Cali, que cuenta con más de 59.700 venezolanos asentados en estos momentos en la ciudad, según las cifras más recientes de Migración Colombia, espera la llegada de más migrantes, dado el alto flujo que se ha detectado en las últimas semanas en la frontera.

De hecho, el organismo ha advertido que por cada venezolano que retornó a su país durante los primeros meses de la emergencia sanitaria por covid, estaría de vuelta con una o dos personas más para un total de 200.000 en las próximas semanas.

Esto, pese a que las fronteras terrestres continúan cerradas hasta el 31 de octubre, por lo que el ingreso de la población tendría lugar en cientos de trochas ilegales de forma diaria en la frontera con Venezuela, que comprende más de 2200 kilómetros de largo.

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“Ya hemos recibido varias quejas de la comunidad que señala que en las últimas semanas han aparecido nuevos cambuches en los separadores viales que quedan por la Terminal de Transportes o el barrio Obrero, en el norte de la ciudad”, indicó el personero Harold Andrés Cortes.

De acuerdo con el funcionario, algunas de los migrantes asentados en estos sectores fueron aquellos que regresaron a su país durante los primeros meses de pandemia, incluso, de quienes habían sido beneficiados por las rutas que ofreció la Alcaldía bajo la disposición de buses con destino a Cúcuta a mediados del mes de abril.

Cortés agregó: “Por eso hemos solicitado a la Administración municipal que no solo adelante acciones de desalojo, sino que también ofrezcan toda la atención humanitaria y de salud que ellos requieren, como tamizajes para coronavirus.

“Igualmente, hemos hecho un llamado a las autoridades nacionales para que fortalezcan los controles en las fronteras, sin olvidar las que conectan con el Ecuador y es más que seguro que seremos receptores de esta población, dada nuestra ubicación geográfica. La idea es que no se presenten situaciones de insalubridad o hacinamiento como las que teníamos en su momento en el CAM o los alrededores de la Terminal”, aseguró el Personero de Cali.

Es por eso que ya se llevó a cabo el Comité de Atención a la Población Migrante en Cali, que reunió diferentes despachos de la Alcaldía de Cali, el Ministerio Público y algunas organizaciones internacionales. Una de las decisiones principales fue la creación de una ruta humanitaria construida de acuerdo a esta nueva situación.

“Para resolver diferentes necesidades de esta población se va crear un protocolo de atención desde diferentes aspectos (como salud, lo económico, la cuestión laboral o cuestiones de seguridad), muy similar a como hicimos en febrero, cuando se recuperó el espacio público en los alrededores de la Terminal de Cali o los corredores humanitarios en el marco del aislamiento obligatorio”, explicó Fabiola Perdomo, secretaria de Bienestar Social.

Una primera es evitar que los migrantes sean captados por economías ilegales, como microtráfico, extorsión, trata de blancas, entre otros. Esto también será complementado con la creación de un decálogo de las obligaciones del migrante, con el fin de que su comportamiento no afecte la convivencia ciudadana, la seguridad o el espacio público en términos de invasiones.

De acuerdo con Perdomo, también se decidió contar con un punto de información en la Terminal de Cali, que entregaría diferentes rutas de acuerdo al tipo de migrante atendido: si su razón de llegada es para residencia permanente o si solo va de tránsito. Para este último se tendría muy en cuenta a qué destino pretende dirigirse para entregar información al respecto de su caso particular.

Yanira González, coordinadora de la Corporación Colvenz, que agrupa a la colonia de venezolanos radicados en el Valle del Cauca, explicó que tan pronto el migrante no encuentra alternativas laborales estables, se convierte en un errante.

“Una de las razones principales por las que muchos venezolanos regresaron a Venezuela durante la emergencia sanitaria es que querían visitar de nuevo a su familia en sus ciudades de origen y comprobar cómo sigue la situación económica en su país, pero eso no significa que no vayan a regresar en busca de oportunidades”, afirmó González.
A lo anterior se suma que Colombia está empezando a reactivarse económicamente, lo que implica un incentivo para las personas llegadas del país vecino a la hora de desplazarse.

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En cuanto a los venezolanos asentados en cambuches en vía pública, la coordinadora de Colvenz señaló: “Se trata de un grupo de personas que ya tienen un periodo relativamente largo en esas condiciones, por lo que es difícil determinar cuál puede ser su incentivo, dado que encuentran en ese contexta una decisión. Por eso es importante que la atención de las autoridades locales y regionales para los migrantes no sea esporádica, sino algo constante”.

Cuatro de cada diez venezolanos en Cali, sin pasaporte
De los 59.700 venezolanos que se encuentran en la capital vallecaucana, solo 34.375 cuentan con el Pasaporte Especial de Permanencia, PEP, el cual regulariza la situación de dicha población al permitir su acceso a la oferta institucional en materia de salud, educación y trabajo.

Además, contar con este documento también posibilita abrir cuentas bancarias dentro de Colombia e incluso moverse libremente por las carreteras del país. Hace una semana Migración Colombia entregó un nuevo plazo para expedir el PEP: entre el 15 de octubre de 2020 y el 15 de febrero del 2021.

Se trata de un proceso que se puede realizar de forma gratuita en la página web https://www.migracioncolombia.gov.co/venezuela/pep. En ella se establece que solo pueden solicitar el documento aquellos migrantes que estaban en Colombia hasta el 31 de agosto del 2020. Es decir, que su último sello en el pasaporte sea anterior a esa fecha, incluso si es de años pasados.

“Aquí es importante aclarar que si la persona tiene ese sello, pero luego tiene uno posterior de salida del país, no podrá solicitar el nuevo Permiso Especial de Permanencia”, explicó Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia, quien agregó que el PEP no reemplaza al pasaporte, por lo que no se considera como un documento de viaje que pueda servir para tramitar un viaje internacional hacia Colombia o desde el mismo país hacia cualquier destino del mundo.

Otros requisitos señalan que la persona no debe tener antecedentes judiciales a nivel nacional o internacional y no contar con una medida de expulsión o deportación vigente.