La noche del miércoles 24 de mayo fue sacudida por una serie de sismos que mantuvieron en vilo y con temor a las poblaciones del noroccidente del país, incluyendo Antioquia, Santander y los departamentos cercanos al mar Caribe, como el Cesar.

El más intenso de ellos alcanzó los 6.6 grados de magnitud con una profundidad inferior a los 30 kilómetros, y ocurrió alrededor de las 10 de la noche.

La noticia se propagó rápidamente, y como es habitual en situaciones de emergencia, las redes sociales se convirtieron en un altavoz para los testigos de los eventos. Según el Servicio Geológico Colombiano, los movimientos telúricos del miércoles tuvieron lugar entre las 05:56 de la mañana y las 10:14 de la noche, con epicentro en Zapatoca y Los Santos (Santander), Cañasgordas (Antioquia), Valledupar (Cesar) y el mar Caribe. Hubo temblores de 4.6 y 6.6 grados a profundidades inferiores a los 30 kilómetros.

La noche del 24 de mayo se presentaron múltiples sismos en varias zonas del país.

Aunque los habitantes de la zona temían la posibilidad de un tsunami, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y la Dirección General Marítima informaron que no existía una amenaza inminente.

Es importante destacar que los términos “sismo” y “terremoto” son sinónimos y no representan categorías diferentes de movimientos telúricos, aunque popularmente se les atribuye significados distintos.

De acuerdo con los datos del Servicio Geológico Colombiano, se han registrado 350 eventos sísmicos en diferentes zonas del país durante el transcurso de 2023. Marzo ha sido el mes con mayor actividad sísmica, con 116 eventos, seguido de abril con 92, mayo con 74, febrero con 45 y enero con 23 (ver gráfico). Hasta ahora, el más fuerte fue el temblor de 6.6 grados que ocurrió el miércoles en el mar Caribe.

¿Por qué tiembla tanto?

La respuesta es más evidente de lo que parece y es explicada por el geólogo Prieto: “No es que haya habido más terremotos en los últimos meses, años o décadas en comparación con el pasado. Hace 100 años ocurrían la misma cantidad de sismos, pero no existía la rapidez de información ni datos que demuestren que ahora tiembla más que antes”.

Las redes sociales, como Twitter, Instagram y TikTok, difunden y muestran estos eventos de manera más rápida que cualquier medio de comunicación, y nuestras comunicaciones para informar sobre estos eventos también son más ágiles. “Si observamos a largo plazo, ha habido varios terremotos de magnitud 6 grados en los últimos 10 años”, agrega Prieto.

Temblor doble el 28 de mayo en Santander | Foto: Tomada de redes sociales de SGC

Colombia es un país con una actividad sísmica significativa. El Servicio Geológico explica que el país es “sísmicamente muy activo” debido a la interacción de las placas tectónicas en las costas y alrededor de las cordilleras. Esto resulta en aproximadamente 2,500 sismos al mes (casi tres por hora). Sin embargo, la mayoría de ellos no alcanzan una magnitud o intensidad relevante, por lo que muchas veces pasan desapercibidos.

Colombia se encuentra en el borde de tres placas tectónicas que son: la placa del Caribe al norte, la placa suramericana al sur y la placa de Nazca en el Pacífico. Estas placas generan numerosos terremotos, lo que nos obliga a estar preparados para este tipo de eventos, que, como cualquier fenómeno natural, son imposibles de predecir.

¿Estamos preparados para un terremoto?

Una vez aclarada la duda sobre por qué “tiembla tanto”, la pregunta más importante, que puede desempeñar un papel fundamental en la salvaguarda de vidas, es si la infraestructura en las zonas urbanas y rurales está preparada para soportar un terremoto de gran magnitud, como el que ocurrió en Turquía el pasado marzo con una magnitud de 7.8 grados.

Hay que tener en cuenta que en el país se cuenta con el código de construcción sismorresistente, que básicamente es la carta magna para la construcción en Colombia.

Pero hay que tener en cuenta que las normas actuales no garantizan que la infraestructura de las ciudades sea segura frente a terremotos. Por lo tanto, es necesario revisar las construcciones anteriores a 1984, cuando se emitieron las primeras normas de construcción, para asegurar que cumplan con las regulaciones actuales.

Muchas edificaciones en el campo no cuentan con esta normativa y sus construcciones son más vulnerables a cualquier eventualidad.

En cuanto a la infraestructura en las zonas rurales, es donde se debe prestar mayor atención debido a la falta de supervisión en las construcciones y la presencia de edificaciones informales.

John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano, quien asegura que “cada mes tenemos al menos 2.500 pequeños sismos. Nos movemos. Eso es innegable”.

Igualmente, Londoño argumenta que el choque de las tres placas tectónicas hace que se produzcan sismos de subducción, fenómenos naturales que ocurren cuando una placa se hunde por debajo de otra, que pueden ser muy dañinos. Estas placas “han apretujado a Colombia y han hecho que se formen tres cordilleras con picos muy altos”.

Londoño además manifiesta que cuando las montañas empiezan a ascender, se producen graves fracturas en la tierra y es ahí cuando nacen las fallas geológicas, lo que a su vez liberan grandes cantidades de energía acumulada y es esto, particularmente, lo que produce los terremotos.