La investigadora Sandra Massoni habló en la Universidad Autónoma sobre la necesidad de innovar las rutinas clásicas del periodismo.

La comunicación ya no puede ser entendida como tradicionalmente se ha visto: emisor, mensaje, receptor. Así lo explica Sandra Massoni, investigadora argentina experta en estudios de comunicación desde los nuevos paradigmas.El martes participó en la apertura para el 2015 de los programas de posgrado de la Universidad Autónoma de Occidente, entre ellos el de la Maestría en Comunicación. Actualmente dirige la Maestría en Comunicación Estratégica de la Universidad Nacional de Rosario, en Argentina.Se ha cuestionado el papel del periodista hacia el futuro, ahora que todos transmiten noticias a través de las redes sociales. ¿Cuál es su posición al respecto?Hay que cambiar rutinas. Hay diarios en todo el mundo haciendo esto. Es necesario cambiar el rol del periodista, porque ahora tiene que formarse para comprender escenarios, para propiciar articulaciones. Para poder entender dónde estarán las conexiones de cada temática. Debe aprender a realizar sus producciones, sean reportajes o noticias, en registros múltiples, que permitan convocar a personas de diferentes matrices socioculturales.Lo que esto evidencia que es que la estructura tradicional de la noticia es impertinente. Hablamos de la clásica pirámide invertida (qué, quién, cómo, cuándo): ya no hay forma de que esa estructura típica tenga vigencia, porque es aburrida, no conecta. Nos perdemos todo eso si seguimos con rutinas clásicas de hacer periodismo. Es imprescindible innovar. Recuperar lo vivo es un componente fundamental de esta perspectiva, porque logra que la dimensión de la emocionalidad sea importante, o en ciertas noticias, que lo sea el dato. El periodista decide en cuál de los dos registros trabaja en cada ocasión. Logrando esto puede conectarse con su público. Pienso que es más importante lo que la gente hace con lo que se dice, que lo que se dice. El aporte del comunicador tiene que ver con establecer conexiones. El ciudadano común, ¿con qué lupa debe mirar los medios?Creo que el ciudadano está hoy teniendo un gran aprendizaje. Cada vez es menos la gente que se queda con un solo periódico, que hace aquella rutina de hace 20 años, de abrir el diario en la mañana. Los estudios lo demuestran. Más bien se trata de una navegación fluida que va tocando unos puntos de interés. ¿Cómo ve a Latinoamérica en los medios, comparada con otras regiones del mundo?Me parece muy interesante lo que está sucediendo en Latinoamérica. Hay varios procesos que señalaría: uno de ellos es que nuestras academias tienen ya cierta madurez en sus equipos y ya no está esta idea de copiar lo que se hace en Estados Unidos o en Europa, sino que hay perspectivas latinas muy bien consolidadas y con excelentes resultados. El otro es que tenemos una estructura de medios muy madura, con trayectoria valiosa, lo que hace que haya un salto evolutivo y estoy viendo esta etapa con mucha expectativa. Veo que en todos los países hay grupos que tienen producción propia en cine, publicidad, televisión. Las producciones latinoamericanas son destacadas mundialmente. Es un momento muy estimulante, porque es un periodo donde algo nuevo está surgiendo.La comunicación también está tomando fuerza en las empresas. ¿Cuál es la diferencia para una organización entre tener y no tener un comunicador?La diferencia está entre tener posibilidades de conexión y articulación con el medio, o dejar librado a lo que ocurra. El comunicador es un especialista en propiciar cambios deseables y posibles. Una empresa que decide no tenerlo, o que decide tenerlo pero lo ubica al final de la línea de montaje, lo está desperdiciando. Porque se está despreciando sus capacidades de propiciar los cambios. Los comunicadores tenemos cómo trabajar en la rearticulación de lo posible. Las empresas necesitan comunicadores en línea, pero también un nivel de comunicación estratégico, en el cual se toman las decisiones gerenciales de la organización. Esa es la tendencia actual.La academia y la profesión han estado muy separadas, al punto de que cuando el comunicador llega a ejercer, se encuentra con un mundo distinto al que le enseñaron en la universidad. ¿Cómo unificarlas?Con la comunicación estratégica se están generando formas para facilitarlo. Particularmente en la Universidad del Rosario tenemos la Escuela de Comunicación Estratégica, que está integrada por un grupo de académicos y profesionales, lo que es una novedad porque hasta hace unos años la profesión iba por un lado y la academia por el otro. Hoy hay posibilidad de terminar esta división innecesaria. Lo que se necesita es redefinir la comunicación y no pensarla como un registro comunicativo (emisor, mensaje, receptor, etc). Esto convoca lo comunicacional en múltiples dimensiones. Y lo que cambia es que ya la investigación en comunicación no se hace “como la hacen los sociólogos” o “como la hacen los semiólogos”, sino que exige otro recorte específico.