Luego de la avalancha que acabó con la vida de 15 personas en Quetame, Cundinamarca, la vía Bogotá-Villavicencio, uno de los corredores viales más importantes de esta zona del país, permanece cerrada. Por esa razón, la Aeronáutica Civil puso en marcha un puente aéreo solidario con el fin de mantener la movilización de pasajeros, carga y correo desde y hacia los Llanos Orientales.
Esta carretera es uno de los principales corredores de transporte de cargas en Colombia y estará cerrada al menos hasta el final de la próxima semana, según informó la Gobernación de Cundinamarca.
A través de un comunicado dirigido a los operadores aéreos de pasajeros, carga y correo, la Aerocivil informó que las empresas podrán solicitar la adición de frecuencias y extensión de horarios para las operaciones aéreas desde y hacia el aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, mientras la vía terrestre permanece cerrada.
Así, la Aeronáutica Civil autorizó la adición de frecuencias a las aerolíneas Satena, EasyFly y Searca, con otros operadores, teniendo en cuenta medidas similares de acuerdo con sus capacidades de operación.
De igual manera, se estableció un plan de monitoreo y vigilancia para evitar aumentos desproporcionados en las tarifas de los tiquetes aéreos y también se facilitará la extensión de los horarios de operación del Aeropuerto Vanguardia, en caso de que sea necesario.
La Aerocivil recomendó a los viajeros establecer contacto directo con las aerolíneas para conocer las condiciones sobre horarios y tarifas ofrecidas. Además, la entidad invitó a los usuarios a denunciar cualquier irregularidad en la prestación del servicio ante la Superintendencia de Transporte y se comprometió a mantener abiertos todos los canales de atención para garantizar la continuidad del transporte aéreo en la región.
Trágica avalancha
Luego de la trágica avalancha en la que murieron al menos 15 personas en Cundinamarca, los rescatistas continúan buscando a 13 personas que permanecen desaparecidas tras el enorme alud de tierra. Durante la mañana de este miércoles 19 de julio, el capitán Álvaro Farfán, jefe de bomberos del departamento de Cundinamarca, advirtió que fue necesario “suspender temporalmente (la búsqueda) por el tema de lluvia, es riesgoso para el personal”.
Poco antes de la medianoche del lunes 17 de julio una veintena de viviendas fueron arrasadas por una avalancha de barro y piedras provocada por fuertes lluvias registradas en Quetame, ubicado a unos 60 kilómetros al sur de la capital, Bogotá.
El martes organismos de emergencia recuperaron 15 cuerpos, entre ellos los de cuatro menores de edad, antes de que la noche los obligara a suspender las labores. Por el momento, 13 personas siguen desaparecidas. La avalancha también arrasó un puente vehicular en la vía que conecta a Bogotá con Villavicencio, la ciudad más importante del sureste del país -de unos 500.000 habitantes-.
El alcalde de Quetame, Camilo Parrado, aseguró que el barro alcanzó los dos metros de altura en algunas zonas. La geografía montañosa y con muchos cauces de agua de la región hace que esta clase derrumbes sobre la vía sean habituales.
“La recurrencia de estos hechos fatales amerita una discusión (....) sobre medidas de fondo para la estabilización de la región. Propongo la configuración de una zona de reserva forestal a lo largo de la carretera y de sus afluentes hídricos”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente, Gustavo Petro. El mandatario también anunció la apertura de “cinco vuelos adicionales” entre Bogotá y Villavicencio “para superar la emergencia”.
La temporada de lluvias en Colombia comenzó en junio y suele extenderse hasta noviembre. El año pasado dejó unos 300 muertos y 700.000 afectados, incluidas 34 personas que murieron cuando el autobús en el que viajaban quedó sepultado por un deslizamiento de tierra en el oeste del país.
*Con información de AFP