El ministro de Justicia, Néstor Osuna explicó que la iniciativa busca aumentar la sustitución de cultivos ilícitos en Colombia, promoviendo que los campesinos dejen de cultivar hoja de coca. “Estas personas dejarían de cultivar, entonces, mientras encuentran otra actividad lícita, en otra parte, la oferta del Gobierno es que se les otorgará un subsidio económico”.
“Esas personas dejarían de cultivar. Entonces, mientras encuentran otra actividad lícita, en otra parte, la oferta del Gobierno es que les otorgará un subsidio económico por dejar que la selva recupere su frontera natural”, detalló Osuna.
Las cuentas del Gobierno, frente a este tipo de subsidios temporales es de aproximadamente 18 billones de pesos. “Se trata de sustituir la economía cocalera por una economía dentro de la ley”, advirtió el Ministro al considerar que se busca dar un “giro muy importante” a las políticas que se han implementado hasta el momento en la lucha contra los cultivos ilícitos.
Pese a la complejidad del caso y a la “considerable” suma de dinero, el jefe de la cartera de Derecho aseguró que el Estado colombiano cuenta con las capacidades para la entrega de estos subsidios. El ministro detalló que es “una política de oxígeno y asfixia. Oxígeno para esas comunidades siempre marginadas, para la naturaleza, y asfixia para el narcotráfico, para el lavado de activos, para el comercio internacional de las drogas”. Para lo anterior, buscará colaboración de otros organismos del Estado, entre estos educación, infraestructura y agricultura, con el fin de “sustituir” la “economía cocalera” de la cual dependen muchas familias campesinas.
El ministro de Justicia afirmó que en la implementación de la nueva política en contra de las drogas se buscará la colaboración de universidades, acueductos, carreteras, proyectos productivos y economías florecientes. Esto con el fin que todo el Estado esté comprometido en la puesta en marcha del proyecto que busca darle un giro a las acciones que se han adelantado en años anteriores.
“Sistema carcelario no está cumpliendo con su función”: ministro de Justicia
En el despacho del ministro de Justicia y del Derecho, Néstor Osuna, hay una camiseta colgada. Está enmarcada frente a su escritorio. En el pasado funcionó como lienzo, el lienzo de César Rueda, un recluso que, estando condenado a 36 años de cárcel, pintó su uniforme y ganó un concurso de arte el año pasado.
Es un símbolo de reconciliación, de segundas oportunidades. Con esa misma filosofía, el ministro Osuna viene tratando de implementar iniciativas que hagan más humana la situación de las personas privadas de la libertad.
No obstante, la principal de esas acciones, la que intentaba darle un giro a la política criminal colombiana, se estancó antes de siquiera arrancar sus controversias formales. El jefe de cartera insiste en la necesidad de convertir el esquema penitenciario nacional, así como la política que enfrente al crimen, en algo más humano.
¿Por qué humanizar el sistema penitenciario?
“Porque el actual no está cumpliendo su función. Nosotros tenemos un sistema penitenciario que es muy costoso. Muy costoso, quiero decir, tres billones y medio de pesos al año. Lo que vale no sirve ni para brindarle seguridad a la ciudadanía, y es muy importante que la ciudadanía sienta que, a partir de ese esfuerzo económico, vivimos tranquilos” afirmó el ministro.
“No estamos logrando que las personas que pagan una pena de cárcel tengan mucho menos riesgo de reincidir. Además, tenemos en las cárceles unas escuelas del delito, una situación de vulneración de derechos humanos, una crisis. Ya es insoportable. Por eso es necesario cambiarlo por un sistema que brinde todo lo que el actual no brinda. Lo mejor que le puede brindar un sistema penitenciario a la ciudadanía es que cuando me encuentre en la calle con una persona que estuvo en la cárcel no me dé miedo. Lo mejor es que esa persona tenga su trabajo, su familia y se reintegre plenamente a la sociedad” puntualizó Osuna.