Este miércoles 20 de septiembre, en Yopal, Casanare, se lleva a cabo el tercer día de la Audiencia de Reconocimiento de Verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz, donde antiguos miembros del Ejército, un exfuncionario del extinto DAS y dos civiles reconocen su responsabilidad por más de 200 crímenes de lesa humanidad como los llamados falsos positivos en esta región del país.
El martes, el general (r) Henry Torres Escalante, exintegrante de la Brigada XVI, ante los familiares de las víctimas, reconoció su responsabilidad en 196 casos de falsos positivos en calidad de autor mediato. Este es el primer militar del Ejército de ese rango en reconocer su participación por acción y no por omisión.
Para este tercer y último día de audiencia, seis militares retirados, que eran parte del Batallón de Infantería No. 44 ‘Ramón Nonato Pérez’, conocido también como Birno, hicieron el respectivo reconocimiento de su participación en estos casos. De igual forma, víctimas, familiares y representantes de la Procuraduría harán intervenciones.
Cabe recordar que la audiencia es presidida por los magistrados Óscar Parra Vera y Catalina Díaz, integrantes de la Sala de Reconocimiento de la JEP y correlatores en el Caso03, subcaso Casanare.
La audiencia inició con la intervención de dos familiares de víctimas de falsos positivos, una esposa y un hijo, quienes expresaron su sentir al estar frente a los que fueron los verdugos de sus familiares en un acto de injusticia.
“Aquí estamos y no nos van a callar”, declaró Carolina Castro, la esposa de William Salamanca Cruz. Con fuerza, la señora Castro hizo hincapié en la falta de humanidad de los comparecientes, a quienes acusó de no mostrar piedad hacia las víctimas. “¿De qué están hechos?”, les cuestionó.
En su intervención, Carolina Castro habló en nombre de varios familiares de otras víctimas, incluyendo a la señora Nancy Sierra, quien ansía conocer una verdad completa y útil, no medias verdades. “Esta es la última oportunidad que ustedes tienen”, advirtió a los comparecientes.
“¿A qué juegan ustedes, señores victimarios, a seguirnos revictimizando? ¿Para eso están ahí? ¿O a qué se acogieron a una justicia restaurativa? ¿A seguir jugando con nuestro dolor? (...) ¡Esto parece una película de terror!”, exclamó Carolina Castro.
Carolina Castro instó a la magistratura a tomar “medidas cautelares urgentes” con respecto al cementerio de Maní, Casanare, debido al “el número de personas no identificadas que tiene este caso y el riesgo que corren estos cuerpos. Se lo suplicamos”, solicitó.
“Qué duro y qué triste saber que hasta los últimos segundos de respiro de vida de mi esposo dependieron de usted”, expresó Carolina antes de concluir su discurso, enfatizando su esperanza de que los comparecientes dejen de encubrir y mentir sobre los detalles de los acontecimientos.
Esteban Araque, el hijo de Hugo Édgar Araque, experimentó la pérdida de su padre en la infancia y tuvo que crecer consolando a su madre Derly. A pesar de la ausencia de su padre, Esteban se ha convertido en un joven sensible, talentoso y un incansable buscador de justicia.
“Ustedes fomentaron el miedo en mi territorio”, declaró Esteban al inicio de su intervención. “Me acuerdo cuando ingresaban aquellas fuerzas militares que juraron cuidarnos (…) y nos obligaban a salir de nuestras casas en medio de preguntas como: ‘¿Ustedes son guerrilleros?’”.
El magistrado Óscar Parra enfatizó la importancia de empatizar con los demás y reflexionar sobre el caso de Hugo Édgar Araque, destacándolo como un ejemplo de lo que se ha conocido como “la guerra contra el campesinado”.
El momento de dar la cara a las víctimas fue para el capitán (r) César Augusto Cómbita Esvala, quien fue el antiguo jefe de inteligencia del Birno 44 y tuvo una participación esencial al fenómeno macrocriminal en el Casanare. “Acojo los sentimientos de todas las víctimas de estos asesinatos”, expresó.
Cómbita detalló cómo, a pesar de no haber recibido capacitación formal en labores de Policía judicial, comenzó a observar con minuciosidad el proceder de los agentes del CTI. Más tarde, utilizó este conocimiento para “perfeccionar las escenas donde se iban a presentar los asesinatos”.
El compareciente Cómbita proporcionó un relato sobre el contexto en el que se enteró por primera vez de estas prácticas durante su traslado de Antioquia a Casanare. Él señaló que eran “hijos de campesinos matando campesinos”.
“Nunca debí repetir estas conductas delictivas que desarrollé en Antioquia. La verdad esa no fue la formación que recibí. Defraudé en el camino a muchas personas, a muchas familias. (...) Había otros caminos y opté por el camino del dolor. Pido perdón por ello”, expresó Cómbita.
Cómbita admitió que, en relación con los asesinatos que llevó a cabo, “todo fue con pleno conocimiento y aprobación del comandante de la Brigada XVI. Para la época, el coronel William Torres Escalante”. Además, indicó que le entregó personalmente un arma corta para su uso en uno de los asesinatos.
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