La lucha contra el crimen en el país tuvo uno de sus principales logros en las últimas semanas con la captura de Michael Humberto Pérez, alias ‘El Gato’, “jefe de la banda Los Chagreros, responsables del homicidio de al menos 112 personas, incluidas las 10 asesinadas en la masacre de Betania, en 2020″, informó el presidente Gustavo Petro, a través de su cuenta de X.
‘El Gato’, como pocos, hizo carrera criminal desde muy joven, ya que su padre era uno de los lugartenientes de Pablo Escobar. A los 11 años ingresó a ese mundo para convertirse en sicario, pero de a poco fue creciendo hasta llegar a liderar actividades de microtráfico, extorsiones y sicariato.
Su padre era alias Tato, quien hizo parte del Cartel de Medellín y delinquía en la zona de Guayabal. ‘El Gato’ era socio de la banda La Terraza de Medellín, y era considerado el criminal más buscado en cuanto a seguridad ciudadana en todo el departamento de Antioquia.
Se le señala de estar involucrado en más de 50 homicidios, muchos ordenados y otros tantos cometidos por su propia mano, y se conoce que buscaba extender sus redes criminales a Andes, Jardín, Betania y Ciudad Bolívar.
Asimismo, además de la masacre de Betania en noviembre de 2022, mencionada por el Jefe de Estado, también está inmerso en la investigación por la masacre en el municipio de Andes, en febrero de 2021, donde fueron asesinadas cinco personas.
Pese a ser altamente buscado por las autoridades en el territorio antioqueño, hasta ahora había sido imposible ya que se escabullía cuando parecía estar completamente alcanzado. Siempre dijo que esto se debió a una alianza oscura que entabló hace muchos años.
Un pacto con el diablo
Tras ser capturado, ‘El Gato’ les contó a las autoridades que sí había una razón que le permitió mantenerse en libertad durante tanto tiempo fue gracias al pacto que hizo con Satanás en 2017, el cual, según cuenta, siempre le cumplió con sus pedidos.
En ese momento se encontraba en la cárcel municipal de Andes y estaba siendo acusado de participar en más de 50 homicidios, entre otros delitos como desapariciones forzadas, tráfico de estupefacientes y liderar un grupo delincuencial.
Se vio perdido, y con una sentencia que lo perpetuaría tras las rejas, por lo que ahí empezó su pacto. “Les voy a decir por qué yo creo en el diablo. Yo ya había mandado a pedir la libertad. Entonces yo dije, no, en ese momento de desesperación, yo le dije al diablo, hablé con él, que me mostrara pues que existía (...) hice la oración. Y ahí después empecé a quemarle velas. Andaba con mi estrella, con cositas, la estrella del diablo, puros diablos, imágenes de lucifer”, contó el criminal.
Y en efecto, luego de decir: “Muéstrame que existes y yo te voy a servir”, pasaron solo tres días cuando fue dejado en libertad, al parecer por errores de procedimiento por parte de los oficiales.
Para él esa fue la señal que el diablo le envió, y él le correspondió durante todo este tiempo. “Todos los días me les prenden velas. Si yo quería esto, se lo pedía y me lo daba. Yo salía por ahí para que ustedes no me vieran y, muchas veces, usted no me cree, pasé por el comando últimamente y les pitaba. Eso es lo que me ayudó a mí. Eso es lo que me va a ayudar a que le dañe la mente al juez y no me metan tanto”, añadió ante las autoridades.
Luego de ese momento, se aseguró de que el primer ritual que realizara fuera con la total devoción, se acompañó de una bruja, hizo un escrito a modo de contrato en el que le entregaba oficialmente su alma al diablo, lo firmó y selló con su huella manchada en sangre, proveniente de una cortada en su dedo índice izquierdo.
La experiencia que sintió, cuenta, fue reveladora. “Yo sentí algo. A mí me dijeron cómo era el asunto. O sea, que se podía aparecer en persona, en animal, en un objeto, en lo que fuera. Y lo único que yo vi en el momento fue un gato y se desapareció. Era un gato como de tres patas”, narró ‘El Gato’.
Su devoción se vio puesta a prueba en 2020, cuando fue capturado nuevamente junto a otro criminal conocido como alias Yeye. Él sabía que el diablo lo iba a sacar de la cárcel sin problema, y a las semanas pudo escaparse de la estación de policía de Marinilla.
La captura
Lo que cuentan las autoridades era que venían siguiéndole el rastro desde hacía meses. Sabían todos sus movimientos: usaba las bodegas de los buses de servicio públicos para moverse desde el suroeste; en Medellín prefería pedir carros por las plataformas de transporte, y en Andes y Jardín, se movía en motocicletas a las que les cambiaba las placas de manera recurrente.
‘El Gato’ incluso tenía hasta seis documentos de identidad diferentes, que estaban autenticados y expedidos por la Registraduría, para no ser atrapado. Se los hurtaba a personas con las mismas características físicas y hacía cambios sofisticados en los documentos.
Pero esto no impidió que fuera aprehendido, y asegura saber por qué ocurrió. Cuenta que el domingo en que fue capturado se estaba preparando para ir a la iglesia, con motivo del bautizo católico de su hija de dos meses; esa habría sido una traición para Satanás, según contó el criminal, al pacto que habían acordado.
De uno u otro modo, un comando especial de hombres de inteligencia y de la Policía de Antioquia, junto con la Fiscalía, logró la captura del criminal en una casa del barrio Manrrique, en Medellín, mientras este dormía.
Las pruebas en su contra son tan contundentes que la Fiscalía y la Policía ven muy difícil que se logre una negociación y rebaja de penas con ‘El Gato’, por lo que afrontaría las máximas penas por sus delitos. Sin embargo, el líder de Los Chagreros parece estar buscando una reconciliación con el diablo, pues aún se siente confiado de que saldrá bien librado en esta ocasión.