Miles de colombianas protestaron este martes, en el Día Internacional de la Mujer, en una colorida marcha por Bogotá que celebró la reciente despenalización del aborto hasta la semana 24 de embarazo y exigió el fin de la violencia machista.

"¡Es legal, es legal, el aborto en Colombia es legal!", coreaban las mujeres reunidas frente al Centro de Memoria Histórica, en el centro de la capital colombiana.

Las manifestantes se dieron cita hacia las 3:00 p.m. en distintos puntos de Bogotá y marcharon de manera pacífica hacia el centro ondeando pañoletas verdes, con bailes y cánticos.

Lea también: Amenazan a magistrados de la Corte constitucional que estuvieron a favor de despenalizar el aborto

La Corte Constitucional amplió el 21 de febrero el acceso al aborto voluntario fijando uno de los plazos más flexibles de Latinoamérica.

"Protesto por la rabia que tenemos las mujeres de vivir en un Estado machista, opresor, donde reina el patriarcado y a las mujeres nos tienen como simples objetos", dijo a la AFP una estudiante de 19 años que pidió no ser identificada y cubría su rostro con una capucha fucsia bordada.

"Aún falta mucho camino por recorrer, aunque hemos visto pequeños logros como la despenalización del aborto", añadió.

Hasta ahora el procedimiento sólo se permitía en caso de violación, si la salud de la madre estaba en riesgo o cuando el feto tenía una malformación que comprometiera su supervivencia, según un fallo de 2006 del mismo tribunal.

Fuera de esas excepciones, tanto las mujeres como quienes realizaran abortos con su consentimiento eran castigados con penas de 16 a 54 meses de cárcel.

Un grupo de mujeres negras se unió a la nutrida manifestación con cánticos antirascistas y pañuelos amarillos atados al cuello.

En este país de 50 millones de habitantes y más de medio siglo de conflicto armado, las mujeres son blanco frecuente de la violencia.

En 2021 casi mil fueron asesinadas, unas 19.000 denunciaron abusos sexuales y más de 40.000 sufrieron violencia intrafamiliar, según la autoridad forense.

"Viví un abuso y tengo que convivir con mi abusador en los salones de mi universidad porque nadie hace nada (...) les incomoda la lucha, pero no les incomodan los abusos", aseveró Angie Marcela Claro, universitaria de 20 años que pintaba consignas feministas en el suelo.