Divisiones internas y sanciones a sus dirigentes ponen en peligro el futuro del partido de izquierda. Hablan protagonistas.

En menos de una semana el andamio político que sostenía al Polo Democrático Alternativo (PDA) parece haberse venido abajo. La detención del senador Iván Moreno y la suspensión de su hermano, el alcalde Mayor de Bogotá, Samuel Moreno, sumieron a la colectividad en la peor crisis que ha padecido desde su fundación.Las decisiones de la Corte Suprema de Justicia, para el caso del senador Moreno, y de la Procuraduría General en contra del Mandatario Distrital desnudaron, además, las divisiones internas que existen en el Polo y que, antes del nuevo escándalo, ya había generado que algunos de sus fundadores -Carlos Gaviria, Gustavo Petro y Luis Eduardo Garzón- decidieran armar toldo aparte o simplemente se desencantaran de la colectividad.Si bien la dirección del Polo, en cabeza de Clara López, había manifestado su apoyo a los Moreno, el día de la sanción al alcalde Samuel, la misma colectividad pidió la renuncia del Alcalde, lo que dejó a la vista la fractura interna de la colectividad que daba un golpe contundente a una de las fuerzas que la componen: la Anapo.“Es una presión mediática”, LópezNo obstante las decisiones judiciales y disciplinarias, la presidenta López ha insistido en que existe una “presión mediática muy grande”, y sindica a los medios de comunicación de “dedicársela” a su partido y olvidar los problemas de corrupción que existen en otras colectividades, varias de ellas uribistas.López, en diversos escenarios, ha manifestado que no cree en la debacle del Polo y menos en una crisis que pueda llevar al partido a la extinción. “Si se habla de una debacle en el Polo es para presionar nuestra salida de la Alcaldía de Bogotá”, dice al sustentar que “si fuesen justos y equilibrados hablarían de la debacle del Partido de la U, pero no lo hacen porque hay cierta intencionalidad en utilizar el caso de Bogotá para dañar el Polo”.La Presidenta del Polo subraya que “la corrupción en todo el entorno del gobierno de Álvaro Uribe no tiene antecedentes en este país. Es algo verdaderamente grave, grueso, serio y quieren arreglarla persiguiendo al Polo Democrático Alternativo”.Y anota que “nosotros somos un partido curtido de la izquierda de este país. Es un partido de perseguidos, de gente muy luchadora, recia, de altísimo valor civil. Sabemos que estamos atravesando por una situación compleja pero no nos vamos a amilanar”.Algo similar piensa el analista político Ancízar Marroquín, quien reconoce que “el Polo ha logrado consolidarse como organización política por lo cual todas estas cosas, creo que institucionalmente no lo afectan demasiado” este escándalo.Explica que todo lo que está sucediendo tiene sus interpretaciones como las que dan sus “militantes más acérrimos que lo ven como una injusticia, no ven la prueba reina y argumentan que tuvieron que inventar un nuevo concepto del dolo y la eficacia de la administración” para inculpar a los miembros de esta colectividad.En esta misma orilla se encuentra el senador Jorge Enrique Robledo, quien ha dicho a los medios que lo sucedido ha sido un “banquete” para los enemigos del Polo y la izquierda en Colombia.El Senador salió al paso de quienes piensan que los días del Partido están contados y enfatiza que “Polo Democrático va a haber para rato”.Una crisis que se agudizaráContrario a lo expresado por los que defienden a la colectividad de izquierda, el politólogo Fernando Giraldo sí considera que los hechos que esta enfrenta van a tener consecuencias negativas en el corto plazo.“Todo esto los va a afectar dramáticamente en las próximas elecciones locales y departamentales. Ellos perderán la Alcaldía de Bogotá seguramente y sus mayorías en el Concejo capitalino, que era una de sus mayores fortalezas”, argumenta Giraldo, quien además considera que “a renglón seguido vendrá un efecto nacional porque esto ha ocasionado preocupaciones de gente que los pudo haber seguido con simpatía”.Sustenta lo anterior diciendo que “ellos tuvieron un problema que no pudieron superar, entre otros, es que dejaron anclar la organización llamada Polo Democrático Alternativo en las posibilidades políticas y electorales en Bogotá y no lograron lo mismo en el resto del país. Tienen el síndrome del centralismo, de haber condicionado el futuro de la organización al en una ciudad” sin tener en cuenta el espectro nacional.El analista añade que en el Polo habrá un “efecto dominó”, ya que “se les avecina una crisis interna enorme, esa será otra situación que los acabará de golpear y que se presentará después de los resultados electorales”.Sin embargo, el analista Marroquín piensa que el problema interno tiene otros matices. “Lo que sí afecta es el papel de la Anapo, que era una fuerza rectora del Polo, que daba línea dentro del partido” y se cuestiona sobre que “la única factura es ¿qué va a pasar con la Anapo dentro de la organización del Polo?”.Cabe señalar que la Alianza Nacional Popular (Anapo) fue el partido tradicional de los Moreno y nació en 1961 de la mano del general Gustavo Rojas Pinilla y que a partir de 1971 fue dirigido por María Eugenia Rojas, madre de Iván (el senador) y Samuel (el alcalde de Bogotá).De la misma manera, Marroquín reconoce que en el escenario de la opinión pública queda la imagen de que “se perdió una oportunidad muy bonita de liderazgo del Polo” e incluso cree que ya algunos podrían decir que “el Polo cayó en la misma politiquería que siempre se ha criticado”.Otro punto de vista de la situación la tiene el concejal de Bogotá por esa colectividad, Carlos Vicente de Roux, quien dice que el mayor error del partido fue dejar “todas las cartas en manos de la Corte y la Procuraduría”, ya que considera que el Polo no tomó las decisiones para sancionar a los Moreno cuando comenzaron a hacer públicas las denuncias que él hizo al lado del ex candidato presidencial, Gustavo Petro y del senador Luis Carlos Avellaneda.El ex candidato Petro ha dicho que el Polo tuvo la oportunidad de separarse de los escándalos, pero no lo hizo, por lo que piensa que hoy lo único que “queda es intentar salvar figuras políticas, pero creo que habrá una desbandada”.A su turno, el representante conservador Miguel Gómez solo se limita a decir que “el Polo se quedó sin autoridad moral para cuestionar a cualquier persona”, al considerar que esta colectividad no tiene manera de poner a consideración de los bogotanos otro candidato.Por su parte, el analista Alejo Vargas insiste en que “existe una crisis evidente” y argumenta que “desafortunadamente la izquierda habita en un campo de división”, lo cual “genera un debilitamiento que los va a afectar en las elecciones”.“Hay que depurar para sanearlo”El senador del Polo Luis Carlos Avellaneda considera que, si obra con inteligencia, su partido puede convertir esta crisis en una tabla de salvación ante la opinión pública que hoy lo cuestiona.Si bien reconoce que la actual situación es de total “incertidumbre” dice que “el futuro depende de la actitud que adopte la dirección del Partido” respecto a la realidad que afronta.Advierte que las directivas “no deben mirar esto como una persecución sino que, por el contrario, deben asumir una actitud realista en la que deben exigir verdad, justicia y reparación”.Manifiesta que la sociedad no va a entender la posición del Polo “si seguimos escondiendo la cabeza como el avestruz, porque esto lo único que va a generar es que estos casos se repitan”.Por ello, enfatiza que se “deben aplicar las normas del partido con severidad en contra de los Moreno y expulsarlos” ya que cree que con esto “se envía un mensaje de que la corrupción no tiene cabida en el partido”.“Debe haber una depuración en el Polo para sanearlo, es un cáncer para el partido”, argumenta Avellaneda, al insistir en que si la colectividad adopta esta posición y garantiza que no habrá repetición de estos hechos “logrará su perdón”.Escándalos e investigacionesEn febrero de 2009 se abrió la polémica porque las Farc le enviaron una carta a la dirección del Polo en la que alertaban sobre las intenciones reeleccionistas de Álvaro Uribe.En el comunicado, firmado por el Secretariado, se indicó que “terminar el conflicto y superar el horror de la actual confrontación fratricida en Colombia, pasa, ineludiblemente, por acuerdos políticos que abran las puertas a un nuevo régimen con capacidad de cimentar la paz democrática”.Dicha misiva abrió el debate sobre las eventuales relaciones del Polo con las Farc, lo cual fue desmentido por su presidente Carlos Gaviria.Tiempo después el fiscal Mario Iguarán le pidió a la Corte Suprema que investigara a la senadora del Polo, Gloria Inés Ramírez y a Wilson Borja por posibles nexos con la guerrilla.Las polémicas del Polo Democrático AlternativoDesde su nacimiento, en 2005, el Polo Democrático Alternativo (PDA) ha tenido que afrontar varios episodios que lo han puesto en la palestra pública.El primero de ellos se dio en 2008 cuando el secretario General del PDA, Daniel García-Peña, tuvo que dejar el cargo ante el anuncio de Carlos Gaviria de renunciar a la Presidencia.En ese momento, Gaviria argumentaba que García-Peña se había gastado cerca de mil millones de pesos más de lo que le había autorizado el partido, pero el ex candidato presidencial dejó claro que el Secretario no había cometido fraude.En ese instante se dijo que la salida de García-Peña había sido un triunfo del ala radical del Polo y se acusó de esta situación a Gaviria y al senador Jorge Enrique Robledo.Tiempo después, Luis Eduardo Garzón tomó la decisión de irse de la colectividad y se unió con Antanas Mockus y Enrique Peñalosa en el Partido Verde.Luego de las elecciones de 2010, el lío fue con Gustavo Petro. Ante los resultados contrarios de Gaviria en la consulta presidencial, éste decidió renunciar a la Presidencia del PDA y luego de los comicios de la primera vuelta, Clara López, fórmula vicepresidencial de Petro, asumió las riendas.Petro, quien reclamó para sí la Presidencia que nunca le fue otorgada, decidió armar toldo aparte en la denominada Corriente Democrática.Mientras tanto, Gaviria mantiene una posición distante del Partido.