haciendo un llamado a suspender dicho proceso.
“Estamos a menos de cuatro meses para que se termine el periodo de Gobierno y una licitación de este tipo, con tantos cuestionamientos y problemas que tiene el sistema de transporte masivo, debería suspenderse. Al paso que van las cosas hay una empresa europea que participa en todas las licitaciones y podría quedarse con el contrato; en la medida en que se reduzca la posibilidad de participar se sesgan oportunidades para el Municipio”, señaló Tamayo.
Al respecto, Metrocali respondió que desde el 27 de mayo de este año, cuando se publicaron los prepliegos de la licitación, se convocó a entes de control y del Gobierno Nacional (Procuraduría, ministerios de Transporte y Hacienda, y Superintendencia de Transporte) para que acompañaran el proceso licitatorio.
“La licitación se divide en dos: un contrato para quien va a ser el proveedor y propietario de la flota, quien puede tener experiencia en inversión en activos fijos o fabricación de buses eléctricos o fabricación de chasises eléctricos o fabricación de carrocerías, de modo que está abierta para la participación de múltiples proveedores, con experiencia relacionada con el objeto contractual”, puntualizó la entidad.
El ente gestor del MÍO añadió que: “El otro contrato es para quien va a operar los buses. En este caso pueden participar concesionarios de operación de transporte y empresas de transporte público colectivo de la ciudad de Cali, posibilitando la participación de las empresas de transporte tradicionales de la ciudad”.