Aunque el Gobierno nacional ha descartado un racionamiento como consecuencia de los bajos niveles de los embalses, asociado al fenómeno de El Niño, algunos gremios y expertos auguran lo contrario y recomiendan prepararse.
Así está el panorama energético en el país. Según la empresa XM a 18 de abril, las reservas hídricas están en 28,56 %, a solo 1,56 % del punto crítico establecido por la Creg de 27%.
Si bien, la esperanza del Gobierno son las lluvias en lo que resta de abril y durante el mes de mayo, las noticias no son tan halagadoras como lo ha reconocido la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, quien advirtió que “estamos enfrentando dos situaciones totalmente atípicas en los patrones climáticos. Las altas temperaturas, que no tienen precedentes en Colombia y el mundo durante todas las semanas de 2024, y el llamado de las agencias internacionales que nos dicen que no podemos confiarnos del histórico de precipitaciones, dado que su comportamiento irregular no permite pronosticar más de dos semanas en adelante”.
Enero, agregó, estuvo por debajo del promedio normal en gran parte del país, febrero muy por encima para un mes seco, pues tuvo más lluvias de las esperadas; y marzo y abril con lluvias por debajo de lo normal.
Bajo estas condiciones climáticas, Muhamad dijo que se puede retrasar la recuperación de los caudales.
No obstante, aseguró que el Fenómeno de El Niño está en proceso de debilitamiento y que se espera entrar en la fase neutral entre abril y junio con una probabilidad del 85 %.
Por su parte, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, indicó que aunque “no es inminente un racionamiento de energía en el país, esto nos obliga a tomar unas medidas de refuerzo estructural para que no lleguemos a ninguna condición crítica y logremos superar sin dificultades este periodo de fenómeno de El Niño”.
De ahí que anunciaran 15 medidas, entre las que se incluyen incentivos para el uso eficiente de la energía, así como multas para quienes excedan el consumo histórico, las cuales se aplicarían a los grandes consumidores.
Sin embargo, algunos gremios del sector energético como Asoenergía, (Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales), han expresado su preocupación y pronostican un racionamiento inminente, mientras califican de tardías las medidas del Gobierno nacional.
“En semanas y meses anteriores se fueron bajando las reservas de los embalses esperando que en abril lloviera. Sin embargo los aportes hidrológicos son mucho menores que los esperados y el agua embalsada sigue reduciéndose. Estamos en una situación crítica, sin flexibilidad y expuestos a costos altos”, aseguró Sandra Fonseca, directora de este gremio.
Impactos de un racionamiento
Andrea Devis Morales, oceanógrafa y profesora de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, explicó que el problema de los embalses lo vienen resolviendo las termoeléctricas, pero de seguir bajando no va a ser suficiente y “podría haber unos apagones en el país”.
De ahí, insistió, en que sea urgente cuidar el agua para el consumo, apagar las luces que no se usan, pues cada kilovatio hora que se desperdicie, son gotas de agua que se pierden en los embalses.
Asimismo, recomendó implementar el teletrabajo porque en las oficinas se consume mucho más energía. No lavar carros, andenes, ni fachadas. Utilizar menos la lavadora y reutilizar el agua de la misma, que son alrededor de unos 100 litros que se pueden almacenar para descargar baños y lavar los patios.
Otra medida son las multas a los hogares por el exceso en el consumo, aunque advirtió que esta se tomó muy tarde, pues los cobros solo llegarían hasta el próximo mes, razón por la cual, la gente no está atendiendo el racionamiento y, por el contrario, ha habido un aumento de la demanda.
Devis insistió en que “estamos ante la peor crisis de agua en los últimos 40 años en Colombia y, por eso, todos: hogares, industria y comercio, debemos buscar estrategias para reducir al máximo el consumo de agua y energía”.
Sostuvo que los impactos de un eventual racionamiento en todo el país se sentirán desde todos los puntos de vista. “Ya empezamos a tener problemas de salud, como enfermedades gastrointestinales y virus porque la calidad de agua no es siempre la mejor”. “Además, el agua que guardan para el consumo, cuando la van a utilizar, ya no es potable, entonces puede haber problemas por eso”.
Entre tanto, Andrés García-Suaza investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, anotó que la energía y el agua son servicios esenciales que cambian completamente la dinámica de hogares y negocios. “Un racionamiento tiene afectaciones desde lo logístico en actividades del día a día y en las productivas. La energía es un insumo esencial en todas las actividades económicas. Este racionamiento obligaría a cambiar planes de producción”.
De igual forma, Jaime Ahcar, director del Programa de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, coincidió con los docentes en que “si al racionamiento de agua se le añade un racionamiento de energía, los problemas pueden agravarse, ya que ciertos alimentos necesitan mantener su cadena de frío estable para conservarse aptos para el consumo y evitar así problemas gastrointestinales. Adicionalmente, la ausencia de electricidad puede reducir la productividad del trabajo y la viabilidad de la prestación de múltiples servicios personales que requieren acceso a computadores y a Internet para funcionar adecuadamente”.
Añadió que los racionamientos en el suministro de agua y energía pueden llevar incluso a la no apertura de los locales en dichas horas con la consecuente pérdida de producción, ingresos y, en algunos casos, de empleos.
Instrucciones ante un racionamiento
De otro lado, Camilo Prieto, profesor de cambio climático de la Universidad Javeriana de Bogotá, enfatizó que ya se debería estar dándole instrucciones a las personas sobre cuáles serían las posibilidades en el caso de un racionamiento. “O sea que el país debería prepararse para eso porque esto puede ocurrir en cualquier momento”.
Lo ideal es que cada una de las personas del hogar cuente con su propia linterna con baterías adicionales.
Verificar la integridad de los sistemas de refrigeración. Por ejemplo, que las neveras tengan un mantenimiento adecuado, evitar el escape del aire y aperturas innecesarias, sobre todo el momento en que hay cortes de energía, esto es fundamental.
Otro tema clave es que las personas que manejan medicamentos por horarios, deben tenerlos cerca, y poner alarmas en los teléfonos.
Un asunto muy relevante, sobre todo cuando hay cortes de energía, es asegurarse que los celulares tengan buenas baterías por el tema de comunicación con las familias.
Desconectar los electrodomésticos durante las horas de suspensión del servicio, para evitar que se dañen cuando vuelva la energía.
Mantener muchos enlatados y los vehículos con combustible, pues muchos negocios cierran durante los horarios de corte. Y obviamente, agua almacenada. No está de más tener neveras portátiles con hielo seco para conservar en buen estado los alimentos, cuando la nevera no esté funcionando.
Y finalmente, tratar de ajustar la rutina diaria a esos cortes para aprovechar al máximo la luz del sol.