El 14 de julio se presentó un feminicidio en el municipio de Santa Rosa en el sur de Bolívar. La víctima fue identificada como Sandy Téllez. SEMANA entrevistó a familiares de la víctima, quienes relataron lo sucedido ese día.
El hecho comenzó cuando Sandy estaba en el taller de motos (negocio familiar) ubicado en el primer piso de la casa en la que vivían. Jhon Fredy Angarita, pareja de la víctima y con quien tuvo dos hijos, de dos y siete años, estaría disfrutando de algunos días de permiso que le otorgaron en una mina de oro en la que trabajaba y ese día llegó a su hogar en estado de embriaguez.
Los relatos describen que Sandy estaba mirando unos diseños de puertas, cuando vio llegar a su esposo ofuscado. La primera señal fue un golpe en la pared. Luego, empezó a pedirle que subiera del taller al apartamento. Al ella no prestarle atención, él mismo baja y la toma de su cabello, la hala y le propina un golpe con su mano en la cabeza.
Al llevarla a la vivienda, “la encierra en el dormitorio de ellos y le propina un disparo en la cabeza. Aparte de eso, la maltrata vilmente por todos los lados, le pega, al parecer con el cacho del revolver y todo ocurrió frente al hijo mayor de ellos, que tiene siete años”, relató a SEMANA Jenny Astrid Bayona Tuesta, hermana de la víctima.
Las personas que estaban ofreciendo los diseños de las puertas entraron en alerta al escuchar los gritos y el disparo. Fueron ellos quienes llamaron a la Policía. Los uniformados que estaban más cerca al lugar llegaron a atender la emergencia y, al parecer, alcanzaron a evidenciar los golpes que le estaba propinando el hombre a la mujer con la que se casó el 9 de diciembre de 2010. El hombre fue capturado en flagrancia mientras la familia de la víctima llegaba.
La mujer fue inmediatamente llevada a un centro médico de donde la trasladaron a un hospital de Aguachica, Cesar, por la gravedad de sus heridas. El estado de salud de Sandy empeoró, requirió un coma inducido y, por esa razón, fue trasladada a un hospital de Valledupar. Allí, a las cuatro y media de la mañana, falleció.
La familia asegura que no era la primera vez que la golpeaba, “¿Qué pasó?, celos no creo, porque Sandy siempre fue una persona fiel y trabajadora, en la relación de 12 años de matrimonio nunca dio motivo para esa tragedia. Sus hijos hoy se encuentran huérfanos, su madre en un cementerio y su padre en una cárcel de Girón (Santander). Se sabía de las infidelidades de él, pero no se sabía que él la golpeaba tanto y al aparecer eso venía ocurriendo desde hace mucho tiempo”, dijo Jenny Astrid, hermana de la víctima.
Además, agregó que Sandy, graduada como técnica en criminalística, vivía enamorada del hombre que le juró amor eterno frente al altar. “A pesar de ser ella estudiada, puedo más el amor que el profesionalismo. Prefirió irse detrás de él, pese a que él no se había esforzado por capacitarse para que crecieran juntos. Ella hacia todo lo que él le dijera, que trabajara en la mina o como cocinera, no la dejaba ejercer, y ella estaba dispuesta a estar dónde él estuviera”.
Una de sus primas más cercanas, Viviana Carrillo, coincide al decir que el dolor que atraviesan como familia pocos pueden entenderlo. Al parecer los menores también habría sido víctimas de maltrato verbal por parte del padre. Los niños están bajo el cuidado de la abuela materna. El mayor recibe tratamiento psicológico y está retomando sus actividades en el colegio.