En el Congreso de la República ya reposa un proyecto de ley que pretende regular la prostitución como un trabajo formal, por más controversial que parezca.
Y es que de entrada la iniciativa es cuestionada desde los movimientos sociales de mujeres y desde sectores políticos que abogan por abolir el trabajo sexual bajo el argumento de que es una actividad en contra de los derechos humanos de quienes la ejercen.
Sin embargo, la bancada del partido Comunes decidió darle un espaldarazo al tema álgido pero pendiente en el país. Esta semana se radicó la iniciativa que fue construida de la mano de mujeres pertenecientes a organizaciones sociales como Putamente Poderosas y Astrasex, sindicato de trabajo sexual en Colombia, y que pretende que toda persona que ejerza la prostitución, entendida como cualquier actividad sexual remunerada entre mayores de edad, “de forma voluntaria, libre y en plena facultad de sus capacidades”, tenga derecho a un contrato a término indefinido con todas las prestaciones y obligación de ley.
Es decir que, en la medida en que una persona acceda a esta actividad, tenga derecho a vacaciones, licencias de maternidad y paternidad, licencias por luto, primas de servicios, día de la familia, cajas de compensación familiar y demás beneficios que trae consigo un trabajo formal en el país.
El proyecto también busca que no se puedan celebrar contratos de prestación de servicios y tampoco permite una remuneración por debajo del salario mínimo legal vigente. Precisamente, bajo esas condiciones, la iniciativa busca regular lo que hasta ahora se conoce como prostitución para de esa forma evitar que se sigan vulnerando e invisibilizando los derechos de las mujeres y sea una actividad formal.
”Hay que empezar a entender que ya no se quieren quedar debajo del tapete ni que hablen o decidan por ellas. Este proyecto no es más que el cumplimiento de la Constitución, la materialización de la dignidad humana. El trabajo sexual es un trabajo legal y deberíamos brindar las garantías mínimas”, señaló Melissa Toro, directora de Putamente Poderosas en diálogo con EL COLOMBIANO.
El proyecto también pretende recoger otras modalidades del trabajo sexual como el modelaje web cam, la creación de contenido, la pornografía, el baile erótico, servicios sexuales en establecimientos comerciales y personas de compañía. En ese mismo contexto, también se establece que los delitos de explotación sexual, inducción a la prostitución, turismo sexual, pornografía con menores de edad y trata de personas no entrarán dentro de las modalidades cobijadas por el proyecto.
Además, el articulado es claro en cuanto a las reglas que se van a imponer a los clientes, entendidos como personas mayores de edad que pagan por servicios sexuales, como controles periódicos de infecciones de transmisión sexual, el uso de condón permanente, el pago de los valores pactados y prohibir cualquier tipo de violencia o maltrato. Por ahora, el proyecto se prepara para su primer debate en el Congreso, en medio de un ambiente hostil que amenaza con tumbarlo.
”El problema es la moral que atraviesa el país, que las mujeres trabajen con su propio cuerpo, ¿hasta cuándo lo vamos a estigmatizar?”, concluyó Toro.
Con información de Colprensa