Entre $69.545 y $146.000 pagó el Municipio por cada bordillo traspasable y delineador vial que se instaló en parte de los bicicarriles que se ejecutaron en la ciudad durante el año pasado.
Así lo determinó la concejala María Grace Figueroa, quien señaló que dichos valores obedecen a los pactados en un contrato ejecutado por la Secretaría de Infraestructura y Valorización con el Consorcio Cicloinfraestructura para la realización de ciclobandas. En total, dicho convenio tuvo un costo de $8920 millones.
“En ese contrato, que no tenía como objeto esencia la compra de estos elementos, la Secretaría compró 9702 bordillos traspasables, cada bordillo le cuesta a la Administración $69.545, para una inversión de $674 millones. Y se compraron 897 delineadores tubulares y cada uno costó $146.179”, afirmó Figueroa, quien citó a un debate de control político a este tema.
La cabildante, quien realizó un análisis de tres contratos establecidos por las secretarías de Movilidad e Infraestructura que están relacionados con la instalación de estos elementos, la demarcación vial y la señalización de bicicarriles, hizo hincapié en que estos contratos -algunos están suspendidos, vencidos o sin acta de recibo final- sumaron $10.708 millones.
“Me aterra pensar que la meta de construcción de cicloinfraestructura por parte de esta Administración es de 192 kilómetros y, a seis meses de acabar el periodo de gobierno, falten más de 100 kilómetros de bicicarriles. Aún no sabemos dónde van a estar estos tramos faltantes ni sabemos cuántos bordillos y delineadores más veremos por la ciudad”, dijo Figueroa, quien señaló que en ejecución se encuentran 58 kilómetros y ya se entregaron 38 kilómetros de cicloinfraestructura.
Entre tanto, el cabildante Jacobo Náder se mostró inquieto por las implicaciones que podría tener la instalación de estos elementos en las vías, tanto para la segregación de carriles exclusivos para bicicletas como para pacificar el tránsito en corredores de alta velocidad y accidentalidad.
“En Medellín hubo una demanda que prosperó porque estos taches están aumentando la accidentalidad, algo contrario para lo que se instalaron. Entonces, preocupa que en Cali estamos gastando plata, llegue una demanda, ordenen quitar estos delineadores y taches y perdamos una inversión que se pudo haber gestionado para otras necesidades”, dijo Náder.
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Por su parte, el concejal Juan Manuel Chicango llamó la atención acerca de la ubicación de estos elementos en ciertos corredores de la ciudad en los que su instalación “no tiene la justificación suficiente. Además, hay que revisar cuál es la vida útil de estos delineadores, porque los bicicarriles los están utilizando las carretillas, las motos, los vendedores informales y ya muchos están deteriorados. Ojalá aquí no se dé un detrimento patrimonial, porque cuando hay una inversión que en seis meses o un año ya no se ve o se destruyó, los recursos no tuvieron una ejecución satisfactoria”.
Al respecto, el concejal Roberto Rodríguez pidió la suspensión de los contratos relacionados con la instalación de delineadores viales “hasta que nos convenzan de que estos elementos tienen una viabilidad en Cali”.
Plan de pacificación y cicloinfraestructura continuará
Ante las críticas recibidas en cuanto a la instalación de delineadores para mitigar la accidentalidad y el proceso de demarcación de los bicicarriles, el secretario de Movilidad, William Camargo, fue enfático en señalar que ambos procesos seguirán ejecutándose, pues constituyen un cambio del paradigma de movilidad en la ciudad.
“Estos elementos generan alguna molestia sobre usuarios de paso, que son los que más resienten que se instalen; pero para los usuarios locales, esto ha permitido una mejor coexistencia del tráfico vehicular y peatonal. Aquí hay que ponerse en el papel de los peatones, porque mientras existan reductores de velocidad y menores zonas de exposición estamos contribuyendo a que menos personas pierdan la vida en la red vial”, señaló el titular de la cartera de Movilidad, quien señaló que los resultados que arrojen estos elementos en términos de seguridad vial solo se podrán conocer en un año, cuando se puedan comparar indicadores de accidentalidad, por ejemplo.
El funcionario remarcó que actualmente están adecuados 22 sitios con delineadores tubulares y bordillos. En doce sitios se renovaron los elementos que ya habían sido instalados en años pasados y estaban desgastados, mientras que en otros diez sitios se ubicaron las piezas desde cero.
“Estos sitios fueron objeto de evaluación a partir de solicitudes de las comunidades. Esto tiene en cuenta varios elementos, como la disminución o eliminación de puntos de conflicto; la reducción de secciones viales para incorporar zonas de parqueo y una menor exposición de peatones en el paso de intersecciones; y en otros sectores se apunta a la disminución de velocidad en zonas donde había una propensión de los conductores a transitar por encima de los límites”, dijo Camargo, quien advirtió que para la instalación de estos elementos hay un contrato vigente que asciende a $780 millones y está pendiente por ejecutarse el 15 % de los recursos.
El debate de control a este asunto de movilidad continuará hoy en el Concejo a las 10:00 de la mañana.
Hasta el 2015 Cali contaba con un total de 36 kilómetros. De completarse los 192 kilómetros trazados por la presente Administración, habría 228 kilómetros a fin de año.
Bicicarriles y zonas de pacificación
Entre los corredores donde ya se han entregado bicicarriles se cuentan la Avenida Cañasgordas, la Carrera 39, la Calle 5, la Carrera 44, entre otros.
Algunas zonas con delineadores son la Calle 5 con Carrera 6, la glorieta CDI Potrero Grande, la Carrera 73 # 2A - 80, la Calle 47 entre carreras 1D y 5A, la Calle 25 con Carrera 85, entre otros.