El sector de la construcción, especialmente de vivienda, seguirá siendo un jalonador de la economía. A pesar de que la inflación genera preocupación, la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, explorará medidas para que no se frene el desarrollo de planes habitacionales en el país.

De acuerdo con Sandra Forero, presidente ejecutiva del gremio, a pesar de los riesgos que puedan generar los altos precios en la actividad edificadora, se espera que este año las ventas aumenten más del 7% respecto del 2021. El 2022 será un buen año.

¿Cómo pinta el año 2022 para la vivienda, mejor que el 2021?
El año 2022 representará un crecimiento estimado de 7,4 % para la venta de vivienda nueva con respecto al 2021. Si bien el año pasado fue positivo para el sector, se espera que en el 2022 superemos lo logrado no solo en ventas, sino también en iniciaciones y lanzamientos de vivienda, con incrementos del 27 % y 11 %, respectivamente.

¿Seguirá siendo la VIS la gran protagonista del sector este año?
En efecto sí. La vivienda VIS se ha caracterizado por su buen ritmo de venta, que representa el 70 % del mercado total de edificación residencial. Mientras que hace unos años, entre 2015 y 2018, esta proporción era entre el 50 y el 60 %.

Si bien la vivienda no VIS no repunta tanto, sí ha mostrado un buen ritmo. ¿Qué se puede hacer para que alcance mejores ventas?
La vivienda no VIS sí ha repuntado y eso lo demuestra el incremento del 12,7 % en ventas de este segmento en el año 2021 a nivel nacional. El impulso del subsidio otorgado por el Gobierno Nacional para este rubro de mercado residencial ha sido un aliciente que ha beneficiado la comercialización de este tipo de inmuebles. De mantenerse el incentivo junto con una buena dinámica de mercado, estimamos que las ventas de vivienda no VIS seguirán en aumento para este año.

Un gran reto este año tiene que ver con las tasas de interés: el Emisor ya comenzó a subirlas para tratar de frenar la inflación. ¿Ese incremento puede afectar los precios de la vivienda?

Si la inflación aumenta, tendremos efectos en los costos de producción y por tanto el factor inflacionario puede tener mayores impactos en nuestra cadena de valor. Para el lanzamiento de nuevos proyectos puede haber una transferencia de estos sobrecostos sobre el precio final de la vivienda que hemos estimado, al menos con la información disponible, que puede llegar a ser entre el 4 % y 6 %. Sin embargo, el aumento de tasas de interés afecta principalmente al encarecimiento de los créditos hipotecarios, pero no necesariamente al valor final de los inmuebles.

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¿Qué estrategias pueden ponerse en marcha para evitar que el comportamiento de los precios genere un impacto en la construcción?
Como estrategia para contener este fenómeno de incremento de precios en los insumos, Camacol ha venido explorando con el Gobierno Nacional, desde mediados del 2021, la posibilidad de la reducción arancelaria, en particular para productos como el hierro y el acero, que tienen alta incidencia sobre el sector. Asimismo, seguimos explorando otras iniciativas, como la posibilidad de evaluar las cadenas de suministro y saber dónde podemos tener mejoras en la operación logística, y la exploración de acciones para trabajar entre la oferta y la demanda, y cerrar brechas de información que permitan reducir esa presión en costos.

¿Cómo ve al Valle del Cauca en cuanto al desarrollo de la vivienda este año?
El Valle del Cauca ha sido un departamento de excelentes resultados de comercialización de vivienda nueva y se espera que para el 2022 se logren más de 34.800 unidades residenciales vendidas, lo que representa un incremento de 22 % frente a 2021. El motor de esta mejoría será la vivienda social, al lograr una variación estimada del 24 %; sin embargo, para el segmento diferente de VIS tenemos una proyección de 11 %.

La construcción ha sido el motor del empleo y de la economía en el país, ¿lo seguirá siendo este año?
Sin duda. Hay que recalcar que el sector moviliza 54 % del aparato productivo del país y genera 3,7 millones de empleos directos e indirectos, lo que evidencia que es un importante jalonador del valor agregado, del crecimiento de la economía y del empleo en Colombia.

¿Cuál es la mayor preocupación del sector este año?
El principal factor de riesgo para este año es la crisis de suministros que afecta al mundo y que, junto con otros factores internos, incide en la expansión de la inflación colombiana. En línea con esa problemática, se ponen en riesgo cerca de 367 mil viviendas que están comercializadas y hoy no han podido o no han iniciado su fase de construcción. Eso implica que tenemos un enorme riesgo, particularmente derivado de los aumentos en los costos de los insumos.

¿La guerra en Ucrania cómo puede afectar la cadena del sector de la construcción o ya se nota algún impacto, dado que algunos insumos se importan de Rusia o Ucrania?
El fenómeno internacional del conflicto Rusia-Ucrania en particular va a derivar en un aumento en los costos de los insumos precisamente porque el nivel de abastecimiento global de ciertos insumos va a disminuir y eso puede generar presiones en el precio de los insumos de construcción. Por otro lado, sobre las decisiones de compra de los hogares, no creemos que vaya a tener un impacto.