Por Luz Stella Cardona Ruiz / El País
Desde 1992 cuando se vivió el apagón, el país se ha venido preparando para conjurar una nueva crisis por los fenómenos de El Niño, rediseñando el mercado eléctrico. Durante estos 30 años ha demostrado que ha funcionado.
Sin embargo, ahora se enfrenta a un evento muy agresivo, con altas temperaturas, que además se extenderá hasta el primer trimestre del 2024, coincidiendo con la primera temporada seca del año, lo que hará más extrema la situación de sequía, lo que podría generar una crisis en el sector energético.
Y agregó: “Hoy tenemos reservas de 12.700 GWh y nos gastamos al día 230 GW, de los cuales aproximadamente 150 GW son con agua, mientras en aportes estamos recibiendo menos de 100 GW al día. Con esas cuentas, y con un supuesto de usar solamente agua para generar, tendríamos 3 meses largos de reservas. Por esto, es que es crucial el uso óptimo de los embalses y el respaldo térmico”, subrayó.
Entre tanto, en épocas normales, en promedio la generación térmica es de unos 40 GW al día, pero hoy está en más del doble, llegando a representar casi el 40% del total de la energía que consumen los colombianos, lo que podría llevar a un aumento en las tarifas.
No obstante, Gutiérrez aclaró que la energía que se negocia en bolsa es menos del 20% del total de la energía que compran y el restante 80% depende del precio de los contratos, los cuales son estables y solo se incrementan lo que suba la inflación al año.
“La volatilidad del precio de bolsa no se transfiere automáticamente en que todos los colombianos vayamos a pagar a 1.000 pesos el kWh”, enfatizó.
Aseguró que Colombia debería tener energía suficiente para superar este fenómeno de El Niño, pero para ello “se debe dejar funcionar los mecanismos diseñados en este mercado para que guardemos agua y se prendan las térmicas, porque cualquier señal equivocada de intervención puede comprometer la prestación del servicio”.
El Niño irá hasta mayo de 2024
El Ideam confirmó esta semana que existe una probabilidad de 75% a 85% de un fenómeno de El Niño fuerte que se espera se extienda hasta mayo de 2024. Giovanni Jiménez, subdirector de Meteorología, dijo que “las anomalías que se prevén en las temperaturas del océano Pacífico no están arrojando datos tan extremos como los de 2015. Es decir, va a ser un fenómeno fuerte, pero no tan fuerte como el de ese año”.
El funcionario señaló que no podría decir si el nivel de los embalses está en riesgo o no, “lo que sí puedo decir es que hemos visto un incremento muy fuerte en las temperaturas, tanto en las mínimas como máximas. Inclusive, en algunos puntos hemos estado por encima de los 3 o 4 grados Celsius. Lo que esperamos es que en los próximos meses se presente un decrecimiento en las precipitaciones de entre el 40% y el 50%, que es la mitad de lo que normalmente cae, aunque esto no aplica para todos los sectores del territorio”.
Expresó que el fenómeno de El Niño tendrá su fase más crítica en el primer trimestre de 2024 que coincide con la primera temporada seca del año -diciembre a marzo-, donde cuidar el recurso hídrico va a ser muy importante. “La CVC a través de la operación de Salvajina lo que hace es tener agua almacenada para ese primer trimestre y la prioridad es el consumo humano”, confirmó Ramírez.
Actualmente el embalse se encuentra en el 43% de su volumen de almacenamiento, para que pueda asumir todas las lluvias de esta segunda temporada del año que es la más fuerte. Frente a una posible crisis del sector energético, Ramírez afirmó que es muy apresurado pronosticar algo así porque todavía hay capacidad de almacenamiento en los embalses, se esperan nuevas lluvias y el país cuenta con otras alternativas de generación como son las termoeléctricas, parques solares y eólicos. “Sin embargo, se pueden poner crítica las cosas, ojalá no lleguemos a un apagón”.
Por su parte, Ricardo Moreno, profesor de la Facultad de Ingeniería, Diseño y Ciencias Aplicadas de la Universidad Icesi, sostuvo que en los últimos 30 años, el sector eléctrico ha demostrado confiabilidad y resiliencia para soportar diferentes fenómenos de El Niño como, por ejemplo, el de 2015. No obstante, debido al cambio climático, los fenómenos de El Niño son ahora más intensos, duran más tiempo y tienen picos de temperaturas más altos, que los hace impredecibles.
“Esa es la situación a la que se enfrenta el sector eléctrico y el sector de suministro de energía eléctrica en Colombia y, dados los atrasos en varias obras de infraestructura claves en el país, en cuanto a generación y transporte, esta vez el riesgo de desabastecimiento es más alto que en otras oportunidades”, explicó el docente.
Así las cosas, no descarta que el sistema se ‘estrese’ si el fenómeno de El Niño dura más tiempo.
El Valle, ¿cubierto?
La empresa Celsia viene haciendo gestión de los embalses (Salvajina, Prado y Calima), para aumentar el nivel de sus reservas hídricas y garantizar la entrega de energía al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
También informó que los clientes del Valle del Cauca y Tolima, no tendrán mayores ajustes en la tarifa porque la compañía compró con anticipación la mayor parte de la energía que les va a suministrar, con contratos estables a largo plazo, por fuera del mecanismo de bolsa.
Ente tanto, XM, empresa operadora del Sistema Interconectado (SIN), a través de su página, informó que en septiembre el nivel agregado de los embalses del sistema se ubicó en 73,68% del volumen útil, 7.08 puntos por debajo del nivel reportado al cierre de agosto de 2023 (80.76%), 15.91 puntos por encima del nivel reportado para septiembre de 2015 (64.85%), año en que se presentó el último fenómeno El Niño que afectó el SIN, y muy cerca del valor promedio de los últimos 20 años.
Además, los aportes del mes de septiembre se ubicaron en 55,72% de la media histórica, en razón al fenómeno de El Niño que se presenta en el país. De igual forma, el pasado viernes, en su cuenta X indicó que la capacidad de los embalses estaba en 71,8%, menos 0,2% respecto al día anterior (72%), mientras los aportes diarios se ubicaron en 44%, y la generación de energía térmica en un 95,3 GWh.
“Esa probabilidad de que sea una sequía fuerte significa que tenemos que alistarnos. Fuerte significa una ausencia de aguas más o menos entre diciembre y el mes de mayo, lo cual es anómalo, dadas las circunstancias del clima en Colombia”, explicó.