En la noche de este viernes 6 de septiembre, los bomberos del municipio de Santander de Quilichao, en el norte del Cauca, trabajan a ‘toda máquina’ para contrarrestar dos incendios forestales de grandes proporciones.
“Estamos con todas nuestras unidades en estas dos situaciones, empezamos laborar alrededor del medio día de hoy cuando llegamos a controlar un forestal en la vereda El Rosal, la cual pertenece a Caldono, pero por facilidad de acceso, nos pidieron el apoyo a nosotros, después en la tarde empezó el forestal de Mandiva, el cual se va extendiendo poco a poco luego de empezar en el sector de El Tajo”, indicaron los bomberos de este municipio nortecaucano.
La anterior emergencia es atendida por 22 bomberos, quienes apoyados por la comunidad, busca detener las llamas, luego que comenzaran en un punto de El Tajo, pasando por Garrapetero para después extenderse por el sector de Taminango, obligando a que los socorristas entreguen lo mejor de cada uno para evitar que llegue a zonas pobladas.
“Ya comenzando la noche reportaron el forestal de Japio, el cual pertenece a Caloto, pero por capacidad y acceso, los compañeros de Caloto nos pidieron apoyo, acá tenemos un par de unidades, estamos esperando termina en Mandivá para así llegar a esta última zona”, agregaron los socorristas.
Las comunidades fueron las encargadas de alertas de estos casos, sumándose después a las acciones que adelantan los bomberos en estos puntos, los cuales representan un riesgo porque son controlados por las disidencias de las Farc.
Hay que recordar que estas situaciones agrava aún más la crisis que viven los quilichagüeños en el acceso a agua potable, porque las llamas destruyen los nacederos de aguas y los lechos de los ríos Quilichao y Mondomo, los cuales tienen una marcada reducción de sus caudales.
A raíz de esta situación, las autoridades de este municipio establecieron un racionamiento del vital líquido, medida que entra a regir para garantizar el acceso al servicio para todas las comunidades este poblador del norte del departamento.
“En estos momentos hay una reducción en las bocatomas que cuenta la planta de tratamiento, ubicada en el sector de El Aroyo, no tenemos los 3.000 metros cúbicos para prestar el servicio en su totalidad, todo esto se debe a la reducción de los caudales de estos ríos, fenómeno causado por la intensa ola de calor y los daños que causa la minería ilegal”, expresó en su momento el gerente de Emquilichao, Jhon Harold Salazar Córdoba.