Por Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes de El País
El Valle del Cauca es la tierra de los ‘elefantes blancos’. Un estudio de la Contraloría General de la República dice que en total hay 78 ‘ejemplares’, es decir, obras que se iniciaron pero que jamás se terminaron, y en cuyas patas o cimientos se pisotearon 2.7 billones de pesos provenientes de los impuestos de los ciudadanos.
Además, hay 87 proyectos críticos, lo que quiere decir que están a punto de convertirse en nuevos ‘elefantes blancos’, por 180 mil millones más.
— En total en el Valle del Cauca identificamos 165 proyectos entre ‘elefantes blancos’ y proyectos críticos, que suman 2.9 billones de pesos – dice Alexandra Rodríguez Vela, contralora delegada para la participación ciudadana y ‘cazadora’ de elefantes blancos en Colombia.
El Distrito con mayor número de ‘elefantes blancos’ en el Valle del Cauca es Buenaventura, con 65 ‘ejemplares’. Le siguen Cali, con 30, y Jamundí, con 14, aunque casi todo el departamento está plagado de la ‘especie’. Parece invasora.
La mayoría de los ‘elefantes blancos’ en el Valle del Cauca caminan en el sector de la educación, en donde la ‘manada’ llega a los 53 ejemplares, lo que tal vez explique por qué el departamento registra en el Icfes valores por debajo del promedio nacional.
Otros 40 ‘elefantes blancos’ se alimentan del sector del transporte y 24 reposan en el sector de la vivienda. Hay 18 ‘elefantes blancos’ en agua potable y ocho más en deporte y recreación. Son los sectores con más recursos pisoteados, aunque también hay ‘elefantes blancos’ en el sector de la cultura (4), salud (5) y hasta en la agricultura (1).
— Las cifras de recursos comprometidos en ‘elefantes blancos’ y proyectos críticos en el Valle del Cauca son alarmantes – continúa Alexandra Rodríguez Vela, la contralora delegada para la participación ciudadana.
El puente de Juanchito entre Cali y Candelaria, obra de la Gobernación del Valle, es considerado por la Contraloría como un proyecto crítico. Para evitar que se convierta en otro ‘elefante blanco’, el ente de control acompaña los avances de las obras que, por lo manifestado por el contratista, tal vez no se alcancen a entregar a finales de este 2023, como se había manifestado. Las promesas de entregar el puente se repiten año tras año, a veces cada seis meses.
El puente ha sido noticia esta semana, tras las declaraciones de la gobernadora Clara Luz Roldán sobre el congresista Duvalier Sánchez. Clara Luz dijo que Duvalier “anda haciendo su circo en el puente”, después de que el Representante a la Cámara reclamara por la no terminación de la obra.
— La gobernadora está tomando esto como un tema personal. No es así. Lo que estoy haciendo es un control político, que es mi deber constitucional, para que una obra, que es un puente, lo que la ingeniería resolvió hace decenas de años, por fin se entregue. El puente de Juanchito ya va a cumplir 9 años. Empezó en 27 mil millones de pesos y ya va en más de 47 mil millones, y le iban a adicionar 10 mil más. Es decir: las adiciones superarían el 50% del valor inicial, lo que es ilegal – dice Duvalier.
Y agrega:
— El puente de Juanchito ha tenido más de 29 otros sí. Le han dado más de 29 oportunidades al contratista para que termine la obra. Tal número de oportunidades no se la dan a ningún empleado o empresa. También ha tenido un sin número de prórrogas, dos interventorías, dos contratistas, primero Amézquita Naranjo, ahora Puentes del Valle. A los contratistas no se les ha exigido por la demora de los trabajos, lo que afecta a más de 50 mil conductores. En el Valle del Cauca a los contratistas de la gobernación no les pasa nada. Parecieran que fueran amigos los unos con los otros. En el departamento ha habido un poder que ha controlado no solo la Gobernación, sino varias alcaldías. Y muchos ‘elefantes blancos’ tienen que ver con quien ha liderado la política electoral: Dilian Francisca Toro.
La exgobernadora y de nuevo candidata a la gobernación, le respondió:
— El puente de Juanchito no es un ‘elefante blanco’. Los ‘elefantes blancos’ son los que fueron abandonados por el gobernante y en ningún momento se ha abandonado el puente. Es una obra que viene desde 2015. Y desde mi gobierno, le di orden financiero, jurídico y ajustes en los diseños. No me quedé criticando. Ahora, Duvalier Sánchez dice que los ‘elefantes blancos’ en el Valle se deben a mi gestión, pero hay que aclarar que no son de la gobernación del Valle. Son obras ejecutadas por otras entidades, como la obra Mulaló – Loboguerero, que es de la Nación, o las obras de las alcaldías. Cada alcalde debe responder por sus actos y las obras que no ejecuta. La única obra crítica de la Gobernación es el puente de Juanchito – dijo Dilian.
Mientras los políticos declaran, lo que los ciudadanos esperan es que se entregue el puente.
Muy cerca, en Yumbo, hay otro ‘elefante blanco’ cazado por la Contraloría. Está ubicado en la Comuna 4. Se trata de un supuesto Centro de Desarrollo Infantil, CDI, que tendría capacidad para 120 niños. Hoy es un edificio de ladrillo en el que se perdieron 1886 millones de pesos que es utilizado como tiro al blanco. Sus ventanas están rotas a causa de disparos.
Carlos Bravo, director regional del ICBF, explica que se trata de una construcción de la Alcaldía de Yumbo, “que alguna vez quisieron proponer como CDI, pero que no cumple con los requisitos. Además, la construcción la hicieron sin solicitar asistencia técnica del ICBF”.
La obra fue planteada durante la alcaldía de Fernando David Murgueitio, hace 8 años.
— Es cierto: yo la contraté, le aseguré los recursos, en un plan con el ICBF para construir dos CDI. Uno se terminó en el barrio La Estancia. El de la Comuna 4 debía terminarlo el alcalde siguiente, Carlos Alberto Bejarano. Pero él tomó la decisión de no hacerlo. Es un tema de mezquindad política porque yo era oposición — asegura Murgueitio.
El teléfono del exalcalde Bejarano permanece en buzón. El actual alcalde de Yumbo, Jhon Jairo Santamaría, asegura que su administración busca colocar el edificio al servicio de la comunidad. Lo que se pretende es terminar la obra para crear un espacio multipropósito donde tengan oficinas las secretarías de la Alcaldía y un centro de atención de la violencia contra la mujer con apoyo de la Fiscalía.
— Lo que le falta a ese edificio es una conexión de alcantarillado, encerramiento y recuperar ventanas, pintura. El cálculo es de una inversión de 400 millones de pesos para ponerlo en funcionamiento. Es mi interés como alcalde. Lo mismo me pasó con la Carrera 32. Estuvo cerrada hasta hace una semana que la abrimos. Llevaba seis años de iniciada la obra. O el centro de salud de la Comuna 1, que arrancó también en la alcaldía de Fernando David Murgueitio y no se puso al servicio de la comunidad porque no se hizo el trámite para que fuera aprobado por la Secretaría departamental de Salud. Estaba en ruina. Lo adecuamos y lo dejamos como gimnasio para personas con discapacidad y puesto de atenciones primarias – dice Santamaría.
En Cali son 30 los elefantes blancos y las obras inconclusas detectadas por la Contraloría. La mayoría corresponden a los colegios públicos. José Darwin Lenis, el Secretario de Educación, asegura que todo comenzó en 2015, cuando la ciudad suscribió un convenio con el Ministerio de Educación para construir 320 aulas, mejorar 73, y 50 más especializadas, es decir laboratorios. El monto del proyecto es de 156 mil millones de pesos. Cali aportó el 30%, 50 mil millones. El resto se destinó a través del Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa, FFIE.
— Ha sido un dolor de cabeza, porque varias obras comenzaron y no se terminaron, tuvieron distritos contratistas, algunas deben demolerse. Por lo menos 15 mil pelados se han afectado. Por fortuna hemos hablado con la directora del Fondo, la doctora Adriana González, y ella ha estado dispuesta a retomar estas obras y evitar que sean ‘elefantes blancos’. Algunas de las que hacen parte del listado de la Contraloría ya se entregaron, y otras esperamos entregarlas en este 2023 – comenta Lenis.
Las obras de la Institución Educativa Alberto Carvajal Borrero, sede principal, ya fueron entregadas; lo mismo ocurre con la sede Rafael Pombo del colegio Alfonso López Pumarejo.
Los trabajos en los colegios Cristóbal Colón, Evaristo García, Manuel María Mallarino, Normal Superior Santiago de Cali, Rodrigo Lloreda Caicedo, Santa Fe (sede Croydon), Villa del Sur y Agustín Nieto Caballero, están en ejecución.
En cambio, las obras del colegio El Diamante no han iniciado. Están en trámite de licencia. Las obras de la sede Anzoátegui del colegio Eustaquio Palacios, entre el barrio El Lido y el sector de La Nave, en Siloé, están suspendidas. Lo que ya se construyó, debe demolerse porque presenta fallas estructurales, lo que representa la pérdida de una fortuna.
Entre los elefantes blancos de Cali que menciona la Controlaría llama la atención una obra prioritaria: la construcción y el reforzamiento de 2.4 km, tramo II, entre Brisas de Nuevo Amanecer y el Parque Línea CVC, del jarillón del río Cauca.
El actual gerente del Plan Jarillón, Steven Rozen, y el Fondo de Adaptación (la entidad que contrató las obras) aclararon que aquel tramo ya fue entregado.
— La única obra que se está ejecutando del jarillón del río Cauca es el tramo VI, de 2.4 km, entre Floralia, Comfenalco y Río Cali, zona norte. Se entrega en diciembre. Al jarillón le falta terminar esos 2.5 km, otros 400 metros lineales en Playa Renaciente, al lado del puente de Juanchito, donde está el consejo comunitario de Playa Renaciente, y donde no se ha podido avanzar en el reforzamiento porque depende de una consulta previa. Faltaría también unos metros donde está la carrilera del tren, que se debe trabajar con la Gobernación porque la carrilera no se puede retirar para hacer reforzamiento (cuando salga el proyecto del Tren de Cercanías se reforzará ese punto) y falta un pedazo donde está la escombrera, que hasta que no se elimine no se puede reforzar el jarillón en ese lugar – dice Rozen.
Los ‘elefantes blancos’ hallados en Jamundí fueron denunciados ante la Contraloría por su actual alcalde, Andrés Felipe Ramírez.
— Eran obras que no tenían avance ni en su ejecución y mucho menos en las investigaciones para recuperar los recursos. Lo más difícil para nuestro gobierno fue resolver los líos y enredos que dejaron los anteriores alcaldes por falta de rigor y planeación de los proyectos de infraestructura. Cada uno de esos proyectos fueron denunciados ante la Contraloría y estamos exigiendo las pólizas de cumplimiento.
Lo que se identificó en los ‘elefantes blancos’ de Jamundí es que las obras se contrataron sin tener estudios y diseños, gestión predial, permisos ambientales. La mayoría, además, fueron contratadas con el mecanismo de contratación directa o mediante concursos abiertos en los que solo había un proponente.
Uno de los ‘elefantes blancos’ en Jamundí, por ejemplo, es un proyecto que se titula ‘Aunar esfuerzos técnicos y financieros para la ejecución de las obras necesarias para la construcción, modificación y mejoramiento de las redes de acueducto y alcantarillado en la zona rural’. Era un convenio del año 2009, con recursos del Plan Carrasquilla, que fue caducado diez años después con la mayoría de las obras inconclusas. El contrato fue liquidado de manera unilateral por la actual Alcaldía, que espera la devolución de los recursos no ejecutados por el contratista ($9020 millones).
Lo mismo ocurre con la construcción de obras de infraestructura para la educación de comedores escolares en las instituciones educativas oficiales Central de Bachillerato Integrado, Alfonso López Pumarejo, San Antonio y General Santander. Las obras se contrataron en 2019, sin estudios y diseños y sin gestión predial. Fueron reportadas a la Contraloría en 2020 y se aplicaron las pólizas al contratista.
En Jamundí también se financiaron proyectos para construir pavimentos flexibles, reconstrucción de aulas, que jamás se hicieron y cuyas pólizas están siendo exigidas.
Es lo que se espera suceda en Buenaventura, donde son 65 los elefantes blancos y los proyectos críticos. El más famoso es el Acuaparque, en donde se ahogaron 3.842 millones. El sitio llegó a convertirse en un basurero.
La Alcaldía pagó en su momento casi la totalidad de la obra, cuando el avance físico era mínimo y los plazos del contrato se vencieron. Lo mismo ocurrió con otros elefantes blancos de Buenaventura como la construcción de centros ‘multimodales’, losas para vías peatonales, sistemas de agua potable, plazas deportivas, ‘hogares grupales’, el pavimento de calles y la construcción de anillos viales.
Los elefantes blancos de Buenaventura suman casi 150 mil millones. En Ginebra, todavía se está a la espera de terminar el Gran Parque de la Música Colombiana, Festival Mono Núñez, y el auditorio al aire libre, otro ‘elefante blanco’ en donde bailaron 3141 millones de pesos. Y la lista de ‘ejemplares’ se extiende e en casi todo el departamento.
— La vía Mulaló – Loboguerrero ha sido otro problema. Incluso tiene una advertencia emitida en su momento por el contralor Carlos Hernán Rodríguez y le estamos haciendo seguimiento. La Contraloría va a iniciar una estrategia muy persistente en el Valle del Cauca para ir por estas obras inconclusas y trabajar de la mano de las administraciones, recordándoles que tienen la obligación de tomar decisiones. No podemos permitir que las obras pasen de agache entre administración y administración. Tienen que terminarse. Son obras que al principio eran la esperanza de las comunidades ante una necesidad y hoy son frustración. Vamos a recuperar la confianza ciudadana - anuncia Alexandra Rodríguez Vela, contralora delegada para la participación ciudadana y ‘cazadora’ de ‘elefantes blancos’.
Así es la ‘cacería’ contra los elefantes blancos
La cacería de los ‘elefantes blancos’ en Colombia comenzó en 2018. En ese entonces, explica Alexandra Rodríguez Vela, contralora delegada para la participación ciudadana, la Contraloría General de la República, ante las decenas de obras abandonadas en el país, decide iniciar lo que en un principio fue un registro nacional de esas obras, o las que aunque no estaban abandonadas, no se habían terminado durante años pese a las prórrogas otorgadas. Los llaman ‘proyectos críticos’, que por lo regular terminan convirtiéndose en ‘elefantes blancos’.
Una vez la Contraloría realiza ese diagnóstico, crea la estrategia Compromiso Colombia. Es un mecanismo para desentrabar la ejecución de proyectos a nivel nacional, regional y local, con el fin de que la ciudadanía se beneficie oportunamente de la ejecución de obras de infraestructura.
“Esta estrategia se desarrolla de la mano de la ciudadanía y consiste en abrir espacios de diálogo con todos los actores que intervienen en la ejecución de un proyecto, llegando a acuerdos para sacar adelante las obras”, explica Alexandra.
Posteriormente, en el año 2020, el Congreso de la República promulgó la ley 2020, o Ley de Obras Inconclusas, que obliga a las entidades ejecutoras de los proyectos y a las entidades de administración en los municipios y los departamentos a reportar en el registro todas las obras en estado inconcluso.
El artículo quinto de dicha ley establece e insta a las entidades públicas a tomar decisiones con respecto a las obras sin terminar. Solo hay dos alternativas: o se terminan, o se demuelen.
“Ahí es donde impacta esta nueva estrategia Compromiso Colombia de la Contraloría que busca fortalecer el diagnóstico que ya tenemos, y establecer planes de trabajo de intervención con la ciudadanía para evitar que las obras sean ‘elefantes blancos’”, continúa Alexandra.
Es decir, una vez se identifique una obra inconclusa o un ‘elefante blanco’, la Contraloría cita a una gran mesa en la que se vinculan a las entidades involucradas en el proyecto sin terminar, bien sea ministerios, alcaldías, gobernaciones, etc, mientras que la Contraloría y las veedurías ciudadanas tienen el papel de garantes de que se cumplan los compromisos adquiridos. También se invita a los medios de comunicación.
“Todo esto genera presión. Lo que buscamos desde la Contraloría es insistir en la importancia de que se terminen las obras. Hay muchas administraciones que, viendo aún la mole de cemento, el monumento a la corrupción, no hacen nada frente a ello y empiezan a hacer nuevos proyectos que con seguridad también van a dejar abandonados”, comenta la Contralora delegada para la participación ciudadana.
En su cacería de ‘elefantes blancos’, obras inconclusas y proyectos críticos en todo el país, la Contraloría General de la República ha logrado identificar 1.753 obras por un valor total de $15.2 billones de pesos.
De estos proyectos, 1.054 se encuentran categorizados como ‘elefantes blancos’ u obras inconclusas, por un valor de $7.02 billones, y hay 699 proyectos catalogados como proyectos críticos, por $8.2 billones de pesos.
Denunciar un elefante blanco es sencillo. Basta llamar desde un celular al número 199 de la Contraloría.