El 31 de mayo de 2018, al llegar al aeropuerto José María Córdova de Medellín, el actual embajador de Colombia ante Nicaragua, León Fredy Muñoz fue descubierto transportando 146 gramos de cocaína en su equipaje de mano.
En ese momento se le oyó decir una frase que quedó grabada en la memoria de todos los colombianos: “Llevar cocaína a Medellín es como llevar hormigas culonas a Bucaramanga”. Quien era en ese momento congresista aseguró que todo hacía parte de un montaje y que le habían puesto una trampa.
“Me estaban esperando para eso... yo he enfrentado una mafia política en Bello (Antioquia). Todo el mundo dice que a mí me van a matar”, le dijo a la revista SEMANA en ese momento, asegurando que “como no me pueden matar... intentemos meterlo preso”.
La Policía Nacional eligió a Muñoz para adelantar una requisa de rutina y corroborar sus antecedentes policiales, llevándose la sorpresa al descubrir que en su maleta de mano llevaba una bolsa plástica con cocaína. Por supuesto, el actual embajador se mostró sorprendido.
“Jamás he probado la cocaína. Nunca la había visto siquiera”, le dijo a la revista SEMANA en su momento; sin embargo, se le imputó el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes aunque por su rol como congresista fue remitido a la Corte Suprema de Justicia, que abrió una investigación en su contra.
“Luego, me llevan a una habitación y ahí les digo a los escoltas, vayan grabando porque esto está muy raro, y tomen fotografías”, relató a SEMANA lo que le había sucedido, asegurando que quedó absolutamente sorprendido. El caso comenzó en la justicia ordinaria, pero una vez se posesionó como congresista, la Corte Suprema asumió el proceso.
Hoy, Muñoz se ve envuelto en otro escándalo luego de que la Cancillería de Colombia citara en Bogotá al embajador en Nicaragua, tras su animada participación en una marcha de apoyo al presidente Daniel Ortega.
Vestido con gorra y pañoleta del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el diplomático marchó el 7 de julio en el marco de una celebración de la revolución que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979, según videos difundidos en redes sociales.
“Eso es admirable, lo que yo he sentido desde el 30 de septiembre que llegué a Nicaragua (…) es un pueblo alegre, bonito, amable y sobre todo un pueblo que está convencido de su revolución”, dijo el embajador Muñoz en medio de la manifestación.
Sus palabras provocaron una lluvia de críticas, días antes de un nuevo fallo en La Haya sobre el litigio territorial entre Colombia y Nicaragua que se definirá el próximo jueves 13.
“Es inconcebible que el embajador del Gobierno Petro aplauda una revolución marxista y sangrienta. Es un grave insulto a todos los nicaragüenses y exiliados que aún sufren las repercusiones de los sandinistas”, se quejó en Twitter el senador estadounidense Marco Rubio.
Tras la controversia, Muñoz publicó un comunicado en el que defiende su labor “estratégica” como embajador, que debe ser “franca (...) simpatizando con el otro para lograr los objetivos”.
Las relaciones entre Bogotá y Managua suelen ser tensas, sobre todo en vísperas de la sentencia que resolverá una demanda pendiente de Nicaragua, que busca ampliar su plataforma continental más allá de las 200 millas contadas desde su costa, hacia una zona rica en recursos naturales.
El gobierno de Gustavo Petro, el primer izquierdista en el poder de Colombia, escaló el tono de sus críticas contra Ortega tras el destierro de centenares de opositores nicaragüenses en febrero.
*Con información de la AFP.