Por Colprensa

En una verdadera emergencia humanitaria se podría convertir en los próximos días los municipios pertenecientes a la subregión del Urabá antioqueño y chocoano, colindantes con el Tapón del Darién, luego de que Panamá anunciara el cierre de al menos tres de los pasos fronterizos por el que los migrantes cruzaban tras lograr atravesar la peligrosa selva.

Por eso, la Defensoría del Pueblo le pidió al Gobierno Nacional hablar con el gobierno panameño y pedirles estar al tanto “de cuán importante es tener presente los postulados del derecho internacional de los derechos humanos, refugio, accesibilidad a la satisfacción de necesidades básicas y garantías de no devolución de los migrantes, susceptibles de asilo y con necesidad de protección internacional”.

Además, le pidió a las gobernaciones de Antioquia y Chocó y a las administraciones municipales de Turbo, Necoclí, Acandí y Unguía, activar las mesas de gestión y gobernanza migratoria con acciones de contingencia oportunas desde un enfoque humanitario, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, género u orientación sexual, origen nacional o étnico, raza, religión, lengua o cualquier otra condición.

La Defensoría también realizó una visita a la zona, específicamente en la vereda Astí, donde encontró cómo la instalación de una cerca con alambre de púas, de aproximadamente 80 metros de longitud, impide el paso a pie por el camino que conduce a territorio rural del país centroamericano.

”La cerca pone en riesgo la integridad física de los migrantes que a diario intentan cruzar, pues en una de sus partes, donde arrojaron trozos de madera para que el alambre baje, con la finalidad de seguir su camino, sus cuerpos están expuestos a sufrir laceraciones con las púas.

El cerco de alambres también ha generado afectaciones a las comunidades colombianas de Asti y Capurganá y a las de Puerto Obaldía (Panamá), pues desde hace décadas utilizan ese paso para el intercambio comercial y cultural”, informó la entidad.

Crisis humanitaria. Entre US$100 y US$1500 dólares deben pagar los migrantes a quienes les prestaran sus servicio como coyotes o como guias para alcanzar la metra de llegar a Panamá. El recorrido por entre la selva, el barro y los ríos puede tardar entre cinco días hasta dos y más semanas. FOTOS: AFP / EL PAÍS | Foto: El País

Entre enero y junio de 2024 habrían atravesado la selva del Darién poco más de 197.000 personas. Tan solo en el sexto mes del año, cerca de 27.500 migrantes cruzaron la peligrosa frontera selvática, más de 5600 de ellos resultaron ser menores de edad, según datos oficiales del país vecino.