Altos de Normandía, un asentamiento humano ubicado en el oeste de Cali, no llega ningún tipo de transporte público. Allí, prácticamente, el único medio ‘no propio’ que tienen para movilizarse sus más de 1700 habitantes son los mototaxis, servicio que es prestado por cerca de 30 personas cada día, las cuales se congregan en la Avenida 4 oeste con Carrera 1 B oeste.
Javier Sneider Ramírez es uno de ellos. Cuenta que llegó a ese punto hace diez años cuando quedó desempleado y que con este oficio sostiene a su familia.
“La carrera mínima cuesta $1000 y hay una parte de la zona que vale $1800 porque hay que darle la vuelta al barrio, la carretera está destapada y la moto se maltrata mucho. Aquí nos hemos organizado para trabajar: los turnos los asignamos con un tablero y hemos llegado a acuerdos con el Tránsito, que nos ha dicho que en la parte de abajo (sobre la Avenida 4 oeste) solo puede haber un vehículo, el resto nos hacemos en la parte de arriba (a unos 30 metros)”, explica el líder de los mototaxistas del sector.
Más al sur de Cali, exactamente en la a la Carrera 70 con Calle 5, en el barrio Caldas, Guillermo Antonio Narváez, conocido como ‘El Costeño’ y quien es el presidente de la Organización de Mototaxistas Unidos, OMO, se prepara para iniciar su jornada laboral a las 5:00 a.m. En ese punto trabajan un promedio de 180 motorratones al día.
Con un chaleco, una gorra verde y un carné que lleva un logo de la OMO, el hombre de 48 años manifiesta que con esta indumentaria se busca que, tanto los clientes como las autoridades, identifiquen a los mototaxistas que prestan “un servicio de confianza”.
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“Actualmente, dentro de la OMO están carnetizados 2000 motorratones y, fuera de ella, tenemos censados a 9873 compañeros que prestan este servicio en Cali. Además, estamos en el proceso de sacar una aplicación que nos permita trabajar de una manera más organizada”, comenta Narváez.
En efecto, de acuerdo al último conteo que hizo la OMO, en la capital del Valle existen 67 ‘terminalitos’ de mototaxismo distribuidos en las 22 comunas de la ciudad.
“En Siloé, por ejemplo, hay 12 ‘terminalitos’, y en toda la Comuna 18 hay 20, aproximadamente, que están distribuidos en Los Chorros, Meléndez y de ahí para arriba en otros barrios”, señala William Montoya, vocero de la OMO.
Pero más allá de prestar un servicio en estas zonas en las que sus habitantes dicen estar inconformes con el servicio de transporte público, a los mototaxistas se les cuestiona el hecho de ser constantes infractores de la ley.
De hecho, en todas las zonas de Cali donde esta actividad tiene presencia, es recurrente ver a conductores de mototaxis transportando parrilleros hombres y molizándose en sus vehículos sin portar el casco ni tener los documentos de sus vehículos vigentes.
Esta es una situación que reconoce el presidente de la OMO y por eso asegura que uno de los requisitos para quienes deseen ser miembros de la organización es que tengan los papeles su vehículo al día (licencia, revisión técnico mecánica y Soat).
“Y, en el caso de que no los tengan, se les da un plazo de dos meses para conseguirlos”, sostiene Antonio Narváez.
En materia de seguridad, también existen denuncias que dan cuenta de que algunos conductores de mototaxis están tras acciones delincuenciales que se están cometiendo en la ciudad.
“Tuve la oportunidad de hablar con varios comerciantes de la ladera que me manifestaron que a los mismos negocios los estaban robando hasta dos y tres veces en un mes y que eran los mototaxistas los que servían de campaneros para los delincuentes de la Comuna 20. La situación fue tan grave que, incluso, hubo empresarios que decidieron vender e irse”, afirma Fernando Tamayo, concejal de Cali.
En el barrio Lourdes, suroccidente de Cali, también hay denuncias de ciudadanos sobre mototaxistas que sirven como campaneros de delincuentes.
“Roban negocios y apartamentos ya que, como están en la zona todo el día, observan a qué hora salen y regresan las personas y en qué momento los negocios se quedan solos. Además, como los conductores transportan hombres, uno no sabe cuando estos son parrilleros y cuando ladrones”, cuenta un morador de la zona, que pidió omitir su identidad.
Video: ¿Cómo funciona el mototaxismo en Cali?
¿Quién está tras del mototaxismo?
El concejal Fernando Tamayo asegura que el mototaxismo es un negocio tan rentable en la ciudad que sigue creciendo con la complacencia del Estado, y al cual le hace falta autoridad y más control.
“Lo que uno se encuentra es que muchos de los conductores son propietarios de varias motos, quienes dicen, bajo el sofisma de la pobreza, que hasta que no les den trabajo no van a dejar de hacer esto, lo cual es una sinvergüencería”, dice.
De hecho, fuentes consultadas por este medio, que pidieron reservar su identidad, aseguran que parte de esta situación se explica en que “tras el negocio existen policías que tienen trabajando varias motos.
“En Siloé, por ejemplo hay un policía que tiene dos motos”, asevera un mototaxista de la ladera.
Esta versión es confirmada por un agente de tránsito quien señala que “en Meléndez hay otro policía activo que es el propietario de 12 motos”.
“Y no conozco solo ese caso sino cualquier cantidad de uniformados que son dueños de varias motos y las ponen a trabajar. Incluso, me atrevería a decir que un 80 % de estos vehículos son de ellos: este es un negocio que es de policías y por eso es complicado hacer los operativos...”, indica el agente de tránsito.
Frente a esta situación, El País consultó a la Policía Metropolitana de Cali y, desde la oficina de comunicaciones, se informó que no se tiene conocimiento de este tipo de denuncias y se hizo un llamado a la ciudadanía para denunciar estos casos.
Entre tanto, William Bermúdez, coordinador de agentes de tránsito de la Secretaría de Movilidad Municipal, señala que una de las razones por las que el mototaxismo viene creciendo en la ciudad es por las dificultades que tiene hoy en día el transporte público.
“Nosotros hacemos controles permanentemente en algunos sectores de Cali donde sabemos que existe esta actividad, sobre todo, en horas pico. Además, nosotros no tenemos ningún tipo de acuerdo con los conductores para dejarlos trabajar porque este es un transporte que es ilegal”, concluye.
Sanciones por transporte informal
Entre el 1 de enero y el 15 de mayo de este año, se han realizado en la ciudad un total de 1495 infracciones por transporte informal, 487 casos menos con respecto al mismo periodo del 2018.
La sanción por incurrir en esta conducta tiene un costo de $110,415.
Quienes sean sorprendidos ‘pirateando’ también se exponen a la inmovilización de su vehículo.