La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ha impuesto una millonaria sanción a cuatro reconocidas empresas del sector lácteo: Gloria, Lactalis, Hacienda San Mateo y Sabanalac, tras confirmar que añadieron lactosuero a la leche entera, engañando a los consumidores y afectando la competencia en el mercado.
La investigación reveló que estas empresas comercializaron su producto con aditivos prohibidos, logrando con ello una mayor rentabilidad en detrimento de los competidores que cumplieron con la normativa vigente. En algunos casos, el producto fue vendido al mismo precio que la leche pura, maximizando su margen de ganancia, mientras que en otros se ofreció a un valor más bajo, impactando negativamente a la competencia leal del sector.
El ente regulador destacó que los consumidores no tienen las herramientas para detectar la presencia de lactosuero, lo que afecta su capacidad de elección y vulnera su derecho a adquirir un producto de calidad certificada. Ante esta situación, la SIC emitió una sanción superior a los $21.000 millones, reafirmando su compromiso con la protección de los derechos del consumidor.
Además de la multa, la SIC también sancionó a Gloria, Lactalis y Hacienda San Mateo por haber obtenido una ventaja competitiva injusta mediante la transgresión de la norma que prohíbe la adición de lactosuero en cualquier fase del proceso productivo. Esto, según la entidad, constituye una clara violación de la regulación que rige el mercado lácteo en Colombia.
Las sanciones se fundamentaron en pruebas realizadas en conjunto con el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), que analizaron muestras de diferentes marcas comercializadas por las empresas infractoras. Se detectaron niveles elevados de Caseinomacropéptido (CMP), un indicador clave en la identificación de lactosuero en la leche. Entre las marcas evaluadas se encuentran Medalla de Oro, Máxima, Algarra, De la Cuesta, Alkosto Hiperahorro, Parmalat, Latti y Pomar.
El impacto de esta sanción podría ser significativo para el sector, generando un precedente sobre la importancia de cumplir con las normativas de calidad en los productos de consumo masivo. Asimismo, refuerza la necesidad de fortalecer la vigilancia en la industria láctea para evitar prácticas que perjudiquen a los consumidores y distorsionen la competencia.
Las empresas sancionadas aún tienen la posibilidad de apelar la decisión, pero la Superintendencia ha dejado claro que mantendrá una postura firme en la defensa de los derechos de los consumidores y la transparencia en el mercado.