Hugo Carbonó es el juez a cargo del caso de Nicolás Petro, que se adelanta por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, pero en la actualidad, está enfrentando graves seguimientos y amenazas.
Según lo que denunció, el juez especializado de Barranquilla ha sido objeto de intimidaciones y seguimientos. Informó que ha notado carros parqueados cerca de su casa y de su trabajo, desde los que lo estarían vigilando; de hecho, aseguró que ha recibido llamadas desde extraños números.
Ante esta situación, Carbonó encendió las alarmas y en repetidas ocasiones manifestó que se siente en peligro, por lo que recurrió as las autoridades. SEMANA indicó que el juez “ha ido a la Policía, ha hecho solicitudes de protección al Consejo Superior de la Judicatura, así como a la Procuraduría, a la misma Corte Suprema de Justicia, y llegó hasta la Unidad Nacional de Protección (UNP)”.
Lo anterior se consignó en unos documentos que conoció en exclusiva SEMANA, los que, además, estaban firmados por el director de la UNP, Augusto Rodríguez. La Resolución Dgrp 002188 de 2024 indicó lo siguiente: “Dar a conocer al señor (a) Hugo Junior Carbonó Ariza identificado(a) con cédula de ciudadanía No. 126****, la validación del nivel de riesgo como extraordinario, emitida por el Comité de Evaluación del Riesgo y Recomendación de Medidas – CERREM de Servidores y Exservidores Públicos”.
Cabe mencionar que, SEMANA, también, reveló en exclusiva los documentos en los que se evidencia el riesgo que enfrenta el juez Carbonó. Una de las pruebas surgió el pasado 29 de abril, día en el que el hijo de Gustavo Petro estaba citado para darle continuidad a su caso.
En esa fecha, el medio de comunicación en mención informó que mientras a Nicolás Petro lo estaba respaldando un estricto esquema de seguridad de Presidencia, además, de otros escoltas, al juez no. Pues, bien, Carbonó llegó en “un modesto carro particular, solo, con morral al hombro, y pasó de agache en el ingreso a la trascendental diligencia judicial. Entró al despacho, abrió su maleta, sacó la toga, el computador, unas carpetas con documentos y elementos personales, y se sentó en la mesa principal de la sala de audiencias”.
Este momento evidenció que el juez no cuenta con ningún tipo de seguridad, razón que lo motivó para asumir labores investigativas y tomar fotos a las placas de los carros que constantemente lo vigilan. Pero eso no es todo puesto que él aseguró que la misma situación se ha repetido en sitios públicos como restaurantes, en los que siente personas muy cerca que lo observan y que hasta parece que le tomasen fotos.