No es porque sea octubre, pero parecen las casas del terror. En ellas asustan. Pese a estar incluidas en el listado de bienes de interés cultural de Cali, en ellas ya no vive nadie, excepto el deterioro.

La mayoría de los 90 bienes de interés cultural de Cali, de conservación tipo 2, según el acuerdo del Concejo de 2015, está en buen estado. Entre ellos hay edificios, casas, puentes, haciendas, colegios, templos y hasta plazas de mercado. El País hizo un recorrido enfocado en casas y edificaciones y encontró algunas que son de lamentar.

Una es la hermosa edificación estilo republicano del antiguo Hotel María Victoria, que ocupa gran parte de la manzana sobre la Calle 10 en el centro de Cali (Calle 10 No. 3-38), figura con esa razón social, pero el establecimiento cerró hace 4 años y en sus balcones del segundo y tercer piso crece la maleza.

En el local principal funciona un restaurante y en otros más pequeños hay negocios de anillado de textos, refrescos, una tienda mixta, una venta de licores, el tradicional Kumis Kasimiro y hasta guardan carros de ventas callejeras.

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El País intentó hablar con Clara Inés Salazar, supuesta propietaria, pero la señora se negó a dar declaraciones, dijo que la dueña no era ella sino su hermana, quien no vive en la ciudad y agregó no tener nada qué ver con ese predio. Agregó que el caso estaba en manos de un abogado, pero tampoco facilitó el contacto del supuesto jurista.

Para el concejal Carlos Andrés Arias, de la comisión de entidades descentralizadas, el Hotel María Victoria es de los casos “que generan tristeza y grima porque son sitios emblemáticos que se han dejado diluir en el tiempo, por intereses particulares; es un infortunio que hoy sea una esquina para tomar licor”.

Arias señaló que el Municipio es poco diligente al cuidar el patrimonio cultural, el cual está protegido por leyes nacionales y está plenamente identificado, pero se ha permitido que se adapten restaurantes y que se hagan demoliciones para crear parqueaderos. “Hay muy poco cuidado y muy poco respeto hacia nuestro patrimonio”, puntualizó.

Otro bien de interés cultural es la Casa Jorge Isaacs, construida por el famoso autor de La María en media manzana en El Peñón. Pertenece hoy a una importante constructora de la ciudad, pero solo habita en ella la familia que la cuida.

La casa tradicional se aprecia en buen estado desde la calle, porque no se permite el ingreso, pero la construcción contigua no está funcional. En el amplio antejardín sobre la Carrera 3a., hay cimientos de un supuesto centro comercial de seis pisos con parqueadero, pero la obra está suspendida. En el resto del espacio parquean algunos carros. La cuidandera dijo no estar autorizada para dar contactos del propietario.

Una norma de doble vía

Incluir estos bienes en ese listado de interés cultural pareciera darles un certificado de defunción a largo plazo, porque lo que hacen algunos dueños es desaparecer, descuidar el inmueble hasta el abandono y esperar que el Municipio lo compre por un buen precio. O simplemente, a que se caiga. Esto en atención a que la ley dice que “se puede intervenir cuando los bienes amenazan ruinas, el Municipio está en la capacidad de proteger el bien general”, comenta Arias.

Para la secretaria de Cultura, Luz Adriana Betancourth, esta concepto es uno de los muchos mitos que hay con relación a los bienes inmuebles de interés cultural: “El Municipio no puede comprar todas las casas de interés cultural que hay en la ciudad y jamás compraría una que esté en total deterioro”.

Arias advierte que ante esa situación, surgen dos apreciaciones en contravía: la Secretaría de Cultura debe solicitar incorporar en el presupuesto de la vigencia siguiente un rubro para generar mantenimiento de los bienes, pero se le opone otra limitación legal y es la de que el Estado no puede invertir en un bien particular. Lo cual fue confirmado por la titular de esa dependencia: “Los bienes particulares, como propiedad privada, son responsabilidad del propietario”.

El Concejal explica que algunos propietarios alegan que es muy costoso hacerles mantenimiento a estas edificaciones por ser grandes y antiguas y que el Municipio no les da los beneficios que corresponden por ser propietarios de un bien de interés cultural.

Mito que desmintió la Secretaria de Cultura, quien explicó que sí hay incentivos como descuentos hasta del 75 % en el impuesto predial si el uso es residencial, 50 % si es comercial, siempre y cuando haya buena conservación del inmueble y respeto por su valor arquitectónico en ambos casos.

Sandra Becerra, subsecretaria de Patrimonio, Bibliotecas e Infraestructura, de la Secretaría de Cultura, confirmó que ha visitado personalmente el Hotel María Victoria y la casa contigua a Villa Felisa, entre otros, para invitar a sus propietarios a que se acojan a los beneficios de ley que da el POT, “no sé si es la desidia o la pereza o la indiferencia, pero no hacen el trámite, que no demora más de dos meses”.

La funcionaria explica que además el dueño puede acceder a la tarifa de servicios públicos de estratos 1 o 2, pero que no se interesan en tramitar el cambio. Bueno, cuando los ha logrado encontrar. “Los propietarios parecen talibanes o no sé, pero no aparecen y en catastro solo figura el nombre y nada más”, afirma.

Pese a ello, dice que este año ha logrado duplicar las solicitudes de descuentos de impuesto predial para bienes de interés cultural a unas 450, frente a las del año anterior. De ellas, han sido aprobadas unas 300.

“Las demás han sido negadas porque en la visita de verificación, los funcionarios encuentran que envían mucha foto maquillada, donde el inmueble se ve muy bonito, pero en la realidad está en mal estado”, dice Sandra Becerra.

Un caso ‘sui generis’ es el de la Iglesia San Martín (Carrera 6 con Calle 5 esquina), donde termina el puente peatonal, y su casa cural. La propiedad está a cargo de Comfenalco mediante un comodato hace 15 años, la cual, según el concejal Carlos Andrés Arias, “se comprometió a restaurarla y ponerla al servicio de la comunidad, pero hasta ahora ha hecho caso omiso a ese compromiso, no le presta atención y solo sirve de escampadero a habitantes de calle”.

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Comfenalco respondió a El País que desde el año 2002 se formalizó el contrato de comodato a favor de Comfenalco Valle sobre el inmueble Capilla Nuestra Señora del Carmen (nombre tradicional), dada la vecindad con sus instalaciones.

“El uso que se le ha otorgado a dicho lugar ha sido para el desarrollo de actividades internas de la Corporación como capacitaciones, actividades culturales y para el encuentro de personas vulnerables beneficiadas con los programas sociales que se realizan desde el área de Cooperación Internacional”.

El templo permanece cerrado y otras fuentes dicen que Comfenalco lo utiliza como bodega de archivos, lo que fue desmentido por la entidad. De la casa cural queda la fachada, pues su interior fue demolido y en el lote crece la maleza.

Comfenalco insistió en que existe un proyecto de intervención arquitectónica que integraría la Plazoleta de Comfenalco, la ampliación del Centro Múltiple de Servicios (Torre C) y la Capilla para prestar servicios culturales y de formación. Agregó que la Dirección General de la Caja de Compensación Familiar está empeñada en ejecutar las adecuaciones una vez lo permitan las condiciones presupuestales, pues están en marcha las medidas necesarias para ello.

“Dada la crisis que ha afectado al sistema de salud del que hace parte Comfenalco Valle con su EPS, no ha sido posible llevar a cabo dicha iniciativa tan importante para la ciudad. La inversión realizada ha sido en los diseños arquitectónicos y estudios técnicos complementarios, los cuales tienen aprobación del Consejo Regional de Monumentos”, explicó Comfenalco.

Hace tres meses Villa Felisa, hermosa construcción sobre la Calle 12 Norte No. 4N-41, fue restaurada y adaptada como salón de eventos sociales, después de estar años en riesgo de caer. Ahora luce recién pintada, con puertas de madera y apliques al estilo romano, pero con relucientes pisos de corte moderno. Y la parte interior fue demolida hace años y opera como un amplio parqueadero.

Lamentable está la casa que colinda con Villa Felisa, (Calle 12 N No. 4N- 71/73). Del bar restaurante Casa Vieja, cerrado hace unos cuatro años, solo queda el letrero y una enorme chimenea hecha para la extracción de humo y olores, que desluce en la fachada lateral. Ahora su antejardín es usado por vendedores ambulantes de artesanías, chontaduros y otros productos. Grafitis y candados se ven en paredes y puertas.

Arias dice que encontrar los dueños de estos predios es una tarea que tiene que adelantar el Municipio, porque por ser bienes de interés cultural, tienen una protección especial. Pero admite que no son muchas las herramientas de la administración para que se termine la restauración y se le dé utilidad a un bien como la Casa Jorge Isaacs.

“No es el único, está el caso del Hotel y Teatro Aristi, que es una vergüenza casi que nacional, el estado de postración en el que se dejó por parte de los inversionistas. En San Antonio las casas antiguas dan paso a restaurantes donde solo se conserva la fachada, se ha ido perdiendo mucho de la cultura y por allí poco a poco se nos está yendo la historia de Cali entre los dedos”.

Secretaría de Cultura

Luz Adriana Betancourt, secretaria de Cultura, explicó a El País que con la nueva reforma administrativa, los bienes muebles e inmuebles pasaron a competencia de esta dependencia. Antes lo hacía Planeación Municipal.

DESCUENTO CON CCC

La secretaria Betancourt declaró que se va a estudiar un proyecto que otorgue un descuento de 50 % en impuesto de Industria y Comercio a quienes hagan un uso comercial del bien de interés cultural, siempre y cuando conserven la arquitectura y el buen estado del mismo.

Resaltó que a la gente
le encantan los edificios antiguos, ya sea para un restaurante, una boutique, etc. porque la remite a la historia y al pasado.
Añadió que luchan contra mitos como que solicitar el descuento de predial nunca resulta, o que la Subsecretaría de Patrimonio es un obstáculo.

Añadió que luchan contra mitos como que solicitar el descuento de predial nunca resulta, o que la Subsecretaría de Patrimonio es un obstáculo.

Entérese

La conservación tipo 2 de un bien cultural implica mantener el estilo arquitectónico de la edificación.

El edificio del Hotel María Victoria fue construido en 1930 y su diseño estilo republicano con cornisas es de autor anónimo.

La Secretaría de Cultura de Cali resaltó que los bienes de interés cultural que son del Municipio, están en buen estado, como la Biblioteca Centenario, Centro Cultural de Cali, entre otros.

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