La crisis más grande del Gobierno Petro se vive desde hace ocho días. Lo que inició como una denuncia grave de la niñera Marelbys Meza en la Revista Semana ha generado revelaciones de la Fiscalía que apuntan a interceptaciones ilegales de dos personas. De Marelbys y de Fabiola Perea, otra de las trabajadoras de la casa de Laura Sarabia, jefa de gabinete.
“El país se escandalizó al conocer que la niñera fue sometida al polígrafo de la Casa de Nariño sin ser funcionaria. Según su relato, tres hombres la mantuvieron incomunicada durante cuatro horas en un sótano ubicado en un edificio al frente de la Presidencia. Allí habría recibido amenazas y presiones para que confesara que se robó una fuerte suma de dinero de un maletín en la casa de Sarabia. Se ha hablado de 3.500 dólares, 7.000 dólares y hasta de 150 millones de pesos en efectivo. Las versiones más audaces se atreven a hablar de sumas mayores”, explicó el medio de comunicación.
Como consecuencia de estas revelaciones, Sarabia, mano derecha del presidente, y el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, clave en el triunfo en las urnas en 2022, fueron sacados de sus cargos. Pero ahora en este rompecabezas falta conocer ¿quién ordenó las chuzadas?, y ¿por qué intentaron convertir un robo doméstico en un asunto de seguridad nacional que incluso ponía en riesgo la integridad de Petro y Francia Márquez?
Pues bien, de acuerdo con la Fiscalía, todo se hizo para recuperar el dinero y jamás se puso en riesgo el país.
Además, con lo mostrado por la Fiscalía, que revive épocas terribles de Colombia por situaciones comparables con el DAS y el F-2, también se cuestiona si estas chuzadas, son hechos aislados o es un modus operandi del Gobierno. Ante la duda, visiblemente molesto, Petro se negó a aceptar que, bajo su administración, se esté chuzando.
Las primeras pistas
Ahora, de acuerdo con lo revelado por Semana, los fiscales investigan si la sala usada para estas interceptaciones ilegales es una al servicio de la Dijín en la zona industrial de Bogotá. También cuestionan el papel que habría desempeñado un general de la Policía en retiro, además de un coronel y un mayor activos. “La Fiscalía ya llamó a interrogatorio a tres patrulleros y a un intendente de la Policía”, asegura el medio.
Otra de las personas bajo seguimiento es el coronel de la Policía Carlos Feria Buitrago, quien está a cargo de Casa Militar, la dependencia que se ocupa de la seguridad del presidente. Sarabia actuaba como jefa directa del coronel Feria, según las funciones otorgadas. “¿Se desbordó el poder de ese despacho para hacer labores de espionaje? Hace pocas semanas, Sarabia reconoció en entrevista con El Tiempo que quería ser presidenta”, cuestiona la revista.
Otras pistas buscan establecer si el Grupo Especial contra Estructuras de Delincuencia Organizada (Gredo), adscrito a la Dijín de la Policía, estaría involucrado. “Desde allí, al parecer, se habría engañado a la Fiscalía con información falsa sobre quiénes eran realmente Marelbys Meza y Fabiola Perea. A ambas las describieron con los alias de la Cocinera y la Madrina, y como integrantes de la peligrosa organización criminal del Clan del Golfo”, agregan.
Con ese respaldo logran las interceptaciones ilegales a las dos mujeres, pero lo que hay detrás es también la creación de un falso prontuario a ambas mujeres. “Es fácil pensar que alguien quería ir más allá y callarlas. Otra pregunta a resolver es ¿por qué no se tramitó esta información abiertamente desde Bogotá y acudieron a un fiscal en el Chocó que, según el fiscal Francisco Barbosa y la vicefiscal Martha Vera, fue usado y engañado?”, cuestionan nuevamente desde el medio dirigido por Vicky Dávila.