Desde su mención en campaña por el actual presidente Gustavo Petro y la misma vicepresidenta Francia Márquez, la creación del Ministerio de la Igualdad ha generado todo tipo de posturas respecto a sus funciones y la verdadera necesidad de crear una nueva cartera que aumente asuntos como el gasto público y vaya en contra de un Estado más austero.
La visita más reciente del presidente Gustavo Petro y buena parte de su gabinete al departamento de La Guajira, la semana anterior, sirvió para reglamentar oficialmente este ministerio del que sólo se conocieron detalles en octubre de 2022, cuando se presentó como proyecto de ley ante el Congreso y fue aprobado cinco meses después, a inicios de este año.
El Ministerio de la Igualdad ha sido de especial interés para el Gobierno como una de las apuestas más importantes de Francia Márquez y, según explicó la Vicepresidencia de la República en un comunicado, tiene como fin primordial velar por “la garantía del derecho a la igualdad y a la eliminación de las discriminaciones, enfocándose especialmente en personas, pueblos, comunidades y territorios históricamente marginados y excluidos, utilizando enfoques de derechos, género, diferencial, étnico racial, interseccional y territorial”.
De hecho, recién logrado el triunfo en las elecciones, Márquez manifestó que uno de sus propósitos principales sería trabajar por “la dignificación de las trabajadoras domésticas, informales, del campo, mujeres étnicas y empobrecidas, que han sostenido los privilegios de unos pocos en condiciones de precarización. Ellas también merecen vivir sabroso”.
Aunque aún no se conoce quiénes ocuparán sus cargos, la dependencia tendrá su sede en Bogotá, estará adscrita directamente a la Vicepresidencia, pero además contará con ocho asesores, dos conductores, dos secretarios ejecutivos y cinco viceministerios: Juventud, Pueblos Étnicos y Campesinos, Territorios Excluidos y Diversidades.
Toda esta estructura en la que se requerirán unas 711 personas ha generado comentarios de todo tipo, pues muchos consideran excesivo este nuevo espacio del Gobierno que podría tener una nómina superior a los 3.500 millones de pesos cada mes.
Uno de los que cuestionó al nuevo ministerio fue el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, una de las figuras con mejor aceptación y favorabilidad mientras ocupó su cargo dentro del gabinete de Gustavo Petro. Por medio de su cuenta en Twitter, Ocampo dijo que la estructura para esa dependencia no tiene precedentes y que debe ser “simplificada radicalmente”.
Si bien el exfuncionario no se opuso a la existencia de este espacio, sí propuso algunos cambios; “no cinco, sino máximo dos viceministros, como en otros ministerios; no 20 direcciones generales, sino unas cinco; y ningún delegado en los departamentos”, trinó también.
Sobre la financiación del Ministerio de la Igualdad, hasta el momento se conoce que inicia con una base de 500.000 millones de pesos; absorberá algunas consejerías las de mujeres, niñez, juventudes e incluso el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; sus recursos saldrán por lo menos para esto año de los recaudos producto de la reforma tributaria y que tendrá un fondo que agilizará los desembolsos para las iniciativas y programas que sean de mayor necesidad atender.
Además, de acuerdo con la Ley 2281 de 2023, la cual lo reglamenta, su patrimonio estará conformado por las sumas destinadas desde el Presupuesto General de la Nación, los bienes muebles e inmuebles adquiridos y aquellos que sean donados por otras entidades públicas o privadas.
“Estoy asumiendo esta tarea asignada por el presidente de ser la ministra de la Igualdad y la Equidad y esperamos trabajar con ustedes para que la dignidad se convierta en una costumbre en este territorio”, dijo Francia Márquez en el acto realizado en La Guajira.