En Colombia la condición laboral de las mujeres sigue siendo desigual frente a la de los hombres. A pesar que las mujeres cuentan con mejores estándares de formación, ganan menos salario, trabajan más horas y tienen bajo acceso al empleo.
Así lo revela el informe “Brechas de género en el sistema de relaciones laborales colombiano”, presentado por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario LaboUR y la Alianza EFI, con ocasión de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo.
Las investigadoras del Observatorio Laboral advierten que las brechas de género en el mundo laboral se profundizaron en el contexto de la pandemia, la cual “significó una fuerte presión a la inactividad femenina ligada a la política de confinamiento para la contención del coronavirus y el cierre de escuelas y colegios en dicho periodo”, según afirma Diana Londoño, una de las investigadoras.
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Las brechas también persisten en las actividades de cuidado u hogar. Mientras las mujeres destinan 7 horas y 46 minutos a actividades de cuidado no remunerado o del hogar, los hombres, en contraste, solo ocupan 3 horas y 6 minutos a estas tareas, dice el estudio.
Para cerrar las brechas ocupacionales y salariales en materia de género, el análisis señala que está condicionado a la inversión del paradigma de la división sexual del trabajo en el que se inscriben medidas como el aumento de la licencia de paternidad, el reconocimiento de la contribución económica de las actividades de cuidado y la intervención en actividades feminizadas y masculinizadas para modificar progresivamente los imaginarios colectivos en materia de división del trabajo por género.
Como lo explica, la investigadora, Valentina Huertas, “las diferencias en materia económica determinan unas diferencias sustanciales entre jóvenes de estratos altos con acceso a educación sexual, a productos anticonceptivos y al apoyo familiar, que aquellas de estratos económicos más bajos que desconocen cualquier tipo de anticoncepción, repiten mitos que pueden causar enfermedades y malformaciones y son rechazadas por sus familias”.
Las brechas de género también son evidenciadas a partir del embarazo adolescente en mujeres en situación de vulnerabilidad, para quienes los estudios y desarrollo profesional quedan paralizados, la posibilidad de lograr trabajos bien remunerados queda eliminada y la probabilidad de que logre las cotizaciones necesarias para disfrutar de una pensión en la vejez es prácticamente nula, puntualiza el análisis.