Este jueves, la delegación de paz del ELN, a través de un comunicado, dio a conocer que el Gobierno Nacional congeló la mesa de diálogos. Cabe decir que, ambas delegaciones ya se encuentran en Caracas, Venezuela, para asistir a una reunión extraordinaria “con el propósito de escucharlos y aclarar lo que sigue”.
Así las cosas, en dicha misiva, la delegación de paz del ELN expuso que fueron las acciones tomadas por el Gobierno Nacional, las que llevaron a este congelamiento. En primer lugar, la delegación del ELN sostuvo que, durante la reunión que tuvo lugar en La Habana, el pasado 26 de febrero, se notificó a los delegados del Gobierno Petro que, “la persistencia gubernamental de adelantar una operación de desmovilización en Nariño en contra del ELN, colocaba esta Mesa de diálogos de paz en estado de pausa”.
Seguido de esto, manifestaron el descontento por el manejo que se le ha dado a los diálogos en meses pasados. “Durante el mes de marzo las decisiones del gobierno prosiguieron con el doble manejo del proceso de paz con el ELN, en el que asiste a esta Mesa de diálogos, mientras por debajo de ella promueve la desmovilización en Nariño, conducta contraria al Juego limpio y la buena fe que deben caracterizar las conversaciones de paz, con lo que ha llevado esta Mesa a un estado de congelamiento”.
La causa de la decisión de la comandancia del ELN de meter en el congelador los diálogos con el Gobierno es la respuesta a los acercamientos del Ejecutivo con el denominado “Frente Comuneros del Sur” del ELN que opera en Nariño, una apuesta de los negociadores oficiales para acelerar los cansinos diálogos con jefes de esa organización, acostumbrados a las deliberaciones y poco dados a movimientos arriesgados en procura de la paz.
Antonio García, uno de los jefes del ELN y el más crítico de los diálogos, denunció estos acercamientos regionales y convirtió el tema en una suerte de causa personal, al asegurar que se trataría de un “show mediático” del Gobierno e incluso de un plan para infiltrar a esa organización, y al alegar que esa iniciativa desconocía la unidad de mando de su organización.
Redacción de El País y Colprensa