El 48% de la población rural en Colombia son mujeres. De acuerdo con Women In Connection, el 20% de ellas vive en pobreza extrema, el 92% asume labores del cuidado del hogar, y una gran mayoría no alcanza la inclusión financiera.
Estos son algunos datos del informe ‘Estrategia de cierre de brechas y de promoción de la participación activa en el desarrollo económico de personas en contextos rurales’ de la Fundación WWB Colombia. Cifras que cobran relevancia en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebrado el domingo 15 de octubre.
“Las mujeres rurales del país afrontan muchas brechas de desigualdad de género que requieren ser atendidas. Su inclusión financiera es bastante baja y ello está relacionado, también, con los sistemas de cuidado: las mujeres están en trabajos no remunerados, no son visibles y estas condiciones no les permiten tener una inclusión financiera, porque además no son propietarias de tierras y no logran acceder a los créditos”, explica Johana Urrutia Muñoz, directora de Programas de la Fundación WWB Colombia.
Según el DANE, para el 2022 la población total en el Valle del Cauca sumó alrededor de 4.589.278 personas, de las cuales 3.928.365 habitan en áreas de cabecera municipal y 660.913, en centros poblados y áreas rurales dispersas. En el departamento hay 328.495 mujeres rurales, lo que equivale a un 49,9%. En tanto, la mayoría de las mujeres inactivas (65,8%) se dedican a oficios del hogar, mientras que este porcentaje es de 7,1% para los hombres.
“La ruralidad colombiana requiere apoyo, programas y ser trabajada de manera continua. Las personas que viven en el campo deben poder desarrollar sus proyectos de vida en sus lugares de origen, y no tener que desplazarse a otras zonas del país, en condición de pobreza. Es muy importante poder irnos a la raíz del problema, atenderla, para que quienes viven en zonas rurales permanezcan en su lugar de vocación. Hay que generar oportunidades y eso se hace con programas de educación financiera, de capacitación, para sacar adelante sus emprendimientos, y también con estrategias de prevención de violencias basadas en género”, agrega Johana Urrutia.
Portadoras de conocimiento
Tejedoras, artesanas, sembradoras, recolectoras, maestras, cuidadoras, ordeñadoras, curanderas, parteras, pescadoras, cocineras, entre otros oficios. Así son las mujeres rurales del Valle del Cauca. También son emprendedoras y requieren apoyo para salir adelante con sus negocios.
“Tengo un emprendimiento que se llama ‘El rinconcito de Lucero’ y mi sueño es organizar mi vivienda como un espacio agroturístico. Que sea una granja agroecológica y también para pasadías. Deseamos fortalecer nuestros emprendimientos y sacarlos a flote con todas nuestras capacidades, por eso son importantes los programas de capacitación”, dice Lucero Villalba Díaz, habitante de La Buitrera, zona rural de Palmira.
Según la investigación ‘Los oficios y saberes de las mujeres campesinas del Valle del Cauca’, realizada por un grupo académico de la Universidad Javeriana de Cali, con apoyo del Fondo Fundación WWB Colombia para la Investigación, es necesario destacar el papel protagónico que las mujeres juegan en el ámbito público y en el privado, así como valorar que son portadoras de valiosos conocimientos ancestrales y ejemplo de liderazgo para sus comunidades. La investigación fue realizada en El Águila, Ansermanuevo, El Dovio, Cartago, La Unión, La Victoria, Buga, Tuluá, Riofrío, Palmira, El Cerrito, Caicedonia, Guacarí, Jamundí, Cali, Buenaventura, Dagua, Calima, Restrepo, Obando, Zarzal y Darién.
“Las mujeres son protagonistas importantes de procesos sociales y en comunidad asumen distintos y diversos roles. Son gestoras de procesos productivos y sus actividades económicas se enfocan al mejoramiento de la calidad de vida, no solo al interior de sus familias, sino en la comunidad en la que están inscritas”, explica Florencia Mora Anto, líder de la investigación.
El pasado viernes, en Tumaco, se realizó la Rueda de Oportunidades Mujer Rural Pacífico, en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales. Allí, Nancy Andrea Moreno Lozano, de la Dirección de la Mujer Rural del Ministerio de Agricultura, enfatizó en la necesidad de apostarle a alianzas que les permitan a las mujeres pioneras de trabajo en su territorio mejorar sus condiciones de vida y fortalecer el comercio local. “Cuando una mujer rural fortalece su capacidad económica, fortalece todo su entorno y fortalece toda la sociedad”, precisa.
Una apuesta por la ruralidad
Esta iniciativa ofrece formación presencial y virtual, asesorías empresariales y personalizadas, asesorías técnicas de negocio, fortalecimiento del ser y conexiones comerciales. En esta primera etapa se beneficiará a 300 personas.
“Después de hacer investigaciones y trabajo de campo, nos dimos cuenta de que era necesario adaptar nuestro programa de formación Yarú a las dinámicas y contextos de la ruralidad. Creemos en el poder transformador de las mujeres de estos territorios y vamos a trabajar fuertemente para promover su participación en el desarrollo económico del país”, expresa Daniela Konietzko Calero, presidente de la Fundación WWB Colombia.
La iniciativa llega a zonas rurales por medio de un vehículo equipado de tecnología al servicio de la educación, así como de un grupo de personas facilitadores del aprendizaje. La Fundación Móvil ya cumple en un año visitando sitios apartados del departamento; ha atendido a 1772 personas en 19 municipios del Valle, con educación financiera y también con la estrategia de prevención de violencias basadas en género ‘Ofelia no está sola’.
Con la iniciativa ‘Finanzas para el campo’ se logró que el 65% de personas tuvieran un ahorro con una meta específica, mientras que un 89% indicó que ahora lleva un presupuesto.