El miércoles, 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, el presidente Petro anunció que su Gobierno romperá relaciones con el Estado de Israel. “Aquí delante de ustedes, el Gobierno del Cambio, el presidente, informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con Israel por tener un presidente genocida”, aseguró durante su discurso ante miles de personas reunidas en la Plaza Bolívar de Bogotá.

La decisión se sumaría a una serie de actos y pronunciamiento en contra de Israel, que el mandatario colombiano viene haciendo desde que iniciaron los bombardeos de las fuerzas israelitas en territorio palestino, lo que fue causado en un principio, por el atentado terrorista que perpetró Hamás el pasado 7 de octubre del 2023, incursionando en Israel, asesinando y secuestrando civiles.

Julio Londoño, excanciller y decano de Relaciones Internacionales en la Universidad Sergio Arboleda, analiza la decisión de Petro. | Foto: Semana/Getty Images/Presidencia

No obstante, los ataques que ha mantenido Israel, en cabeza de Benjamin Netanyahu, desde entonces, han causado la muerte de cientos de miles de palestinos, así como hambruna y condiciones inhumanas en la Franja de Gaza, lo que ha generado el rechazo internacional de muchos países, incluido Colombia.

En un principio, como rechazo a las acciones bélicas de Israel, el Gobierno colombiano llamó a consulta a la embajadora de Colombia en Israel, después Colombia se sumó a otros 52 estados en la demanda instaurada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de violar la Convención sobre el Genocidio de 1948.

A partir de este jueves, 2 de mayo, la ruptura definitiva de relaciones entre ambas naciones, podría tener consecuencias inesperadas. De acuerdo con Julio Londoño, decano de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, consultado por la Revista Semana, “mucho se ha hablado de los efectos que tiene para Colombia la confrontación con Israel, especialmente en el ámbito militar. Sin embargo, habrá que determinar si los acuerdos en este marco se van a suspender o no, ya que son esencialmente de carácter comercial, como sucede en otros renglones en el intercambio entre los dos estados. De todas maneras, a mi juicio, debe prevalecer la posición colombiana en el ámbito internacional”.

El presidente Petro anunció el rompimiento de relaciones con Israel durante su discurso del 1 de mayo en la Plaza Bolívar de Bogotá. | Foto: COLPRENSA ©

En el sentido armamentístico, Londoño, quien también ejerció como canciller de Colombia en gobiernos anteriores, considera que “nuestro ejército, hace años se abastecía con municiones producidas por la Suráfrica del Apartheid, con el argumento de que le resultaba mucho más barato y seguro. El presidente Virgilio Barco dio instrucciones perentorias de suspender las compras”.

En su opinión, ante una decisión como la que anunció Petro, “se supone igualmente que el gobierno y las fuerzas militares han previsto las medidas indispensables para sustituir la venta y el mantenimiento de equipos y de material de guerra procedentes de Israel. No es acertado depender exclusivamente de un estado en ese campo”.

“También hay que tener en cuenta que el gobierno de Colombia rompe relaciones no con el pueblo o la nación israelí, sino con el gobierno actual, uno de los más cuestionados en el mundo, no solo por sus aliados incondicionales como los Estados Unidos, sino por una importante masa de la población de ese país”, aclara Londoño.

Sobre el primer ministro israelí, el experto señala que “para nadie está claro cuál será el futuro de Netanyahu y su gobierno. Incluso algunos afirman que podría ir a parar a la Corte Penal Internacional, especialmente después de los anuncios de que las fuerzas israelíes continuaran la ofensiva sobre la ciudad de Rafah, lo que se considera sería la culminación de una masacre generalizada”.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, es a quien Petro considera genocida. | Foto: Restringido

En cuanto a los ciudadanos, afirma que “es de esperarse naturalmente que la decisión del gobierno colombiano de rompimiento de relaciones no afecte la condición de nuestros compatriotas que residen en ese país y naturalmente la de los israelíes residentes en nuestro país”.

“De igual manera, la actitud de Colombia, no debe implicar que desconozca las acciones salvajes de Hamás, ni las de Irán que entre las sombras ha generado una peligrosa inestabilidad en el medio oriente, que ha arriesgado a una confrontación nuclear”, añade el excanciller.

A futuro, “seguramente cuando esa pesadilla y el actual gobierno de Israel terminen, se restablecerán unas relaciones que han sido tradicionalmente cordiales, no sin altibajos pronunciados en algunas oportunidades”, concluye.