La Fiscalía colombiana acusó este martes de "cómplice" al primer detenido por el atentado con carro bomba contra la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander de Bogotá que dejó 23 cadetes muertos, informaron fuentes judiciales.

"Fiscalía acusó, como cómplice, a Ricardo Andrés Carvajal S. por atentado en enero de 2019 contra Escuela de Cadetes General Santander. Respondería por terrorismo agravado, daño en bien ajeno, tentativa de homicidio, homicidio agravado y uso de material privativo de Fuerzas Armadas", detalló la Fiscalía en su cuenta de Twitter.

El pasado 17 de enero el Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacó con una camioneta cargada con 80 kilos del explosivo pentolita la Escuela de Cadetes de la Policía General Francisco de Paula Santander en Bogotá, acción en la que también resultaron heridas otras 66 personas y murió el conductor del vehículo, José Aldemar Rojas Rodríguez, alias 'Mocho', miembro de esa guerrilla.

Carvajal fue detenido un día después del ataque con base en "audios recopilados por la Fiscalía (...) que permiten advertir que Ricardo Andrés Carvajal Salgar por medio telefónico reconoce coparticipación en grado de autor en el delito del acto terrorista", según dijo el entonces fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez.

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En el momento de su detención, las autoridades "se incautaron de un teléfono móvil, un manual de combatiente (de) primera fase de instrucción y uniformes" y la Fiscalía le imputó homicidio agravado y terrorismo.

También fue capturado por su presunta participación en el atentado Wilson Arévalo Hernández, alias "Chaco", a quien la Fiscalía le imputó terrorismo agravado, homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.

Según la investigación de la Fiscalía, Arévalo "fue quien trasladó el carro utilizado en el atentado" desde Arauca, departamento fronterizo con Venezuela, hasta Bogotá, en donde fue cargado con 80 kilogramos de pentolita en un barrio en el sur de la ciudad.

El ELN inició en febrero de 2017 en Quito unas negociaciones de paz con el anterior Gobierno colombiano que en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana donde la última ronda de diálogos concluyó sin avances a principios de agosto.

Sin embargo, el presidente de Colombia, Iván Duque, condicionó la continuidad de los diálogos de paz a que ese grupo deje de secuestrar y libere a las personas que tiene secuestradas.

Tras el atentado, esos diálogos están en punto muerto y el Gobierno colombiano pidió la entrega de los negociadores de esa guerrilla que están en La Habana.