“Antes de ser grandes músicos, lo más importante es ser personas. De nada vale ser buenos intérpretes musicales si no pueden ser luz o referentes de otros niños”, son las palabras de Moisés Zamora Mezú, docente de ‘Tambores de Siloé’, que desde el año 2008 y junto con un grupo de 120 niños, niñas y adolescentes nacidos en el corazón de la comuna 20 de la capital del Valle del Cauca, decidió apostarle a la transformación.

Para Carlos Vega, que ha estado en el grupo desde sus inicios, ‘Tambores de Siloé’ se ha convertido en su familia. Además de tocar la conga, instrumento que le apasiona, este joven de 21 años, le enseña a los principiantes lo que a él en algún momento le enseñaron cuando solo tenía 8 años: el amor por el arte.

Las ‘barreras invisibles’ son realmente invisibles cuando de arte se trata

‘Tambores de Siloé’ no conoce de líneas divisorias. Es un espacio en el que entran todos, sin importar estrato socioeconómico, edad o género. Sus integrantes son provenientes de sectores como Tierra Blanca, La Estrella, Brisas De Mayo y Belén. Estos jóvenes asisten cada sábado a los ensayos en la Biblioteca Pública Municipal Centro Cultural Comuna 20, donde han aprendido a convivir a través de la música.

Más allá de las habilidades musicales que se adquieren en ‘Tambores de Siloé’ hay de fondo un trabajo psicosocial enfocado en la construcción de proyectos de vida y la prevención de violencias a través del arte.

Sin embargo, no siempre fue así. La idea inicial era crear una escuela de ‘diablitos’; práctica musical que consiste en disfrazarse, mientras se recorren las calles tocando tambores entre los meses de octubre y diciembre.

Dicho proyecto fue cambiando, para que no se convirtiera solo en un lugar de esparcimiento, sino también en un sitio de apoyo psicosocial, donde sin importar las condiciones económicas, todos se atrevieran a ser soñadores. Y en ‘Tambores’, soñaron tan alto, que llegaron a Europa con instrumentos creados con materiales reciclados.

Europa vibró al ritmo de Siloé

En el año 2023, Tambores de Siloé viajó a Europa tras ganar una convocatoria de Ibermúsicas de Valencia, España. | Foto: Fundación SIDOC

En el año 2023, fueron seleccionados como beneficiarios de una convocatoria de Ibermúsicas en Valencia, España, donde además de ofrecer conciertos, dictaron talleres de construcción de instrumentos musicales con materiales alternativos.

Esta hazaña la lograron tras resultar ganadores de la convocatoria ‘Ayudas al sector musical para la circulación’. Fue así como el viejo continente evidenció el impacto que puede tener la música en la vida de jóvenes, que crecieron en sectores históricamente golpeados por la violencia.

En Colombia también han tenido su trayectoria. Este grupo de jóvenes y niños se han presentado en el Festival del Pacífico Petronio Álvarez, en la Universidad Distrital, Universidad de los Andes y Popayán. Además, durante la temporada decembrina, han participado en varias novenas navideñas en la capital vallecaucana.

Una apuesta por la sostenibilidad

“Cuando estaba en quinto de primaria, llegó un profesor con unos tarros reciclados al colegio haciendo bulla y llamó mi atención, así que le pregunté de qué se trataba. Le pedí entrar al grupo y aquí sigo. Se han convertido en un impulso para mí, son personas que me ayudan a ser cada día mejor y que en los momentos más difíciles fueron un lugar para refugiarme en el arte”, dice Sofía Meneses, quien desde hace ocho años decidió ingresar a la agrupación.

Tarros de pintura, botellas de plástico, cadenas, PVC y tapas, son algunos de los materiales alternativos que utiliza la agrupación, aportando así al medio ambiente. | Foto: Fundación SIDOC

Este proyecto artístico, perteneciente a la Fundación SIDOC, cuenta con instrumentos que combinan materiales alternativos, los cuales se utilizan de tal forma que permite imitar la sonoridad de la marimba, el redoblante y el bombo.

El ‘Silocobombo’, que hace similitud al bombo, es creado con un cuñete de pintura entero y con una cuerda. Por su parte, la ‘Silococaja’ es el instrumento alternativo de la caja que tocan ‘los diablitos’ y está elaborado con un cuñete de pintura que se parte a la mitad y al que se le incorporan latas para dar aire de batería compacta con cadenas; esta creación reemplaza al redoblante.

Así mismo, se encuentra la ‘Marimbotella’, ideal para crear nuevas melodías. Este instrumento es elaborado con botellas de plástico que hacen de resonadores. Finalmente, para dar un toque de profundidad, apareció la ‘Marimba de tubos’ hecha con PVC.

“Hemos tenido comentarios donde nos dicen que esos tarros no van a tocar, pero al final la gente queda sorprendida, porque uno de nuestros objetivos también es reutilizar, renovar y reciclar, es mostrar al mundo que con cosas simples se puede crear música”, enfatiza el profe Moisés.

¿A qué le cantan?

Los integrantes de este grupo componen sus letras y la idea de ellas es abordar temas positivos que visibilicen a Siloé como un sector donde su comunidad tiene cualidades y talentos en el arte, cultura y sentido social.

“Yo les diría a los jóvenes que han tomado otros caminos, que le den la oportunidad a un espacio como este para abrirse. Aquí podemos ir creando y pensando en nuestro proyecto de vida”, manifestó Sofía Meneses, cantante del grupo.

Este proyecto artístico, liderado por la Fundación SIDOC, cuenta con el apoyo del profesor Moisés Zamora, un músico que desde hace 14 años decidió apostarle a Siloé. | Foto: Fundación SIDOC

Para el profe Moisés, que ya se considera parte de la comuna, aunque viva en el Distrito de Aguablanca, la parte más significativa del proyecto es poder exponer lo positivo que tiene el barrio, “dar a conocer que, aunque se estigmatice el sector, aquí hay gente trabajadora, que baila, que hace música, que quiere mostrarle al mundo que en Siloé no todo es malo”, expresó.